Capítulo 24.- ¡Que vivan los novios!

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Pese a todos los comentarios negativos y después de casi dos años se noviazgo, llegó el gran día, me casé y esta vez estaba segura que sería para siempre, a pesar de la retahíla de malos augurios, yo, muy en el fondo de mi corazón, sentía que esta vez es la correcta, no me importaba en lo más mínimo los comentarios desagradables de la gente que me rodeaba, porque fueron varios los que destilaron su envidia y su veneno; Incluso se hicieron apuestas a mis espaldas a ver cuánto duraba mi relación con Santos. Que satisfacción me dió cerrarles la boca a todos los que de una manera u otra criticaron o comentaron cosas negativas, gente que tú creías que era amiga tuya, ¡mentira!, esto me demostró que la amistad sencillamente no existe, que la persona que tú crees que está cerca de ti y te dice que eres lo máximo, que comparte contigo tus tristezas, siente envidia de verte feliz, te clava mil puñaladas traperas y además se burla de ti a tus espaldas.
Menos mal que yo nunca le hice caso a nadie, decidí apostar todo a una carta y gané.
A partir de ahí pude empezar a respirar, sin saber que todavía faltaba lo más fuerte...

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