Esos ojos azulados delineaban la silueta de la peruana, no soporto dejarla en aquel vacío de sus pensamientos cuando la encontró recostada en aquel parque que decoraba la enorme Mansión de ONU, alejada de su grupo y sobre todo con una notable tristeza que inundaba sus ojos. Se alegro por un momento el haberse escapado de su presidente.
No quería asustarla, por eso se acerco con cuidado, para asegurarse también que estuviera despierta, no quería generarle un paro al aparecerse así de la nada.
Perú se dio cuenta de ello, pensó que era uno de los coordinadores de cada país que pasaba muy cerca de su camino y que luego se iría, sin embargo, no solo se sorprendió, sino que cuando subió la mirada también dejo notar un gran sonrojo en aquellas mejillas suyas.
Era su amigo argentino, no sabia que decir o cómo reaccionar, normalmente se veían por escasos segundos en todas las reuniones de la ONU, su relación no se había vuelto la mas linda de todas, después de que empezara la migración venezolana a su país, no solo se alejo de sus vecinos, si no que mantuvo distancia entre sus amigos y no era por aquella migración, ni porque ahora el venezolano vivía en su hogar, lo cual parecía molestar a su vecinos, si no que los problemas en su país se hacían cada vez mas estresantes y no quería que sus amigos vieran ello.
No quería volver a tener en su ser aquellos ojos de pena, no quería volver a la época de los 80, con miradas penosas y palabras de consuelo, eso le hacía sentir humillada y debil.
Volviendo a su realidad, Perú espero a que el argentino solo se halla confundido de country y que se aleje sin más, pero paso todo lo contrario.
El de cabellos rubios se agacho para estar a su altura y le sostuvo el rostro con una tranquilidad y cariño que solo él podía ofrecerle.
Su sonrojo aumento, no sabía como había llegado a esa situación, pero la disfrutada, por dios a quien le iba a mentir, se derretía por dentro, aun con las mariposas en el estómago, no planeaba demostrarlo.
-Che, ¿Que pasá con vos? – pregunto con suma preocupación el de ojos celestes, adoraba a su peruanita y verla así le destrozaba el corazón.
-¿Que? – respondió haciéndose la que no entendía bien la situación, quiso esquivar la pregunta poniéndose de pie al instante y esbozando una gran sonrisa falsa.
-No hagas eso – la mirada del argento, cambio a una de suma molestia, no le gustaba que le mintiera, podía hacerlo con cualquiera y no le generaría importancia en su ser, pero entre ambos se habían jurado decirse la verdad.
Desde su independencia ambo forjaron una amistad que cubría un amor mutuo que por miedo no fue revelado.
Perú entendió bien lo que decía, no quería hacerlo, no les gustaba romper promesa y adoraba a su argentino, pero no quería que la viera así, toda destrozada y cansada.
Quiso esquivar su respuesta alejándose de él, pero no lo logro. Este la sostuvo del brazo par que volteara a verlo, la sorpresa de la peruana fue infinita.
Argentina no solía ser brusco con ella, tenían muchos juegos raros, pero nunca de tal manera, por un momento tuvo miedo, hasta cerro los ojos.
Sabía que él no le haría nada malo, sin embargo, no quería que viera sus ojos cristalinos.
El toque de su vecino que la sujetaba se fue desvaneciendo, pensó que se alejaría de ella.
-no me gusta verte así che -su toque se volvió a su mejilla y con una gran suavidad delineo aquel mar de lagrimas secas que se quedaron en su rostro.
Perú abrió los ojos, no pudo creer lo que veía.
Argentina la miraba con preocupación y tristeza, el corazón de la peruana se volvió añico porque sabia que ella era la causante de dicho sentimiento.
Sin más, empezó a llorar, no quería verlo así y fue directo a sus brazos.
-Lo siento, lo siento mucho – Perú apretó fuerte el pecho del argentino, ambos se sumergieron en un abrazo porque el rubio enlazo sus brazos en la espalda baja de esta.
Adoraba cada parte de su ser, pero sobre todo amaba su Felicidad y su tristeza, le encantaba su forma de ser y aun más cuando sabía que él era la persona indicada la cual ella se encargó de contarle cada aspecto de su vida. Era su hombre de confianza y su primer amor.
La peruana se despegó del abrazo, subió su mirada y agarro los cabellos del argentino, sedoso y cuidado, como siempre le gustaba tener.
En un instante ella rebaso aquel espacio que habría entre ella y su rostro y le beso la mejilla izquierda, por un momento el rubio sintió los hermosos labios de la peruana, por un nanosegundo su corazón se detuvo, le encanto aquel sentimiento, por dios la amaba.
Argentina choco su frente con la suya, ella cerro los ojos mostrando tranquilidad en su ser y este corto el espacio que había entre sus labios, la sorpresa por parte de la peruana no se hizo tardar.
Duro unos segundos que fueron eternos en su ser, sus ojos abiertos y su sonrisa después de aquel corto beso solo denotaron un toque de complicidad por parte de ella. Por parte de Argentina, este junto las narices con ella ni bien termino ese bello momento, quería ver su expresión y la amo.
Perú con una gran felicidad tomo del cuello de su opuesto y lo beso de una manera mas prolongada que la anterior vez, no se iba a perder el momento de disfrutar ello, ambos fueron cómplices en aquel conjunto de pasiones.
Si fuera por ellos dos, llegarían más lejos y escaparían de dicho lugar, pero la segunda llamada de ONU sonó, iban a ignorarla si no fuera porque FBI los llamo.
-Perú, Argentina, los puedo ver con la cámara de seguridad, ya regresen que sus presidentes lo han visto todo.
-Como matan el momento- ahora fue Perú quien estaba molesta, seguido de ello hizo un puchero que le pareció re tierno a argento.
Argentina se rio por ello, de aquí mataría al gringo que les arruino su bello momento. Por ahora estaba feliz en saber que por fin ambos confesaron sus sentimientos y que unirían sus caminos.
Aun les faltaba una vida por vivir y nada mejor que con la persona que amas.
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Harem de FemPerú
FanficFic envasado y encargado con un solo propósito y ese es el mostrar cada amor, pretendiente y sobre todo las relaciones que ha tenido nuestra querida peruana. Es mi primer fic que me atrevo a publicar y espero que le den mucho amor, porque se nos vie...