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VII

Estuvieron un rato largo abrazados, sin decir absolutamente nada, Harry porque no quería presionar a que Louis hablase si no quería, y Louis porque el aroma del alfa le había tranquilizado tanto que estaba quedándose dormido.

Pasó un rato más y Harry se dio cuenta de que Louis se había quedado completamente dormido, le dio tanta ternura verlo así que sin pensárselo ni si quiera una vez le dio un beso en la cabeza y sonrió, a lo que Louis se despertó y se empezó a poner nervioso, se alejó de Harry bruscamente y se levantó del suelo, en serio no le podía estar pasando esto, no aquí, no ahora. Se había olvidado completamente de que le llegaba el celo esa semana y justo tenía que ser con un alfa a su lado.

Harry notó enseguida el cambio en el ambiente, ahora era más pesado, estaba más cargado, más dulce podría decir. Se levantó, miró a Louis y justo se dio cuenta de lo que estaba pasando, Louis había entrado en celo, eso no era bueno, nada bueno. Lo primero de todo porque su alfa estaba pidiéndole a gritos que se anudase con el omega que tenía enfrente, que por cierto estaba rojísimo y olía a lubricante a más no poder, y a Harry se le estaba haciendo muy complicado contenerse, y lo segundo porque venga ya, es Louis, Harry no lo iba a admitir pero ya estaba su alfa para hacerlo por él, estaba coladito por el omega que tenía enfrente de él. Un gruñido quería salir de lo más profundo de su garganta, no sabe de dónde sacó la fuerza de voluntad para hacerlo callar, pero no ayudó nada que de repente Louis soltase un gemido, pero ese gemido que suelta un omega cuando tiene a su alfa delante.

Y en ese momento en serio Louis quería que se lo tragase la tierra, sin decir nada se giró y se fue trotando casi corriendo. Tenía que llegar a su casa lo antes posible porque no quería que ser notado y porque sentía cómo el lubricants estaba llegando a sus piernas. No se dio cuenta cuando empezó a correr, pero ahí estaba, corriendo como si su vida dependiese de ello, que en verdad sí que dependía de eso. No miraba a nadie, solo estaba centrado en llegar a su casa lo antes posible, en serio necesitaba llegar, ya podía notar como el lubricante se le resbalaba por el muslo y se estaba muriendo de vergüenza porque sabía que los alfas y omegas que hubiesen por la calle lo podrían notar.

Cuando llegó a su casa cogió una caja con botellas de agua y comida que siempre tenía preparada, porque si fuese por su familia se podría morir deshidratado y hambriento, porque nadie se preocupaba por él. Subió corriendo y se fue al cuarto que tenían para cuando entraban en celo, se quitó toda la ropa porque ya le estaba quemando la piel y sin pensárselo dos veces cogió su juguete favorito y se lo metió, ni si quiera se preparó porque ya estaba lo suficiente lubricado para ello. Soltó un gemido increíble, seguro que se había escuchado en todo el vecindario, pero luego recordó que esa habitación estaba insonorizada. Siguió metiendo y sacando el vibrador de su ano, no podía parar, cuando estuvo a punto de llegar al orgasmo cerró los ojos y vio esos ojos verde esmeralda, esos labios color sandía, con esa mandíbula tan marcada y esos brazos tatuados. Y sin darse cuenta llegó al orgasmo gritando un nombre: harry.

Se acostó en la cama boca arriba, bebió un trago de agua y se giró para ver si podía descansar un poco hasta que viniese otra ola de calor, pero antes de que se girase ya estaba sintiendo ese calor bajándole hasta su entrepierna, se puso a cuatro en la cama y empezó a meterse los dedos una y otra vez sin parar, a los minutos cambió sus dedos por otro vibrador aún más grande, no sabe que le pasaba pero cada vez necesitaba más y más y no era suficiente, necesitaba algo de alguien y eso a su omega le estaba torturando mucho. Cuando volvió a tener otro orgasmo no le dio tiempo ni a beber ni a nada porque otra vez estaba pidiendo otro orgasmo, su omega necesitaba ser anudado y lo único que hizo fue usar sus dedos y el vibrador una y otra vez.

De mientras Harry fue corriendo al coche porque tenía un problema que solucionar. Nada más subir al coche no sabe ni cómo ni cuándo pero ya estaba tocándose por encima de la ropa, se desabrochó los pantalones lo más rápido que pudo, se bajó los calzoncillos, cogió su pene y empezó a acariciarlo. Nada más poner su mano en contacto con su miembro echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos imaginándose que era cierto omega de ojos azules, que quizás se llamaba Louis, y que quizás estaba imaginándose esa boquita cerca de su miembro. Empezó a acelerar los movimientos cada vez más, pasó su pulgar por la punta de su pene y una corriente eléctrica le recorrió todo el cuerpo, sabía que estaba a punto de llegar, así que con la otra mano empezó a tocarse los testículos para tener más excitación y llegar antes. La punta de su miembro empezó a hincharse reclamando un lugar donde anudarse y la única persona que se le vino a la cabeza fue Louis y eso le excitó de sobremanera, soltó un gemido bastante ronco, volvió a pasar el pulgar por la punta de su pene que estaba cada vez más hinchado y rojo y gritó a pleno pulmón: louis.

Se esperó unos segundos para recuperar el aliento, cogió de su mochila un pañuelo y se limpió la mano y el estómago, decidió irse a su casa porque no iba a volver al instituto así.

Arrancó el coche y fue más lento de lo normal porque estaba intentando procesar lo que había pasado. Llegó a su casa subió a su cuarto y se tumbó en la cama mirando hacia el techo, sonrió a la nada y se le empezaron a cerrar los ojos, lo último que vio cuando cerró los ojos fueron esos pares de ojos que llevaba varias semanas esperando ver.