Crush

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Tres meses después...

—¿Y entonces cuando vendrás? —preguntó el castaño con un puchero, que sabía que no podrían ver, pero fue algo inevitable.

— El viernes en cuanto salga de la universidad, iré a verte —respondió Emilio del otro lado de la línea.

— Te extraño —susurró, entreteniéndose en los bordes de la camisa que usaba, que le llegaba a medio muslo.

— Sabes que yo también extraño, cada fin de semana se me hace mas difícil regresar a la universidad.

— Por cierto, necesito que me cambies la camisa, esta casi ya no huele a ti —musitó, frunciendo el ceño, mientras también hacía un puchero.

— Prometo darte otra en cuanto llegue, por cierto cuando vaya llevaré a alguien que quiero presentarte desde hace mucho cariño —murmuró con una gran sonrisa.

— Pero que la que me des huela mucho a ti —pidió con las mejillas levemente sonrojadas— Ya me dejaste con la intriga, pero se que no me dirás así que espero que sea viernes con ansias.

— Yo también lo espero —suspiró— Debo irme, mañana tengo clase temprano y tú también, hablamos mañana te amo bonito.

— Hasta mañana, también te amo Emi.

La llamada terminó, Joaquín soltó un suspiro, dejó su teléfono en el buro junto a su cama, antes de acomodarse tapándose mejor con las cobijas, abrazando una de las almohadas. Sin querer comenzó a recordar lo que han paso los últimos meses.

Ellos tuvieron que regresar a cuidad de México tan solo unos días después de que el caso aprendiera a montar, debido a que sus padres lo obligaran.

El que regresarán, fue algo bueno, ya que casi de inmediato Emilio cumplió su promesa, busco un psicólogo; el cual fue de gran ayuda.

También ese tiempo les sirvió para conocerse más, además de pasar la mayor cantidad de momentos juntos, pero esos tiempos para verse se reducieron a solo fines de semana, cuando entraron a la escuela, principalmente por Emilio que estudiaba a más de una hora de donde vivían, por lo que se quedaba cerca de la escuela toda la semana, para facilitar todo.

Joaquín en un momento se sintió algo inseguro, pues a pesar de todo lo que habían vivido, el rizado no le había pedido ser su novio. Como si Emilio supiera lo que pensaba decidió hablar ese tema, aclarándole que si no lo había hecho era porque cuando lo hiciera el quería estar bien en todos los aspectos.

El castaño lo entendió, solo necesito preguntar que si lo que ellos tenían era exclusivo, para él lo era pero necesitaba aclararlo, cosa que el rizado hizo de inmediato, diciéndole que no tenía de que preocuparse.

[...]

El viernes llegó y con ello la emoción de Joaquín, sabía que el rizado llegaría pasando las tres de la tarde, por lo que desde esa hora, se fue a sentar en la entrada de su casa, a esperar la llegada del auto.

Algunos minutos después, por la carretera, logró visualizar el color azul del auto, de inmediato se levantó. En cuanto Emilio estaciono el auto, bajo rápidamente, sintiendo como era abrazado de inmediato.

— Te extrañe tanto —susurró el rizado.

Joaquín asintió, se separó un momento del abrazo solo para unir sus labios en un pequeño beso, volviéndolo a abrazar de inmediato, solo que esta vez noto la silueta que seguía dentro del auto, la curiosidad que sintió, se fue por completo al verla bajar del auto y reconocerla.

Recordó la vez que la vio platicando con Emilio muy animadamente e incluso se tomaron de las manos. De repente toda la felicidad que tenía se fue.

— ¿Qué tienes amor? —preguntó el rizado notando la expresión que tiene Joaquín.

— ¿Quien es ella? —se atrevió a preguntar.

— ¡Oh! Es Gabriela mi mejor y única amiga —respondió con una sonrisa.

Joaquín asintió, le dio un pequeño saludo a la joven, antes de separarse por completo de los brazos de Emilio.

— Debo irme —susurró Joaquín antes de caminar de regreso a su casa, dejando a todos muy confundidos.

Emilio no lo pensó dos veces y fue tras el castaño, logrando lo detiene antes de que entre a su casa.

— ¿Qué es lo que ocurre? Todo estaba bien hace un momento —intrigó.

— Nada, solo pensé que te gustaría pasar tiempo con tu mejor amiga, ya sabes platicar y tomarla de la mano como hace meses —dijo Joaquín algo molesto; el rizado no había entendido en un principio pero después lo hizo.

— ¿Nos viste esa tarde? —preguntó a pesar de ya saber la respuesta, el castaño asintió— Espero que recuerdes que un día antes te había tomado la mano tan solo unos segundos, los cuales fueron suficientes para hacer que mi corazón se acelerara y sintiera un pequeño cosquilleo en mi estómago. Como sabes en ese momento estaba averiguando si me gustabas; entonces ella me vino a visitar, le conté lo que sentí y me llamó idiota por no aceptar que tu me gustabas. Entonces Gabriela me tomo de la mano para que me diera cuenta de que no sentía lo mismo con ella, a ver si yo me daba cuenta; cosa que no pasó porque soy un idiota, pero intento ayudar.

— Ahora yo me siento como un tonto Emi —susurró acurrucados en el pecho del contrario.

— No digas eso, ya hemos aclarado muchas cosas, pero faltó esa porque yo no sabia que tu nos habías visto, fue mi error ¿de acuerdo? —dijo el rizado, beso la frente de Joaquín.

— No es culpa de nadie, mejor olvidemos eso y bésame —pidió el castaño, Emilio asintió, pero antes de hacerlo volteo a todos lados para ver que no hubiera nadie al rededor.

Cuando se separaron, fueron a la casa del rizado, saludando a la madre de esté, quien platicaban animadamente con Gabriela antes de que entrarán. Lo que Joaquín no sabía era que hablaban de la sorpresa que Emilio le tendía preparada para el próximo fin de semana, por eso dejaron de hablar en cuanto entraron a la casa.

Pasaron una linda tarde los cuatro, platicando y bromeando un poco. En la noche el rizado acompañó a Joaquín a su casa, a pesar de que estaba justo a lado, se despidieron con un pequeño beso antes de que entrará a casa.

La próxima semana sería muy importante...

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Ultimos capítulos

Subí una nueva historia, por si les interesa, se titula "mil versiones"

Le quedan dos capítulos a esta historia, por lo que veo actualizare los domingos, a menos que la escuela haga que se me complique y actualice después.

Gracias por leer los amo 💜