Después de la boda

El anillo

ChatNoir estaba confundido, su padre llevaba años encerrado en un manicomio después de que perdió la cordura por completo. No podía ser él, pero ese era su anillo. Era el anillo de bodas que nunca se quitó, ni cuando lo derrotaron. Tenía motivos, pero no oportunidad.

-Adrien- Marinette lo abrazó, Tikki estaba mirándolo triste.- Vamos a ver a tu padre, para averiguar si pudo salir o no.

ChatNoir la abrazó y respiro profundo para calmarse. Podía ser un malentendido, seguro habría alguna explicación para todo eso.
Entonces Marinette empezó a tener arcadas y se apartó, tomó una bolsa de papel y vomitó.
-¿Estás bien Mi Lady?

-Sí, debió ser algo del desayuno que me cayó mal o la tensión por todo lo que pasó, vamos a ver tu padre.

Fueron al manicomio a las afueras de la ciudad, sin transformarse, como la pareja Agreste-Dupain. Ella estaba algo mareada por el viaje y tomaron un pequeño descanso antes de entrar.

Fueron conducidos a una habitación dividida por un cristal, del otro lado estaba Gabriel Agreste, se veía envejecido, derrotado.

-Hola Adrien. Veo que decidiste visitar a tu padre, a qué debo tal honor.-Dijo con un claro tono irónico.- y vienes con ella, la que lo arruinó todo, Marinette.-pronunciando su nombre con desprecio.

-Señor Agreste, solo pasábamos para comprobar algo, ¿puede mostrarnos su manos?

-Ja, ¿qué pasó? Se sienten amenazados por mí acaso, lo han arruinado todo, no pude recuperar a mi mujer por su culpa y perdí a Natalie también.

-Papá, solo muestra tus manos por favor.- A Adrien le dolía ver a su padre así, no había sido el mejor padre del mundo, pero todavía le quería y quería perdonarlo por todo, pero no se veía capaz.

-Está bien. Si eso significa que me dejarán en paz con mi miseria.- Levantó las manos y no llevaba el anillo.

La pareja se miró extrañada. Se dispusieron a irse.
-Gracias por su colaboración Sr. Agreste.- Marinette no podría perdonar a ese hombre nunca, las vidas que puso en riesgo, las personas que controló y cómo hirió a Adrien, no le quería guardar rencor, pero no podía evitar sentir esa repulsión hacia él.
-Adiós padre. -Adrien se marchó antes de que se le quebrara la voz, verlo así le dolía.

Fueron a buscar los efectos personales con los que había sido ingresado y se encontraron con que el anillo estaba ahí. Estuvo ahí y su dueño también todo ese tiempo.
-Entonces eso significa que alguien más tiene el otro anillo, el de tu madre.- Marinette vio la rabia apoderarse del rostro de Adrien.

-Quienquiera que sea lo encontraré.