Jimin y Jungkook fueron novios en la preparatoria, pero su relación no resultó ser tan sincera como se creía, por lo que decidieron terminar. Años después, se reencontraran en la misma empresa como jefe y subordinado. Jungkook no reconoce al nuevo J...
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Pasaron dos putas semanas y Jimin no dejaba de cargar de trabajo excesivo a Jungkook, como si este fuese el único interno disponible en el departamento editorial. Jeon en serio estaba perdiendo la paciencia y ese viernes no estaba ni cerca de ser la excepción.
Tomó su taza de café instantáneo del escritorio de Nayeon, después de haber terminado de ayudarla con algunas traducciones y se dirigió a paso lento hasta su propio escritorio. Ya había terminado todo el trabajo que el jefe de edición le asignó y también el que Jimin le había puesto a hacer.
¿Por fin podría respirar?
Pues no.
No había terminado de tomar asiento en su silla, cuando escucho la puerta de la oficina del jefe de redacción abrirse. Casi instintivamente volteo a mirar para encontrarse con una imagen molesta; Jimin cargaba entre sus brazos una pila llena de archivos y documentos, y en su rostro yacía la sonrisa de un desquiciado.
Jungkook hizo ademán de alejarse de su escritorio sigilosamente para no tener que hacerse cargo, pero la voz de Jimin lo detuvo.
— ¿Interno Jeon? ¿A dónde cree que va? —su voz fue suave y cantarina, Jungkook rodó los ojos con fastidio y cayó sobre la silla con pereza—. Necesito que traduzcas esto.
Puso la pila de papeles sobre el escritorio de Jeon y sacudió sus manos como si se hubiese desecho de algo. Todos a su alrededor miraban la escena confusos, incluyendo a Nam, quien se había quitado los anteojos para prestar más atención a lo que sucedía entre esos dos.
Jungkook echó una ojeada rápida y frunció el ceño antes de mirar a Jimin como si fuese una broma.
—Estos papeles tienen fecha de 2019.
—Ya lo sé, es trabajo atrasado —se apoyó con una mano en el escritorio, quedando sugerentemente cerca de Jungkook—. Por favor termina esto por mi.
—Realmente no creo que este sea mi trabajo.
— ¿Qué quieres decir? ¿No estás aquí para traducir y redactar? —El tono irónico en su voz no le agradaba en lo absoluto a Jungkook.
—Quiero decir... —suspiro un poco frustrado— Es mi trabajo, pero...
—Entonces apresúrate, quiero esto en mi oficina a las... —miró su reloj de muñeca—. Cinco en punto, tengo otros asuntos que atender después de esa hora y realmente no me gustaria llegar tarde porque mi interno es incompetente.
— ¡Jimin! —vociferó con voz dura causando que el pelinegro se sobresaltara solo un poco y con él, el resto del personal que los rodeaba.
De pronto el ambiente se sintió un poco incomodo, Jimin estaba en completo silencio mientras lo observaba como si esperase que dijera algo mas, los demás colegas murmuraban entre si sobre lo que acababa de suceder y Nam por fin se sintió con la completa confianza de preguntar lo que había querido preguntar hace unos días.
