Conocemos un signo acuático... y unas criaturas de dientes puntiagudos

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Paso una serie de segundos en silencio, solo con la secuencia melódica de la corriente. A nuestro alrededor ya no había árboles, el suelo a ambos lados del rio era irregular, subía y bajaba conforme avanzábamos. Pude observar como el canal nuevamente se hacía angosto, hasta llegar a tres metros de anchura, temía que se achicara aún más, obligándonos a formar una sola fila.

Miraba al frente, aunque no había señales de nada que nos indicara que estábamos entrando a la villa de Piscis, la oscuridad era un obstáculo para detectar cualquier cosa más allá de siluetas y sombras que constrataban con el cielo, los gases verdes, azules y cianes parecían ser los protagónicos aquella noche, unas manchas magentas también hacían presencia.

Suspire antes de hablar, intente calmar mi mente.

—Escuchen, esto... es posible, solo hay que hacer las cosas bien. —Sorprendentemente pude creerme mis propias palabras, que mis amigos no lo hicieran no me sorprendía, el caso es que ni yo mismo pensaba que fuese a creer lo que diría, para mi sorpresa, había sido. Todo lo contrario

—Mikhail esto... lo siento, esto es muy arriesgado —Me sobresalte al escuchar la voz de Helena, un santiamén atrás seguía recostada en la cabeza del mamífero, no supe en que momento había vuelto a la postura recta.

Bastiaan por otro lado seguía absorto con la idea, su mirada estaba fija en el agua medio metro delante de él.

—Es posible Helena —Mi voz salió mas carente de emociones de lo que pretendía, lo que la volvió un tanto decidida, lo cual era bueno —Sé que podemos hacerlo.

El delfín que me transportaba chasqueo. Una idea vino a mi mente, podría clasificarla mejor como una ocurrencia, pero valía la pena intentarlo, después de todo el transporte y el pasar desapercibido del puente principal del pueblo, había sido gracias a ellos. Imite la postura que mi amiga momentos antes mostraba, me incline hasta pegar mi rostro a la cabeza del delfín.

—Amigo, ¿Qué me dices con respecto a pasar por el lago de ammm... tu signo? —Intente hablar lo más despacio posible, no quería que Helena y Bastiaan me viesen haciendo aquello, desde luego que había mucha probabilidad en que repararan en mis movimientos, sin embargo temía mostrar cierta inmadurez ante el asunto al que nos enfrentábamos. Mi amigo debajo de mí, como si supiera de qué iba todo aquello, no chasqueo para responder, si no que se sacudió las aletas y el resto del cuerpo. Desde luego que no me decía gran cosa con aquello, así que decidí simplificar la pregunta —De acuerdo... ¿Es posible pasar de largo el lago de Piscis sin que ninguna persona nos vea? —En esta ocasión chasqueo, aunque de una manera más corta y decidida. Estaba muy tentado a tomar aquello como un jugoso sí. —Está bien, eso es... bueno. —Le di unas palmaditas en la cabeza a modo de agradecimiento y volví a mi posición recta. Por alguna razón sentía que algo en el ambiente había cambiado. No podía decir que con exactitud.

— ¿Piscis está más alejado del puente que Aries? —Pregunto Bastiaan, aquella observación era buena, puesto que llevábamos más tiempo navegando de el paso interno a Piscis, que de Aries a el paso interno.

—Eso creo, considerando el tiempo que llevamos desde que dejamos atrás a los guardianes —Respondí. Pude ver que el delfín que montaba Helena había avanzado significativamente, al grado de rebasarme.

— ¿Chicos? ¿Soy yo o nos estamos hundiendo? —Mi compañera había estado viendo los muros a su izquierda, cuando dijo la última palabra de aquella frase, volteo y nos miró a Bastiaan y a mí. En aquel momento pude darme cuenta de algo, aquello era el causante de sentir el ambiente extraño momentos atrás, hacía apenas unos segundos no había muros a los costados.

Sin darnos cuenta, el rio ahora estaba entre dos pequeños acantilados, si, los había visto también en los libros de la escuela, eran como montañas que bordeaban alguna superficie.

STARVIA: El cruzado mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora