7.

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El chico con suéter lavanda se encuentra pelando tranquilamente las manzanas frente a él. Las que ya no tienen ni cascara, ni el tallo, están puestos dentro de un pequeño contenedor de plástico.

Cuando completa su tarea de quitarle la cascara y el tallo a todas, coloca éstas en la tabla de madera que acaba de lavar. Con un cuchillo, él empieza a cortarlas en pequeños pedazos, una por una.

Terminada esta parte, el chico introduce los trozos en un contenedor con tapa, para luego guardar éste en el refrigerador. Su atención ahora se centra en la masa que hizo unos momentos atrás.

Sus manos juguetean con el cuerpo esponjoso de harina, huevos y demás. La aplasta y la vuelve a estirar. Toma el rodillo, le coloca a éste una cantidad mínima de harina, y él empieza a darle forma a la masa sobre la mesa. Un círculo casi perfecto se forma en la superficie de madera.

Siempre me ha encantado verte trabajar. —Una voz se hace presente en el lugar. El chico probablemente se hubiera espantado (esto es debido a que el local está cerrado a la clientela, y él se encuentra solo en el lugar), pero reconoce esa voz al instante.

JaeHyun. —Reconoce el chico con el rodillo.

Hyung. —Habla JaeHyun con una tímida sonrisa. El chico que antes estaba recargado sobre una pared, se acerca al contrario.— ¿Cómo has estado? Vi que...—JaeHyun se aclara la garganta.— Estabas.. acompañando a Ten.

Una pequeña sonrisa traviesa y un
tanto burlesca se dibuja en los labios
del chico con el suéter color lavanda.

¿Celoso, JaeHyun ah? —El chico arrastra juguetonamente sus palabras.

JaeHyun bufa ante la insinuación del contrario pero sabe que acertó.

¿Cómo se te ocurre, Hyung? —Se acerca restándole importancia. Al tenerlo cerca, el chico del suéter lavanda suelta el rodillo y rodea con sus brazos el cuerpo duro de JaeHyun.— ¿Hyung? —Ante el abrazo, queda perplejo por un milisegundo.

Nadie está aquí, no tienes por qué usar los honoríficos.—

DoYoung. —Se corrige JaeHyun. A éste se le prende un foco, y se separa del chico. — No me abraces, estoy manchado de sangre. —Señala entonces el delantal que
trae puesto. En sus brazos y manos también hay tintes rojizos.

¿Mataste a alguien, JaeHyun? —Pregunta DoYoung con una sonrisa traviesa.

No realmente. —JaeHyun se encoge de
hombros.— Solo corte los cadáveres de algunos pollos. Y por eso, es mejor que no me toques, DoYoung. —Le dice con una sonrisa triste. 

No me importa, además...—Un dedo juguetón del chico se desliza desde la mano hasta el hombro de JaeHyun.— Me gusta verte así, te hace lucir aun más masculino de lo que ya eres.—El pelinegro le sonríe. Sus mejillas están ligeramente coloreadas de tonos rosáceos.

JaeHyun sonríe pícaramente. Éste empieza entonces a mostrarle sus bíceps al mayor. Además, lleva puesta una camiseta sin mangas, por lo que los músculos de sus brazos resaltan aún más.

¿Te gusta? —Pregunta JaeHyun con voz
susurrante y algo seductora.

Las mejillas de DoYoung están bastante rojas por los que sus ojos están presenciando. JaeHyun es indudablemente un chico bastante desarrollado. Se siento algo inútil, puesto que él es mayor que el chico de cuerpo atlético.

¡Yah, detente! —Exclama DoYoung aventándole a JaeHyun un poco de harina que se encuentra en un tazón medidor. El polvo se esparce por la camiseta y el delantal de JaeHyu,se mira por unos segundos antes de mirar al pelinegro con una sonrisa traviesa.

Roue De CouleurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora