Epilogo.

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Dos años después.

Si a Jimin en algún momento, le hubiesen dicho que terminaría en una relación tan seria como en la que estaba ahora, no lo hubiese creído nunca. Pero ahora, viendo hacia dos años atrás; lo único que adornaba su rostro era una sonrisa de genuina felicidad.

Primero lo primero, se había graduado de la universidad con honores junto a JungKook, ambos habían tenido un buen puesto en la lista de calificaciones y eso... Eso les abrió una cantidad de puertas en el ámbito laboral que ninguno dudó en tomar.

Ahora estaban juntos en la misma academia, ambos eran dos buenos instructores y tenían un grupo de alumnos excepcionales.

Y bueno, ¿para qué negarlo? También tenían un gran grupo de admiradores.

— Jimin-ssi, por favor acepte mis más puros sentimientos, puedo hacerlo sumamente feliz. — Un tembloroso alfa estaba frente a él con un ramo de flores. Jimin no pudo evitar parpadear confundido para luego ver al hombre frente a él.

Diablos, era bonito. Pero nadie en el mundo era más bonito que su hyung. Era el número 1 en su universo.

— Me halagan tus bonitos deseos Taemin-ssi, pero estoy en una relación. — Mencionó con una sonrisa mientras veía al alfa frente a él. El mencionado le observó desanimado mientras veía las flores que tenía.

— Pero no tienes un anillo. — Susurró el alfa anonadado. Jimin le observó confundido. — Eso quiere decir que no es tan en serio. — Jimin rodó los ojos mientras un brillo furioso iluminó su mirada. El alfa retrocedió al ver la molestia en el omega.

— Jódete Taemin, ojala no consigas a nadie nunca. — Gruñó tomando de forma brusca su bolso negro y tirando las flores del alfa al piso.

Siempre había sido lo mismo, cada vez que Jimin mencionaba que estaba en una relación, lo primero que hacían era ver sus manos para localizar el brillante anillo que aún no tenía el lujo de exhibir. Y sí, quizás actúo como un inmaduro hace tan solo unos minutos atrás, pero... ¡Eso le ponía sensible y molesto al mismo tiempo!

— Cualquiera querría casarse conmigo. — Gruñó pataleando por el camino mientras la gente a su alrededor le observaba. — ¿Por qué tarda tanto en pedírmelo? — Puchereó.

— ¡Yo me casaría contigo ahorita mismo! — Gritó alguien. Jimin negó mientras decía.

— Tú no eres Min YoonGi. — Mencionó con desanimo mientras veía el camino que le faltaba para llegar al apartamento que compartía con su alfa.

...

YoonGi suspiró cansado mientras llegaba al apartamento, eran pasadas las ocho de la noche y el lugar se sentía extrañamente silencioso.

— ¿Jimin-ah? — Llamó dudoso mientras dejaba la chaqueta verde que cargaba encima sobre el sofá y revolvía su cabello negro. Había escuchado de Jimin que le gustaría verlo con el cabello negro y no dudó ni un segundo en complacerlo.

De eso habían pasado seis largos meses, seis meses llenos de mañanas calurosas, besos robados en cada almuerzo y noches cálidas entre los brazos de su omega.

— ¿Bebé en dónde estás? — Preguntó caminando hacia la habitación.

— Estoy en el cuarto. — La voz baja de su omega le hizo fruncir el ceño. Incluso sentía un pequeño olor a tristeza que alertó a su tigre. Sin dudarlo un segundo corrió los pocos pasos que quedaban hasta la habitación y entró en ella. Jimin estaba abrazado con su almohada mientras tenía un pronunciado puchero en su rostro.

— ¿Jimin? — Preguntó dudoso mientras se acostaba al lado del omega y dejaba besos en la espalda descubierta del omega. — ¿Quién te molestó? ¿Alguien se metió contigo? ¿Debo darle cacería a algún alfa tonto?

— ¿Tú no te quieres casar conmigo? — YoonGi parpadeó confundido ante la pregunta. Jimin calló durante todo ese tiempo mientras sentía como YoonGi se levantaba de la cama. El omega contuvo un sollozo cuando de nueva cuenta sintió el peso del cuerpo del alfa a su lado.

— ¿Por qué mi bebé es tan desesperado? — Preguntó YoonGi en un susurro mientras volteaba al omega para que pudiera verle. — Siempre quieres las cosas a tu manera. — Mencionó el pálido mientras sacaba una pequeña cajita de color rojizo y se la mostraba al omega. Jimin parpadeó conteniendo las lágrimas mientras abría la cajita. — Te iba a proponer matrimonio el viernes en casa de tu mamá, incluso mamá vendría y tendríamos una noche familiar junto TaeHyung y JungKook-ah, pero tú... Tú todo el tiempo tan... — YoonGi calló mientras sentía el cuerpo de su omega sobre él y los besos que este dejaba sobre su rostro.

— Te amo. — Susurró el omega emocionado.

— ¿Eso quiere decir que te casarás conmigo? — Preguntó YoonGi sintiéndose feliz al ver al omega con aquella mirada brillosa.

— Eso quiere decir que sí. ¿Quién no se casaría contigo? — Cuestionó Jimin mientras abría la cajita y sacaba un hermosísimo anillo. YoonGi no dudó ni un segundo en tomar el anillo y deslizarlo en el dedo del omega.

— Una vida juntos. — Mencionó el alfa. Jimin sonrió.

— Una eternidad para ser raros juntos, te amo. — Concluyó Jimin besando al alfa y compartiendo toda la felicidad que sentía en ese momento con su amado.

...

Oficialmente llegamos al final de Rare.

Jimin con su desespero siempre termina dañándole los planes a YoonGi jajaja. Aunque bueno, dos años de relación, hacía falta el anillo sí o sí.

¡Gracias por leer, por el cariño a cada capítulo de esta corta historia. Espero les gustara lo que ofrecí en este libro.

Gracias por los casi 3k en lecturas.

¡Nos leemos en otra oportunidad!

Rare » Omegaverse Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora