Ayúdame por favor

54 5 11
                                    


Narrador

Todo lo sucedido el día anterior había sido muy difícil para Mateo. Y es que, la decisión que había tomado de declarar contra sus propios padres, las personas que lo criaron y a quienes admiraba lo había destruido por completo. ¿Cómo reponerse ante aquello?

Sus padres... quienes le decían que lo amaban y querían; lo abrazaban y besaban; le preparaban su comida favorita y jugaban con él; lo bañaban, acostaban y le contaban cuentos para dormir; los que le dieron la noticia de que iba a tener una hermana; quienes le dieron una educación y le dijeron que se esforzará por alcanzar sus sueños y metas... lo habían lastimado. Decir que su corazón está hecho pedazos es poco comparado al gran dolor que estaba sintiendo y viviendo.

Y es que... se supone que la familia está para apoyar y proteger; alentarte a cumplir tus sueños y metas. Sin embargo, no siempre es así ya que la familia puede ser un obstáculo para alcanzar tus objetivos y te obliga a vivir una vida que no es la más indicada para uno. Te dañan de distintas formas... con palabras y acciones que luego son justificadas con "es tu padre" o "es tu madre" y "debes de respetarlos y amarlos porque sí". Eso no es cierto. Muchos dicen que los padres educan con lo que saben y que no pueden cambiar pero eso es mentira porque todos podemos cambiar y romper los ciclos de una mala educación.

Destruir la felicidad de un hijo o hija por las ideas religiosas que los padres tienen no es una justificación aceptable. Amenazarlo con dañar a las personas que ellos aman si no hacen lo que se les dice no es justificable. Y obligarlo a ingresar a un hospital, clínica o lugar donde supuestamente lo van a curar de ser homosexual, bisexual, lesbiana, etc., no es nada razonable ni respetuoso. La familia hace daño a una magnitud asombrosa que muchas veces pasamos por alto y eso no debería ser. Amar a la familia, a nuestro seres queridos no es obligatorio; el respeto es la base de una sana convivencia porque nos ayuda a entender que todos somos tanto diferentes como iguales.

Mateo sufrió al alejarse de su novio; fue maltratado y humillado en aquel lugar de supuesta sanación. Obligado a hacer cosas que no estaban nada bien con tal de no seguir sintiendo dolor y todo por el capricho de su madre que no quiere respetar su orientación sexual. ¿Cómo recuperarse de aquello?

Los abrazos, besos y palabras que Diego le pudo ofrecer en esos momentos lograron tranquilizarlo un poco. Ambos jóvenes decidieron pasar aquella noche juntos; aunque al principio Mateo se negó al final accedió a dormir junto con Diego en esa pequeña cama de hospital. El menor acostado sobre el pecho de su novio y abrazando su cintura; el mayor, pasando su brazo por la espalda del menor y cuidando de no lastimar su mano aun enyesada, acariciando su cabello y besando su frente. Esa noche ambos quedaron dormidos abrazados, protegiéndose, brindándose el calor que necesitaban y demostrándose amor. Bastó un último beso que les recordase que se amaban y que uno estaba ahí para el otro siempre que lo necesitara antes de cerrar los ojos y quedar profundamente dormidos.

Mateo

La noche anterior había podido conciliar el sueño gracias al amor que mi güerito me brindó y es que, sin su apoyo yo no podría seguir adelante y me habría derrumbado por completo. Agradezco a la vida por tener a Diego como novio, amigo y cómplice. Aun cuando apenas tiene dos días de haber despertado y tiene un brazo enyesado, no deja de demostrarme su amor incondicional. Su forma de ver la vida me ayuda mucho; siempre tiene una sonrisa aún en la adversidad.

[...]

Ahora me encontraba nuevamente sentado en la misma silla fría frente a la mesa en el cuarto de interrogación como el día anterior. Y es que, aunque Diego había dicho que retiraba todos los cargos que el agente Carlos quisiera imputarme por ser supuestamente cómplice de mis padre aún faltaba por decir algo. Una cosa muy importante en todo este caso.

Óyeme...PlanganomanganoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora