Capítulo 28.- La mejor recompensa

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Después de tanto sufrir en bachillerato por ser una niña diferente a las demás, buena estudiante y de excelente conducta, llegó el momento de la graduación, un día lleno de emociones intensas y desconocidas, esas que nunca antes había sentido, el orgullo no cabía en mi pecho, mi sol radiante estaba culminando una etapa de su vida llena de dolor y sufrimiento, diversos episodios de salud que le afectaron, pero ahí estaba ella, con su toga y su birrete llenándome del orgullo más grande e inimaginable. Cuando la llamaron para que dé el discurso de clausura del acto, las lágrimas brotaban  de mis ojos sin descanso, saber que ese honor se lo dieron a ella, por ser la mejor alumna de bachillerato y tener el mejor promedio en cinco años de estudios, eso me hacía flotar en una nube y me repetía a mi misma ¡Lo hiciste bien, he ahí tu creación! Las caras de envidia de los demás me importaban un comino sinceramente. Yo estaba en la gloria.
Llegó la Universidad inmediatamente sin perder tiempo y otro tanto sucedió, lo diferente de este ambiente fue la calidad de compañeros que tenía mi sol, por fin la veía feliz, compartía con amigos de su edad y se empezaba a desenvolver como una adulta, era maravilloso verla ir a la Universidad con aquella alegría y saber que estaba rodeada de gente sencillamente unica que la trataba como ella se merece. Etapa superada.

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