III

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Maldita, odiosa y dichosa alarma.

Una de las cosas que más podía llegar a odiar Louis era la dichosa alarma por dos simples razones, porque era un ruido muy molesto y porque a pesar de ser un ruido molesto se despertaba a la cuarta o quinta alarma.

Se levantó lo más perezoso que pudo y se fue a la ducha, cuando salió 20 minutos después y miró la hora en el móvil se dio cuenta de que entraba en 20 minutos al instituto y aún le faltaba vestirse y llegar, que más o menos eran como 20 o 25 minutos andando desde su casa. Podía coger un autobús estaréis pensando, pero Troy nunca le daba dinero para nada, si eso era su madre la que se lo daba y a escondidas, entonces no podía ir en autobús. Se vistió lo más rápido que pudo obviamente olvidándose el abrigo y el gorro.

Cuando salió por la puerta de su casa quiso volver a entrar y encerrarse en su cuarto de por vida, hacía muchísimo más frío que el día anterior y llevaba una camiseta demasiado fina, así que lo único que hizo fue abrazarse a sí mismo y empezar a andar.

Le faltaban más cuadras de las que él quería para llegar al instituto y le hubiese gustado avisar a Niall de que no le esperase porque se le iba a hacer tarde pero tenía tanto frío que apenas podía moverse de la posición en la que estaba, pensaba que se le habían congelado los brazos y que se iba a quedar en esa posición para siempre (Louis el dramático).

Iba a cruzar cuando de repente un coche se paró delante de él, se asustó como nunca y empezó a olerse miedo por todos lados, miedo y pánico, seguro que hasta en Japón pudieron oler su aroma. Entonces empezó a bajarse la ventanilla del copiloto e instintivamente miró hacia el suelo y empezó a temblar aún más por el frío y por ese coche delante de él parado.

Estaba tan metido en su mundo pensando mil cosas que le iban a hacer que no se dio cuenta de que una voz salía del coche.

- Ey...

Por fin logró escuchar después de lo que él pensó que serían varios minutos.

- Vas hacía el instituto Silcoates? – Empezó a divagar pensando en la preciosa voz que acababa de escuchar, era la más grave que había escuchado nunca pero a la vez tan aterciopelada y además había pronunciado lento y eso hizo que sus sentidos pasasen de cero a cien en milésimas de segundo. Después de unos segundos de un incómodo silencio se dignó a contestar.

- Sí....- Vaya estúpido habré sonado, seguro que se está riendo de mí que vergüenza por favor. Empezó a pensar por que le había salido la voz demasiado aguda para su gusto.

- Quieres que te acerque? Yo también voy hacía allí y con el frío que hace debes estar congelándote ahí fuera.- Pensó mil cosas en menos de dos segundos, porque venga ya iba a subir en el coche de un desconocido que por cierto ni si quiera había mirado a la cara para que le acercase al instituto y encima olía alfa, pero a alfa puro, y era la primera vez que el aroma de un alfa no le molestaba o le disgustaba, al contrario ese aroma era tan único que le estaba empezando a tranquilizar y todo, ya no apestaba a omega asustado.

- Yo... c-creo que da igual.... P-puedo ir c-caminando- No tartamudeaba por miedo o inseguridad, más bien porque se estaba muriendo de frío.

- No tengas miedo, en serio, no te voy a hacer nada si es lo que estás pensando- El alfa estaba en cierta parte extrañado de la actitud del omega pero por otra parte no tan extrañado, ya que los omegas actuaban así por instinto la mayoría de ellos.

- Está b-bien- Después de toda esa charla mirando hacia el suelo decidió que era momento de levantar la mirada del suelo para verle la cara y para no meterse una torta con alguna parte del coche por que vaya ridículo.

Levantó la mirada y jamás hubiese esperado ver lo que estaba viendo, ese alfa era precioso, tenía una cara digna de un dios del olimpo, unos labios color sandía que jamás había visto, una nariz perfecta, pero cuando llegó a sus ojos y conectó con los del alfa se quedó sin palabras. Azul y verde fusionándose, agua y selva, paz y miedo, y el tiempo se detuvo.

No saben cuánto tiempo estuvieron mirándose y tampoco parecía importarles hasta que Louis apartó la mirada por que se estaba sonrojando y se dio cuenta de que no estaba respirando correctamente, se puso el cinturón y el ojiverde se quedó embobado, jamás había tenido esa conexión con nadie. Movió la cabeza negando y arrancó el coche.

No hablaron hasta que llegaron a la puerta del instituto y el alfa aparcó en el parking que había allí para alumnos. Paró el coche y los dos se desabrocharon el cinturón a la vez. Se quedaron unos segundos sin hacer ni decir nada, quietos como estatuas, hasta que Louis decidió que había sido demasiado raro e incómodo por hoy así que hizo el amago de abrir la puerta y salir del coche.

El alfa reaccionó y le dijo:

- Espera omega- comenzó a ponerse nervioso, no quería volver a mirarle a los ojos. Se giró lentamente y levantó la mirada.

- Si?- Y otra vez esa maldita conexión que le estaba poniendo muy nervioso y le estaba haciendo soltar un aroma demasiado dulce para su gusto, cosa que el alfa no pasó por desapercibido.

- Cómo te llamas?- Realmente estaba a punto de caérsele la baba, era el omega más hermoso que había visto nunca, con un aroma que le estaba volviendo loco al punto de querer marcarle con el suyo para que nadie se acercase a él. No sabía que le estaba pasando a su alfa pero no le disgustaba esa sensación que estaba sintiendo, notaba a su alfa inquieto, le estaba pidiendo a gritos que marcase a ese omega como suyo, pero no iba a hacer eso porque no conocía a ese omega y porque habría que estar loco para marcarlo así de la nada.

- Eee... y-yo me llamo.... Louis, Louis Tomlinson- Dijo con nerviosismo, no sabía cómo se estaba sintiendo ahora mismo, su omega estaba raro, le estaba pidiendo que se acercase al alfa, necesitaba que le tocase, su piel ardía por el tacto del alfa, pero a Louis ni se le pasaba por la cabeza acercarse a más de 5 metros.

- Bonito nombre- Sonrió, y Louis casi se desmaya, tenía malditos hoyuelos!!! Ese alfa era perfecto, no le cabía la menor duda.

- Y tú, tú cómo te llamas?- Dijo tímidamente.

- Me llamo Harry, Harry Styles.

- Gracias p-por traerme, Harry....- Y en ese preciso momento Harry casi se cae al suelo. Había encontrado su sonido favorito y era a ese lindo omega pronunciando su nombre.

- De nada Louis- sonrió como nunca en su vida y rápidamente sin que el ojiazul se lo esperase le colocó su bufanda en el cuello- Llévatela si no quieres morir de frío omega.

- Si alfa- Y no sabe porque jodida mierda le dijo si alfa como si fuese de verdad su alfa, se puso rojo hasta las orejas, se dio la vuelta y entró corriendo al instituto echándose mil reprimendas de por qué mierda había actuado así, quería que lo tragase la tierra, pegarse cabezazos contra la pared, que se lo comiese una llama, lo que fuese pero no quería volver a encontrarse con ese tal Harry.

Y ahí estaba Harry, parado en la puerta del instituto sonriendo como un tonto repitiendo en su cabeza lo que había dicho Louis "Sí alfa". No se ponía a dar saltitos por que no era una niña de 15 años pero madre mía su alfa casi le desgarra el pecho al oír el "Sí alfa".

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