Capítulo 17

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"Cuán vigoroso era el amor que hasta en la posibilidad de volar a la altura de los pájaros nos hacía creer"

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"Cuán vigoroso era el amor que hasta en la posibilidad de volar a la altura de los pájaros nos hacía creer".

Miles le dio un último vistazo a Harper, quien ya estaba yendo al segundo piso, en cambio él, miró las siniestras escaleras que estaba a punto de atravesar. Cada escalón se veía más angosto que el anterior y, como si fuera poco, algunos de estos quién sabía en dónde andarían, porque estaba claro que le faltaban varias piezas a las escaleras.

Se sostuvo de la puerta a su lado y con la punta del pie hizo contacto con el primer escalón. No pasó nada. Al parecer eran más resistentes de lo que parecían. Con precaución fue bajando las escaleras, eran aproximadamente veinte, sin contar los largos espacios en los que faltaban escalones.

Creyó que al estar tan abajo la luz sería cada vez más escasa, pero se equivocó, al final del sótano se podía admirar mucha luz, como si alguien hubiera bajado al sol del cielo y lo colocara ahí mismo. Algo no estaba bien.

Al terminar de bajar las escaleras, instintivamente observó a sus alrededores, debía saber a qué se enfrentaba, la respuesta la obtuvo casi al instante, a lo que se enfrentaba eran huesos.

Dos cadáveres se encontraban en un rincón de la habitación. Ambos eran bultos sin vida, recostados y sujetados por las manos con grilletes que sobresalían de la pared. Se acercó a ellos mediante pasos cortos y se agachó cuando estaban a menos de treinta centímetros de distancia. Quería examinarlos, descubrir quiénes eran esas personas y por qué estaban ahí, lástima que Miles no tenía tantos conocimientos como para saberlo.

Seguía viéndolos fijamente hasta que un carraspeo lo interrumpió. Provenía del otro lado de la habitación, o quizá sólo era su subconsciente que lo atormentaba junto a su paranoia. Miles decidió sólo ignorarlo, pero no pudo hacerlo al escuchar una voz monótona hablar:

—Son no creyentes. El gobierno quemó su casa con ellos adentro cuando se enteró de esto.

La información le ocasionó a Miles un escalofrío que recorrió su espalda y después el resto de su cuerpo. Era tétrico cómo el presidente los eliminó solo por estar en desacuerdo con sus desquiciadas ideas.

La voz que dijo eso era inhumana, parecía ser de alguien sin sentimientos y por alguna razón la asociaba con la tecnología.

Miles se puso de pie y empezó a caminar hacia aquella ráfaga de luz.

—¿Quién eres? —preguntó.

Nadie respondió.

Siguió moviéndose a pesar de que cada paso que daba le hacía tener más y más miedo de lo que habría en ese lugar. Las paredes sombrías se volvían más visibles a medida que se alumbraba el sótano, estanterías rotas y objetos casi pulverizados esparcidos en el suelo era lo que había en el tétrico lugar.

Se detuvo al ver una bombilla encendida al final de la habitación, ¿cómo era posible que fuera lo único intacto en cientos de metros de escombros? Fue bajando la mirada hasta encontrarse con la silueta de un hombre robusto sentado detrás de una mesa rectangular.

La ciudad del olvido  [Ciudades #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora