Duped (Chanhun) Omegaverse

Lazos confusos

—Sal de aquí, no querrás ver lo que le haré a éste infeliz— Habló Tao, en ningún momento lo miró, pero su advertencia estaba clara ante el tono de voz que usó, Sehun se acomodó a como pudo la ropa y dejó atrás a ambos alfas, odiaba la violencia física, pero sólo por ésta vez dejaría que se hiciera justicia en su nombre.

Corrió a su celda a tratar de tranquilizarse un poco, en todo el camino una pregunta atacó su mente ¿Por qué Tao lo salvó? Sabía perfectamente que era odiado por ése alfa desde que tenía memoria y si fuera alguien diferente hubiera permitido lo que estaba a punto de ocurrir, pero no, Tao lo había salvado y ahora se sentía con una enorme deuda con el alfa.

Fue al comedor antes de tiempo, sabía que JongIn aún no llegaba, tomó su platillo especial de la cocina y caminó a su mesa especial con su bandeja en manos, pero había alguien más ocupando su lugar de la mesa.

No tenia olor alguno, debía ser un beta que quizás se acababa de confundir de mesa o algo por el estilo. Se sentó a su lado sin llamar mucho su atención.

—¿Por qué demonios tu comida es mejor que la mía?— Escuchó al beta hablar, no le respondió, realmente no quería meterse más en problemas de los que ya tenía— Ya veo, tú debes de ser la puta del Rey de aquí ¿No es así?

Sehun siguió sin contestar, no lo miró, pero tenía muy mala espina con respecto a ese beta y sólo atinó a comer un poco de su pasta en salsa de tomate.

—No se quien carajos seas, pero yo estoy más bueno que tú y cuando menos te lo esperes te quitaré tu protección, no sabes cuánto disfrutaré estar en tú lugar— Sehun por fin logró mirar al beta: era demasiado hermoso, no tanto como él  pero feo no estaba— Y cuando lo haga dejaré que tu cuerpo pase por cada uno de los reos alfas de aquí, disfrutaré humillarte delante de todos , ver como eres follado sin piedad mientras yo soy la nueva esposa del beta, ambos lo somos y eso es una ventaja, yo puedo concederle un bebé, cosa que tú nunca podrás debido a las pocas posibilidades que hay.

Sehun estaba dispuesto a ponerse de pie, pero el otro no lo dejó, lo volvió a tumbar sobre la silla.

—Eres una perra muy maleducada, nunca dejes a alguien hablando solo, eres un imbécil, no se cómo el mandamás te agarró como esposa, lo que tienes de bonito lo tienes de pendejo— Sehun chilló bajito al sentir las uñas del desconocido insertarse en su piel de manera dolorosa— No te preocupes, tus lujos se acabaran pronto, así aprenderás a obedecer, eres un completo inútil, yo seré mucho mejor que tú, haré gozar al mandamás y sólo me dedicaré a hacerlo feliz.

—Suerte con ello— Sehun logró quitarse la mano del beta de la muñeca y se puso de pie con su comida a medias— Créeme que vas a desear no haberte metido con él.

—Ups— Las miradas de todos los reos fueron a parar hasta ellos dos, mirando el espectáculo que estaba a punto de ocurrir— Fue un accidente.

Sehun estaba tirado en el suelo cubierto de salsa y pasta a causa de que el beta insolente le metió el pie para que se cayera, le dolían horrible las rodillas por culpa del rocoso suelo y pudo jurar que se las había raspado un poco.

Su principal característica era ser sumamente tranquilo para evitar problemas, por eso dijo nada, se puso de pie con cierta dificultad debido al dolor se intentó  quitar los restos de comida de encima, estaba dispuesto a abandonar el lugar y dejar las cosas a como estaban, no le gustaban los problemas y a pesar de que el beta comenzó todo, no quería que se metiera en problemas con JongIn.

—¿A dónde vas perrita? ¿No sabes defenderte solo?— Se burló el beta— ¿No me digas que vas a llorar? Ay pobre bebé.

—¡Basta!— Sehun miró a Luhan ponerse de pie dispuesto a poner en su lugar al beta— No te sigas echando la soga al cuello, por si no lo sabías es el intocable de todo éste lugar.

—¿Tú quien demonios eres?— El mencionado lo miró con fastidio— Déjalo que se defienda solo, para eso tiene boca propia y no es un maldito niño.

—No sé quién carajos eres, pero te recomiendo que te calmes— Amenazó Luhan poniéndose frente al beta, el olor a limón ácido del alfa dio a entender que estaba demasiado molesto por la situación— Si no estás enterado, él es la esposa del Rey de aquí y si le tocamos un maldito pelo estamos muertos.

—Ya lo veremos— El beta se puso de pie, burlándose del omega— Disfruta mientras puedas, Sehun- estás advertido.

Y puede que ése desconocido beta no mentía, definitivamente sería un dolor de culo.

—¿Estás bien?—Luhan se acercó a auxiliarlo con varias servilletas— ¿Quién madres es él?

—No lo sé.

—Yo menos, nunca lo había visto por aquí, pero no me da buena espina, hay que ir a limpiarte al baño antes que JongIn se enteré— Luhan lo llevó hasta las regaderas con delicadeza.

—Luhan ¿Dónde está Tao?— Susurró Sehun quitándose la ropa con ayuda del alfa, suerte que sólo había sufrido pequeñas raspadas con un poco de sangre seca en las rodillas, pero a pesar de eso, dolía como la madre.

—No lo sé ¿Por qué?

—Tao me salvó.

—¿Qué dices?

—Un alfa quiso abusar de mí y Tao llegó antes de que eso ocurriera, Tao me salvó, Luhan.

El alfa se quedó impresionado ante lo contado.

—¿Te hizo algo malo ese tipo? ¿Llegó a tiempo Tao?

—Si, Tao me salvó, creí que me odiaba, pero tienes razón, él no es malo después de todo.

Luhan asintió dándole la espalda al cuerpo desnudo del omega, le lavó la ropa en lo que el otro se bañaba, tuvo que ir a conseguirle un cambio nuevo debido a que la otra estaba empapada .

—Gracias— Susurró Sehun con timidez al estar tan expuesto ante el otro alfa.

Luhan sólo asintió y de su bolsillo sacó algo, tomó una de las finas manos del omega y le entregó el objeto.

—¿Una llave?— Sehun lo miró confundido.

—¿Recuerdas que te hice una promesa?— Luhan le sonrió con cariño— Tao me ayudó con ello.

El omega lo miró confundido sin recordar a lo que se refería aquel peculiar alfa.

—Veo que no lo recuerdas, bien, te lo diré— Luhan jugó con la llave en su mano— Ésta  es la llave de la celda de castigo, por fin lo podrás ver de nuevo.

Sehun lo miró con felicidad.

—¿Qué esperas? Ve por tu alfa, cachorro.

Y así lo hizo, se fue corriendo importándole poco las consecuencias que acarrearía ello, por que detrás de su inmensa felicidad de ver a su alfa, había algo más, algo demasiado peligroso y un secreto que pronto se revelaría.

El destinado de uno de ellos estaba cada vez más cerca.