Rare » Omegaverse Yoonmin.

[08]

— Sabes tan bien como te ves. — Susurró Jimin divertido mientras dejaba un casto beso en la frente del pálido. YoonGi rió sintiendo el profundo olor del omega un poco más fuerte de lo usual. — ¿Quieres que te de mimos? ¡Me gusta dar mimos! — Exclamó de forma repentina el omega. YoonGi parpadeó confundido ante el cambio de actitud por parte del menor.

— ¿Te pasa algo? — Preguntó el pálido mientras sentía al omega esconderse entre la curvatura de su cuello e inhalar de su olor con fuerza. — ¿Jimin-ssi?

— Me gusta tu olor, hueles bonito, hueles a mi casa. — Mencionó Jimin aferrándose con fuerza al pálido y con solo ese pequeño acto, YoonGi comprendió que el celo de su omega estaba empezando a manifestarse y este parecía no darse cuenta de ello. — ¿Puedo ir a tu cuarto? ¿Tu cama huele como tú?

— No sabía que eras una cosita tierna cuando estás en celo. ¿En dónde está mi chico atrevido y para nada sumiso? — Jimin sonrió mientras depositaba un beso casto en los labios del alfa. Un brillo divertido se reflejó en los grisáceos ojos y YoonGi sonrió comprendiendo el actuar del omega. — ¿Sigues ahí no? — Preguntó con la voz ronca mientras sus manos apretaban el buen formado trasero del omega. Jimin jadeó ante el toque repentino mientras algo en su interior le rogaba por envolver al mayor con sus piernas y entregarse de una vez a él.

— Puede que sí, puede que no. ¿No quieres descubrirlo por tu cuenta? — Preguntó pestañeando con fingida inocencia mientras una sonrisa altiva se dibujaba en su rostro. — Será más divertido y placentero de esa forma. — Susurró haciendo caso a su instinto mientras de un pequeño brinco lograba envolver la cintura del pálido con sus bien trabajadas piernas. YoonGi rió en negación mientras veía el pasillo hasta su habitación y avanzaba por este hasta entrar dentro de ella y cerrar la puerta con seguro.

— Eres como una pequeña cosita malvada y descarada, ¿no? — Preguntó el pálido siendo conocedor de la respuesta. Jimin se encogió de hombros mientras sentía su cuerpo caer lentamente sobre la cómoda cama bajo él. — Tu cuarto tiene tu olor en todas partes. — Susurró Jimin cerrando los ojos mientras se embriagaba con este.

— ¿Estás seguro de esto? — Preguntó YoonGi viendo fijamente el rostro del contrario para notar cualquier signo de incomodidad. Lo que obtuvo de respuesta fueron los profundos ojos grises del omega invitarlo a hundirse en él. Las manos del pálido vagaron lentamente por el abdomen del omega mientras poco a poco subía la camisa ceñida al cuerpo que el omega cargaba. Jimin no se inmutó ante el toque, simplemente esperó en silencio mientras disfrutaba de cada una de las caricias plantadas por el alfa.

— Cuando te vi supe que eras mío. — Susurró Jimin con su voz tranquila y pacífica, sonaba casi como si estuviera durmiéndose pero YoonGi sabía a la perfección que ese no era el caso. — Yo sé que soy tuyo, te pertenezco de la misma forma en la cual tú me perteneces a mí, nacimos para estar juntos y te quiero conmigo.

— Yo también te quiero conmigo. — Susurró el alfa descendiendo lentamente sobre el omega para apoderarse de forma hambrienta de aquellos abultados y provocativos labios que tanto le incitaban a acercarse y tomar todo lo que ellos pudieran darle. Jimin sonrió en medio del beso mientras deslizaba sus brazos por el cuello del pálido y apresaba la cintura de este con sus piernas.

No había escapatoria, de ninguna forma, y tampoco es como si YoonGi quisiera huir de ello. Estaba encantado. Tenía a alguien que de una forma u otra le pertenecía de verdad. Y ese omega estaba ahí, llevándolo demasiado lejos con un simple beso e invitándolo a seguir explorando sin pero alguno en el proceso.

— No soy virgen. — Susurró Jimin mientras llevaba sus manos hacia los botones de la camisa del mayor. — Ni estoy cerca de serlo al igual que tú. — YoonGi gruñó ante la mención de aquello y eso le pareció algo tierno al menor. — Pero quiero que sepas que esto no es sexo, no lo es. — Susurró. — Quiero que sea lento, que lo hagamos tan malditamente lento para poder grabarme a la perfección cada centímetro de tu cuerpo.