XXIII

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-          Oh dios, oh- Harry!

Metió su dedo de una estocada, acariciando sus suaves, calientes y húmedas paredes. Su anillo con un rubí también entró en su canal, haciendo que el contacto frío en su caliente anillo de músculos haga que Louis tenga un escalofrío. Jadeaba, apretaba las sábanas entre sus pequeños puños y pedía por más.

-          ¡Alfa!

Harry metió dos dedos, comenzando un vaivén que llevó a Louis al borde de la locura, hizo tijeras por un tiempo, golpeando en las paredes. Pronto fueron tres dedos enterrados en su interior, y el omega ya no podía más. Sentía un fuerte calor y un nudo apretarse en su bajo vientre, y soltó un grito lleno de placer y deseo.

-          Hazlo

-          El qué? – soltó con un jadeo

-          Hazme tuyo alfa.

Se miraron por un momento, sin ser omega y alfa, sin ser Harry y Louis, solo siendo un alma, un corazón, amándose tan solo con los ojos, encontrándose el uno al otro luego de tanto tiempo, entregándose al placer que sería ser uno en cuerpo además de en alma y en corazón.

Sin hablar, Harry se levantó de la cama y tomó la mano de Louis para ayudarle a que haga lo mismo. El alfa se sentó en la cama y luego de acomodar las almohadas pegadas al respaldar la cama, apoyó su espalda contra ellas. Volvió a tomar la mano del omega y lo sentó sobre sus piernas. El pene de Harry inmediatamente se enterró en el culo de Louis por el lubricante y la previa preparación, haciendo que el omega gima de puro placer, con la cabeza echada hacia atrás, comenzando con un lento vaivén.

Con una mano en su espalda baja, justo donde se situaban sus hoyuelos, Harry guio a su omega. Louis puso las rodillas a cada lado de las piernas del alfa, y tomando el gran y grueso pene entre sus manos, lo posicionó en su entrada. Comenzó a bajar, con ayuda del rizado, y pronto tuvo el miembro completo dentro de su anillo de músculos, penetrando su virgen entrada.

Hicieron el amor, porque Harry no quería follárselo, quería hacer el amor con  su dulce omega, juntando sus labios, Harry tomó de las caderas a Louis para ayudarle con los movimientos. El omega jadeaba, gemía, clavaba sus uñas en la espalda del alfa, pero disfrutaba del momento.

Louis realmente estaba feliz, tanto que había soltado algunas lágrimas de pura felicidad y placer. Esto solo era un alfa cuidando de su omega y su omega entregándose con todo su cariño y confianza, los dos perdiéndose en los brazos del otro.

No hacían nada rápido, todo era lento. El ambiente era llenado por gemidos, jadeos, choques de ambos cuerpos, y los húmedos besos que se daban. Harry dejaba marcas de amor y besos en todas partes en las cuales podía llegar, y las otras a las cuales no podía, acariciaba con mucho amor. El olor a menta y palomitas dulces se mezclaba en el aire.

Pronto, el grito de Louis se hizo presente.

Su nudo se apretó en su estómago, y al correrse, su anillo de músculos apretó el pene de Harry.

-          Dios mío – Louis sollozó. Él sabía que anudarse dolía, sobretodo la primera vez, pero no pensaba que podía llegar a doler tanto.

-          Tranquilo omega – Harry hizo que Louis dejara su cabeza en su hombro.

-          D-duele m-mucho – soltó algunas lágrimas.

-          Lo sé – acarició su vientre.

-          M-maldito alfa, tan g-grande – Harry soltó una risita.

Harry empezó a hablarle de algunas anécdotas de su vida para que se distrajese un poco.

El nudo del pene de Harry se hinchó, comenzando a liberar su semilla dentro de Louis. El alfa soltaba gemidos fuertes y graves, haciendo que el omega trate de complacer a su pareja, moviendo un poco sus caderas con el pene aún dentro de él, mientras dejaba pequeñas mordidas donde iría la marca de su alfa, haciendo que Louis disfrutase aún más de ese momento.

Harry acostó a Louis sobre su espalda en la cama, y luego de un tiempo cuando bajó el tamaño de su pene lo sacó del interior del ojiazul, miró como su semilla se escurría de la arrugada y rosa piel, con los gemidos de su pareja de fondo.

Sin esperarlo, Harry volvió a enterrarse en Louis. El omega pidió por besos del alfa el cual se los dio gustoso. Esta vez, el sexo fue más fuerte y rudo, Harry se enterraba contra Louis, entrando y saliendo rápidamente, sus muslos chocaban contra los de Louis, piel contra piel.

El lobo de Harry gruñía al igual que él mientras penetraba a Louis. En un momento, tocó su punto de placer, su próstata, y eso hizo que el omega de deliciosas curvas arqueara su espalda y pidiese por más, también moviendo sus caderas para ayudar a su alfa. El respaldar golpeaba contra la pared haciendo mucho ruido.

Harry volvió con sus movimientos, tocando múltiples veces su próstata. Louis se volvía loco entre su toque, el golpe en su punto, y las mordidas que le daba. Entonces Harry encajó sus labios en uno de sus pezones, y succionó, moviendo la lengua sobre la punta de sus pequeños botones, para luego dar una mordida y que así queden rojizos, a lo que el omega respondió soltando un grito de placer, hundiendo las manos en sus rizos para buscar más contacto.

Nuevamente el nudo de Louis llegó, pero esta vez fue junto a Harry, quien besó los labios de su omega coqueto para calmar sus sollozos al sentir como el alfa se hinchaba dentro de él. En los siguientes minutos, ya se había calmado todo y Harry sacó su pene del interior del omega.

-          Eres tan hermoso Lou – dijo admirando su belleza- Mi jodido omega coqueto.

-          Tuyo – dijo cansado.

-          Mío –besó su mano- Y yo tuyo.

-          Y tu mío – repitió con una sonrisa cansada.

Harry dejó un corto beso en sus labios acariciando su cadera. Lo miró examinando a su omega.

-          Cómo estás bebé?

-          Cansado – dijo bostezando

-          Dormimos?

Louis asintió pegándose a Harry, y él gustosamente lo abrazó y con una sonrisa en los labios se quedó dormido.

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