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La noticia del ataque a SiCheng se esparce por el pueblo rápidamente. Es bastante inusual que ocurran eventos de esa naturaleza. El pueblo se caracteriza por su perfecta harmonía y por ser un lugar en donde la gente va a descansar.

Los periodistas están como gatos en celo
buscando respuesta de aquí a allá. Algunos han llegado al extremo de preguntarles a los padres del chico cosas imprudentes.

El chico en cuestión se encuentra en el único hospital del sitio, (el mismo en donde TaeIl está ingresado) y solo unas cuantas personas allegadas a él tienen acceso.

Ten es afortunado al ser uno de ellos. En una situación normal, él ni siquiera estaría ahí (Aun cuando conoce a SiCheng, no es tan cercano a él), pero al conocer a TaeYong, HaeChan y Yuta, pues él tiene la ventaja de ser su conocido.

Después de ver la noticia en el periódico, el chico llamó a TaeYong, ya que este siempre tendría su punto de vista, o más información. Sin embargo, él no le dijo absolutamente nada más que un simple 'Ven al hospital'.

Ambos se encuentran enfrente de la habitación en donde esta SiCheng. Los periodistas y médicos se encuentran alborotados por el suceso, lo cual hace
que el paso sea bastante trabajoso; pero logran ingresar a la habitación.

Lo primero que Ten logra ver es a Yuta
y HaeChan. Ambos tienen la mirada perdida y solo se encuentran sentados en los sofás de la sala. TaeYong se acerca a ellos, y Ten le sigue. Mentalmente ruega
para que el mayor no diga o pregunte algo indebido.

¿Y DoYoung? — Yuta alza la mirada para
reconocer los dos rostros frente a él, pero de su boca no sale palabra alguna.

Una fina línea de lágrimas sale por sus ojos, pero él no respira con dificultad.

HaeChan luce bastante diferente con los ojos rojos y con manchas que indican que ha llorado. A lado del menor se encuentra un pequeño cerro de pañuelos usados.

DoYoung Hyung vendrá más tarde. Esta
ocupado. —La voz ronca de HaeChan se hace presente. El chico luce realmente afectado por lo ocurrido a su compañero, y pues como no, cualquiera lo estaría.

TaeYong asiente. Sus ojos observan a Yuta por un momento. Sabe que preguntarle algo al castaño sería en vano, así que se guarda sus palabras.

¿Cómo se encuentra? —Ten habla con voz muda. Sus ojos se pasean de HaeChan a Yuta y viceversa. Yuta voltea a ver por la ventana y HaeChan rompe en llanto. Ambos chicos comprenden que por el momento, no serviría de nada intentar dialogar con estos dos destrozados chicos.

TaeYong se dirige al protagonista de toda esta tragedia. Sus padres les impiden momentáneamente el paso, pero luego la madre del chico reconoce a TaeYong y les dejan acercarse. Ten puede ver por fin a SiCheng.

El chico tiene los ojos completamente rojos, el cabello desbaratado y los labios secos. El chino está llorando sin cesar y se sorbe la nariz con frecuencia. Su madre le balbucea unas cuantas cosas en mandarín mientras le acaricia el pelo, pero poco sirve esto para calmar al chico.

Sus manos se aferran con furia a las finas
sabanas de hospital. Su cabeza choca con
desesperación contra la almohada y sus
berridos se hacen cada vez más fuertes. SiCheng se ve molesto, pero más que eso, se ve frustrado.

Esta es una faceta de él que Ten no conocía. Aun cuando se fue, él
siempre tenía a SiCheng en su mente como el chico tímido, gentil y optimista que puede alegrarte el día con su aegyo, o solo con sus errores gramaticales, que muchas veces resultan ser tiernos.

Pero el chico frente a él es solo una bola de furia y agonía. Ten todavía no ve que está mal con él, puesto que nada se ve fuera de lo común.

Roue De CouleurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora