Capítulo 15.- Me falló el instinto

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Después de un matrimonio fallido y un divorcio conflictivo, no me quedó otro remedio que seguir con mi vida. Los días transcurrían con pesadez, la rutina me tenía totalmente arrinconada, trabajando de lunes a sábado y domingos de tedio en la casa infernal donde mis padres se sacaban cuanto reproche había en la memoria; osea lo ideal para vivir en paz con uno mismo.
Transcurrieron unos cuantos años así, cuando de repente todo cambió. Conocí a alguien que empezó a coquetear conmigo, y la verdad a mí me gustaba el jueguito, risas iban y risas venían y sin darme cuenta estaba atrapada en la telarañas de Juan Luis, me enamoré por primera vez y él se encargó de que fuera intensamente, sus detalles, sus ramos de flores, sus palabras, en fin, todo lo que hace un verdadero don Juan para conquistar a una mujer sola, triste y carente de afecto como yo.
El pequeño detalle de esta historia es que el sujeto en cuestión estaba casado, noticia que supe cuando ya era demasiado tarde, ya mi corazón era suyo y nada podía hacer al respecto. Me juro que me amaba, que se estaba divorciando y mil cosas más que yo me creí o que me empeñe en creer para poder seguir adelante.
Así duramos un tiempo sin saber que en mi vientre crecía el fruto de este loco amor que cambió mi presente y mi futuro

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