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〰 ¡Bienvenida a Karasuno! 〰

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¡Bienvenida a Karasuno!

Según lo poco que había logrado entender, esos seis hombres iban a guiarla a través del Pais de Las Maravillas. Y al parecer la primera estación de ese viaje era la casa de Karasuno.

En cierto punto del camino cada uno de los hombres se separaron para cada uno ir a sus casas. Luego de una conversación todos llegaron al acuerdo de que ella fuera a Karasuno con Daichi.

Una gran fortaleza de banderas negras y naranjas apareció frente a sus ojos luego de una caminata extensa e incomoda.

Un cuervo como escudo en la entrada y muchos otros como estatuas sin contar los que revoloteaban sobre el lugar.

Daichi tomo con delicadeza su mano y beso su dorso mientras señalaba con su otra mano la entrada ya abierta y la invito a pasar. Tan pronto entraron la puerta se cerro y el de cabello negro corto hablo:

— ¡Bienvenida a Karasuno! — ese lugar estaba plasmado por un aroma que no podia definir pero que era bastante agradable. Como una colonia deliciosa de aroma adictivo.

Inhalo profundo aquel olor y cerro sus ojos por un momento, cuando abrió sus ojos otra vez frente a ella varias personas la observaban con atención y curiosidad.

Una hermosa mujer de cabello negro y lentes sujetaba una correa que conectaba con dos collares en el cuello que dos chicos, uno de ellos tenia un mechon rubio en el cabello y el otro tenia el cabello con un corte bastante bajo. Los dos estaban arrodillados a sus costados. Otra chica rubia tráia a sus espaldas a cuatro jovenes, uno rubio, otro de cabello naranja, otro con pecas en el rostro y el último de estos de cabello azul oscuro.

Aparecieron dos adultos, uno de cabello rubio teñido y otro de lentes de marco negro.

Por ultimo vio otros dos hombres, uno de cabello castaño largo y barda, y el otro de cabello gris y un pequeño lunar bajo su ojo.

Noto que el adulto rubio estaba fumando de una pipa, quiza era el quien producía aquel humo que llenaba todo el lugar.

Un tacto en su cintura la regreso a la realidad, miro con sorpresa a Sawamura que hablo.

—  Ella es Chie Emiko, se quedara aqui por unos días espero le den la bienvenida al lugar. Yamaguchi ¿Podría pedirte que le prepares un cuarto y una ducha, por favor? —  hablo con amabilidad y tranquilidad.

El pecoso asintió retirandose de inmediato del cuarto. La misma mujer de lentes a la que primero vio se acerco para saludar y para ofrecerse para otra tarea.

—  Le buscare ropas nuevas a Emiko-san — recordó que su vestido erstaba un poco roto y sucio y se avergonzo por aquello.

Pero pronto recordó que estaba en un mundo extraño y diferente, ¿Todas las personas allí eran iguales a Daichi y los demas a quienes conoció?

Pero pronto recordó que estaba en un mundo extraño y diferente, ¿Todas las personas allí eran iguales a Daichi y los demas a quienes conoció?

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Aquella duda estuvo en su cabeza todo el día, pero era bastante evidente que la respuesta era si. Podia sentir aquella tension sexual sobre aquel lugar todo el tiempo y al parecer se habia vuelto mas fuerte desde que llego, los hombres de ese lugar la observaban con deseo pero al parecer todos se contenían y no conocía la razón.

Siendo ya tarde en la noche se le dio una pijama para que pudiera cambiarse y dormir, se acostó dispuesta a dormir pero se sentia extraña. Su respiración era mas agitada de lo normal y el ambiente a su alrededor era bastante cálido.

Aquel aroma del lugar llenaba sus sentidos. Se revolcaba en la cama buscando comodidad pero solo sentia como su cuerpo pedía un tipo de tacto diferente.

Cerro sus ojos queriendo calmarse pero aquello solo fue peor, sintió unas manos sobre su cuerpo, acariciandola y agarrandola. Pero cuando abrió de nuevo sus ojos no habia nada ni nadie en el cuarto.

¿Acaso estaba alucinando? Se sentó en la cama, estaba sudando y cuando toco su rostro podia jurar que estaba caliente. Un toque en la puerta la hizo levantarse, abrió y se encontró con Sawamura, su piel se erizó al verlo y una nueva necesidad de tacto tomo un tipo de control en su cuerpo.

—  Queria revisar que todo estuviese bien, no comiste nada a la cena asi que pense que tendrías hambre... —  susurro y se fijo en el cuerpo de la chica, tambien en su aroma, se atrevió a tocar su rostro y a tomar su mano, sentia que estaba diferente. Sonrió y se acerco a su rostro para besar su mejilla y finalmente susurrar en su oído —  ¿Estas excitada? ¿No es así?... Dime que sientes, explicame la sensación...

La empujo un poco y entro al cuarto, de la misma forma cerro la puerta y se apego a ella.

—  Para nada... Dije que... Que no tendría sexo con ninguno de ustedes... Yo dije que... —  su cuerpo tembló cuando hizo contacto directo con los ojos de Daichi, oscuros y brillantes, tan profundos e hipnóticos.

Fijarse en aquellos ojos fue su perdición completa, solto un suspiro y sintió unos labios suaves besarla. ¿Realmente no queria aquello? Ya ni siquiera estaba segura de aquello.

— Dijiste que? — seguía esperando por una respuesta mientras la tomaba de las manos.

— Vete... Sal del cuarto — Aparto la mirada y trago saliva, se solto y lo empujo hasta la puerta.

— Buena suerte esta noche~ — le susurro en un tono divertido antes de salir e irse.

No recordaba cuando fue la ultoma vez que se sintió de aquella forma, tan desesperada por tacto y tan temblorosa e inquieta por la excitación. Si aquella sensación se mantenia por mucho tiempo de seguro enloqueceria.

Cerro la puerta y se dirigio al baño, quiza una ducha con agua fría la ayudaria a calmarse. Luego de aquella ducha se fue a la cama con la esperanza de viva de poder dormirse pronto. Cerro sus ojos y se abrigo con las sabanas, no podia dejsr de pensar en como salir de aquel lugar, ni siquiera recordaba como habia llegado allí, los unicos recuerdos que tenía eran unos cuantos como su nombre, su edad y que no pertenecía allí.

 Cerro sus ojos y se abrigo con las sabanas, no podia dejsr de pensar en como salir de aquel lugar, ni siquiera recordaba como habia llegado allí, los unicos recuerdos que tenía eran unos cuantos como su nombre, su edad y que no pertenecía allí

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¡Welcome to Wonderland! ❝ Haikyuu × Oc ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora