Rare » Omegaverse Yoonmin.

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YoonGi observó con curiosidad a su hermano menor mientras este parecía anotar algunas cosas de internet con desesperación, exámenes no tenía, de eso estaba seguro porque ambos se juntaban para estudiar en las tardes cuando tenían mucho trabajo que hacer, así que por más que intentara mantener a raya su curiosidad, simplemente terminó preguntado mientras se acercaba a este para poder observar más de cerca lo que hacía.

— ¿Qué estás haciendo? — Preguntó con curiosidad mientras se sentaba al lado del menor. TaeHyung detuvo su escritura mientras veía con algo de pena al mayor. — ¿TaeHyung?

— Estoy investigando sobre cómo salir con un conejito sin asesinarlo en el proceso. — YoonGi frunció el ceño notablemente confundido mientras veía la laptop en la mesa y veía tips para tener una muy buena relación.

— He encontrado cosas muy interesantes. — Mencionó moviendo las cejas animadamente. YoonGi le observó de forma retadora.

— ¿Qué cosas descubriste? — Preguntó.

— Que tendré una vida sexual muy placentera, los conejitos son sinónimo de calientes en sus días de celos. — YoonGi rodó los ojos divertidos mientras negaba.

— Mientras después no quieras huir del chico que te usará como juguete sexual, está todo bien.

— ¿Por qué lo dices? — Preguntó el menor interesado. YoonGi se encogió de hombros mientras fingía ignorancia.

— Un caballero no tiene memoria de con quién ha salido. — Mencionó divertido mientras sentía sobre él la mirada burlona y curiosa de su hermano.

— ¿Saliste con un cambiaformas conejito y nunca supe? — Preguntó ofendido. YoonGi se encogió de hombros restándole importancia.

— Conejita. — Aclaró. — Y sí, pero no te diré nada, solo fue una sola vez así que no puedo darte consejos para que los uses con JungKook, lo siento. — Mencionó ante la mirada esperanzada que TaeHyung había tenido.

— Debía intentarlo por lo menos. — Mencionó encogiéndose de hombros. — ¿Por qué no revisas en internet? — YoonGi le observó. — Puedes conseguir algo sobre cómo llamar la atención de una temible boa esmeralda.

— Jimin no es temible. — Aclaró YoonGi. TaeHyung asintió.

— Es adorable y sexy, lo sé. — YoonGi gruñó.

— Igual que JungKook. ¿No? — Rebatió el mayor de ambos divertido ante el semblante molesto de su hermano.

— Oye. — Llamó golpeando el hombro del pálido. — ¡Solo yo puedo ver la belleza de mi conejito! — Exclamó.

— Y yo solo puedo ver lo bonito que es mi pequeño Jiminnie-ah. — Sonrió ante lo dicho. TaeHyung asintió.

— Trato hecho. — Cerró TaeHyung extendiendo la mano hacia el pálido para que este la tomara. YoonGi asintió divertido antes de que ambos rompieran en risas por lo tonto e infantil que estaban actuando.

El amor era una cosa muy loca.

...

— ¡Jimin-ah! — El grito de JungKook sacó a Jimin de su ensoñación. El conejito a su lado reía divertido mientras dejaba frente a él una charola con comida. — ¿Estás bien? ¡Tengo rato llamándote y tú estabas en otro mundo! — Se quejó divertido. Jimin infló sus cachetes de forma tierna mientras reposaba de nueva cuenta su cabeza sobre la mesa e ignoraba la apetecible comida que estaba delante de él.

— Mamá cree que estoy haciendo drama innecesario, pero... ¡Se fue de cacería y no me llevó! — Exclamó. — Dijo que ya era un omega grande y que podía empezar a valerme por mí mismo, prácticamente me está echando de la casa. — JungKook iba a hablar cuando la voz risueña de alguien más sonó detrás de ellos.

— No exageres cachorro, te dije que iría a buscar pesado, tú odias el pescado. — Gruñó la omega con algunas bolsas. Jimin dibujó una mueca de asco en su rostro mientras sentía el olor. — Tengo clientes muy exigentes esta noche y quieren probar un buen plato de pescado, entonces fui yo misma por ellos. — Mencionó encogiéndose de hombros. — ¿Eso tiene algo de malo JungKook-ssi? — Preguntó de forma inocente. El omega menor rió.

— Para nada señora Park. — La omega asintió complacida.

— Mi adorable conejito, tan bonito como siempre. — Sonrió amablemente. JungKook asintió mientras intentaba calmar el desespero que sentía su animal interno. La sonrisa de la mamá de Jimin era muy bonita, pero seguía siendo un depredador.

Y los depredadores comían conejitos.

— Quita esa cara, mamá no te va a comer. — Mencionó Jimin entre risas mientras golpeaba suavemente a su mejor amigo. JungKook asintió apenado mientras escuchaba la risa de ambos omegas.

— Para ustedes es fácil, mi animal interno se asusta de todo. — Gruñó de forma adorable. — Me da miedo la vida, todos los depredadores pueden intentar devorarme.

— TaeHyung por ejemplo. — Mencionó Jimin.

— E-Eso e-es diferente. — Aclaró JungKook. Sunmi arqueó la ceja.

— ¿Alguien está pretendiendo a mi adorable conejito? — Preguntó la mayor. Jimin sonrió victorioso ante el bochorno que vio en el rostro de su mejor amigo.

— Verás mamá bonita, digamos que JungKook también tiene un lindo gatito.

...

Chaerin observó con desconfianza a sus dos hijos, los dos estaban demasiado tranquilos y para la mujer, aquello era extraño. Ambos eran dos jóvenes alfas de tigre, igual a ella y por ello, sabía perfectamente que tanta tranquilidad no era sinónimo de algo bueno. O que seguramente, estaban ocultándole algo.

— No esperábamos que vinieras tan rápido a vernos. — Mencionó TaeHyung rompiendo el silencio. Chaerin rió ante los visibles nervios de su hijo menor, para la mujer siempre había sido tan fácil descifrar a TaeHyung, más que con YoonGi quién simplemente era tan parecido a ella que le aterraba.

Mientras TaeHyung podía temblar como una gelatina, YoonGi se mantenía imperturbable, tan recto y serio que le hacía imposible ver algún punto débil que atacar.

— Los conozco perfectamente, como la palma de mi mano. — Mencionó tranquilamente tomando asiento. YoonGi bufó y aquello arrebató una sonrisa en el rostro de la mujer. — ¿Mis dos bebés no me van a dar un abrazo? — Preguntó fingiendo dolor. TaeHyung sonrió acercándose a la mujer y esta esperó hasta que un renuente YoonGi se acercara para apresar entre sus brazos a sus dos cachorros. — Ahora no se hagan los idiotas y empiecen a decir que traen entre manos o si no, no me largaré de aquí hasta descubrirlo. — Amenazó seriamente la mayor y con ello ambos hermanos supieron que nunca podrían librarse de su mamá.

Más cuando esta se enterara que habían encontrado a sus respectivas parejas.

...

Continúa...