Jimin y Jungkook fueron novios en la preparatoria, pero su relación no resultó ser tan sincera como se creía, por lo que decidieron terminar. Años después, se reencontraran en la misma empresa como jefe y subordinado. Jungkook no reconoce al nuevo J...
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"A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro".
—Chesterton.
Jungkook era bueno en muchas cosas, en los deportes, con los chicos, con las chicas e incluso en cualquier cosa que él pudiera proponerse. Su mamá solía decirle que había nacido para ser el centro de atención y que por eso le habían dado un rostro tan hermoso. Pero había algo en lo que Jungkook no era bueno, además de no saber conservar sus relaciones, y es que, no era bueno siendo como su padre quería que fuera.
Se mantuvo tranquilo cuando se mudó a Seúl, podía hacer lo que le viniera en gana y vivir en donde quisiera. Había malgastado su dinero en clubes, chicas e incluso un departamento especial para no llevarlas a su verdadera casa.
Pero cuando su padre decidía viajar de Busan a Seúl por trabajo, toda la felicidad desaparecía.
Era un hecho para Jungkook que su padre lo había obligado a estudiar comunicación y periodismo para tenerlo en la palma de su mano, sabía que aunque fuese a trabajar en el extranjero nunca se libraría realmente de su padre, como su hermano mayor nunca pudo incluso estando casado y teniendo una familia.
Si cumplir sus expectativas incluso cuando no estaba cerca, era duro para jungkook; ahora que el señor Jeon sería una de las figuras importantes, en el evento para el que trabajaría, lo hacía aún más difícil.
— ¿Sobre qué quería hablarme? —Cuestionó Jungkook, dejando a un lado la taza de café que yacía en sus manos— Sobre comenzar a trabajar en la empresa, yo no...
—No quería hablarte de eso —lo interrumpió y Kook lo observó con mucha más curiosidad—. El presidente Wang está en el país por asuntos de trabajo y vino acompañado de sus dos hijos —dijo antes de aclarar la garganta—. Quiero que estés con nosotros en la cena de este sábado para que puedas presentarte ante ellos.
—Padre me gustaría asistir, pero tengo asuntos personales que resolver... —trató de mentir.
—Los resolverás luego —lo interrumpió nuevamente—. He hablado con Wang y me ha comentado lo interesado que está en ti como nuero. Pareces un excelente partido para su hija y estoy de acuerdo.
Eso le cayó como agua en el culo.
—Papá ya hemos hablado sobre esto antes —espetó Jungkook con seriedad, su expresión había cambiado—. Puedo acompañarlos en la cena, pero nada más.
—No fue una sugerencia, ni mucho menos una pregunta —manifestó el señor con un tono déspota en su voz—. Dentro de poco cumples veintiocho años, ya sabes que tu deber es casarte con una buena mujer y construir una familia tal como tu hermano lo hizo a tu edad, y que mejor candidata que la hija menor de los Wang.
