Maravilloso despertar

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Adora

Cuando despierto nuestras posiciones de la noche han cambiado: Ahora yo estoy acostada boca arriba y Catra está acurrucada en mí costado con la cabeza cerca de mis costillas y su brazo alrededor de mi cintura.

No puedo dejar de mirarla así tan tranquila e aparentemente indefensa, aunque ella me golpearía si se lo dijera. Solo me decido a admirarla y a dar a gracias a la vida por traerla de vuelta a mí. Entonces oigo un ruidito salir de sus labios.

¡¿Cómo puede ser tan adorable y negarlo?!

—Buenos días acosadora —dice Catra con voz adormilada.

Quiero escuchar esa voz todas las mañanas, aunque no llamándome acosadora, claro.

—Es imposible no mirarte, pareces una...

—Más te vale que no lo digas Adora —me interrumpe mientras se sienta y me mira desafiante.

Sonrío divertida.

—Gatita —termino.

De niñas yo siempre la llamaba así por sus gestos parecidos a la de aquel felino. Ella suelta un suspiro. Después de eso el silencio reina en la habitación y en la casa.

—Bueno princesa, es hora de que dejes de avergonzarme y vayamos a la cocina de tu casa —dice y yo pongo cara de no entender—, se me ocurrió que podemos hacerle el desayuno a tu familia ya que al parecer nadie se ha levantado ¿Qué les gusta desayunar?

Sonrío Catra no deja de darme sorpresas, primero su gran talento con la guitarra y esa voz que me conmovió hasta las lágrimas y ahora su actitud de servicio. Me tomo un momento pensar en la respuesta a su pregunta pero la respuesta final fue definitiva.

—¡Panqueques de arándanos! —exclamo emocionada.

Ella solo me sonríe.

Ya en la cocina de mi casa Catra confiesa un poco avergonzada.

—Honestamente no se preparar panqueques, pero no hay nada que no se pueda solucionar con un tutorial.

—Pues yo tampoco así que pon de una vez el video —digo y le regalo una sonrisa.

Busca en internet y cuando ya escoge el video coloca su teléfono sobre la encimera. Catra está totalmente concentrada tiene los labios apretados y las cejas levantadas, no sé porque, pero su expresión provoca.

—¿Crees que tengan todos los ingredientes necesarios? —dice ella sin dejar de mirar el teléfono.

Me pego a ella por detrás y pongo mentón en si hombro.

—Seguro que sí.

Ella ni se inmuta por mi cercanía. Entonces beso su cuello, ella tiembla un poco por mi acción.

—Mmm... —dice dándome a entender que le gusta lo que hago entonces beso también su hombro.

—Vamos Adora no me hagas esto ahora —dice un poco en suplica.

Yo sonrío triunfante.

—¿Por qué no? Ambas lo estamos disfrutando —digo con voz sensual.

Y la volteo para besarla en los labios, ella me corresponde. Pongo mis manos en sus caderas y ella rodea mi cuello con sus brazos.

—Porque debemos cocinar los panqueques —dice cuando nos separamos para poder respirar—, y porque estamos en tu casa con tu familia.

Por un momento lo había olvidado, no es que me preocupe demostrar mis sentimientos hacia mi novia frente a mi familia, pero tampoco quiero que nos encuentre en algo más comprometedor.

—Está bien me calmo —digo un poco desanimada, pero sin querer soltar la cintura de Catra.

Ella aparta mis manos con delicadeza para luego acercarse a mi oreja y susurrar.

—Se paciente y cuando llegue el momento nos lo vamos a pasar a lo grande —dice y cuando se aleja de mí me guiña el ojo.

Después de eso me quedo perpleja al imaginarme en esa situación con Catra. Mis mejillas se colorean de rojo, ella por su parte se pone a buscar los ingredientes dispuesta a preparar el desayuno.

Cuando mis padres llegan a la cocina se sorprenden al vernos con una torre de panqueques recién preparados.

—Pero que linda sorpresa —dice mi mamá.

—Fue idea de Catra —digo mientras miro a mi novia con una sonrisa.

—Es una manera de agradecerles por la cena de anoche y por dejar que me quedara a dormir —dice ella.

—Qué bonito detalle, pero no tenías que hacerlo —dice mi papá con una sonrisa—, fue realmente encantador tenerte en nuestra casa.

—Adora ve a buscar a tu hermana para que venga a disfrutar de los panqueques que seguro les quedaron deliciosos —me anima mi madre.

Subo con rapidez a buscar a Glimmer, solo espero que ella ya no siga molesta conmigo.

—Buenos días —digo bajito cuando llego a su habitación.

Ella se remueve en su cama.

—Buenos días —me responde ella para luego soltar un bostezo.

—Catra y yo hicimos panqueques para el desayuno —digo mientras me siento al borde de su cama.

—¿Con arándanos? —pregunta y noto la curiosidad a pesar del cansancio.

—Sí —digo con timidez.

—Estoy empezando a creer que enserio quiere impresionar a nuestros padres —dice para luego soltar a reír.

¿Se está burlando o algo así?

—Vamos Adora estoy bromeando —dice mientras se levanta de su cama.

—¿Eso significa que ya no estas molesta conmigo? —pregunto esperanzada.

Ella se sienta a mi lado.

—Ya no —dice—, y lo siento por haberlo estado fui una inmadura. Sé que Catra y tú pagaron las consecuencias y enserio lo lamento. Ya me disculpe con ella y me perdono, espero que tú también puedas hacerlo.

La mira y veo que tiene la cabeza agachada, parece que realmente lo siente.

—Sabes que te perdono. —Ella alza el rostro y una sonrisa tímida aparece en el—. Pero por favor no vuelvas a hacerme la ley del hielo que me haces mucha falta.

Y la abrazo ella me corresponde, entonces siento sus lágrimas mojar mi hombro.

—Todo está bien pequeña —le digo dulcemente mientras acaricio su cabello—, sin rencores.

Cuando Glimmer y yo llegamos al comedor nuestros padres y Catra ya están comiendo.

—¿Por qué tardaron tanto? Comenzamos sin ustedes porque esos panqueques se veían irresistibles —dice mi gatita.

—Y sí que lo son —dice mi padre para después meterse otro trozo a la boca.

—Siéntese antes de que su padre terminen con ellos el solo —dice mi madre divertida.

Glimmer y yo sabemos del apetito de nuestro padre así que nos sentamos con rapidez.

—¿Todo bien con tu hermana? —me pregunta Catra bajito para que solo yo oiga.

—Todo bien por fin —le respondo con alegría—, gracias.

—Estoy feliz por eso —dice con una sonrisa para después besar mi mejilla.

Mis padres lo notan, pero solo sonríen, yo me siento sonrojar.

Pasamos un desayuno muy agradable, todos nos felicitaron por los panqueques pues quedaron deliciosos. Un rato después de haber terminado los Black vienen a buscar a Catra. Los tres nos agradecen por nuestra hospitalidad y nosotros nos mostramos alegres. Mis padres hacen la invitación a que la familia completa venga a cenar, los padres de Catra insisten en que sea en su casa y al final los míos ceden a la propuesta.

Imposible [SPOP AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora