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____ McCord estaba tumbada en lo alto de una colina, a casi dos kilómetros del rancho de Harry Styles, mirando a través de unos prismáticos de gran alcance. Llevaba tres días, en aquella misión de vigilancia.

Hacía calor para estar a principios de noviembre, pero no era agobiante. El otoño estaba, en su máximo esplendor.

Pero ella no había ido allí a ver las vistas, ni a disfrutar del buen tiempo.

Aunque tenía que admitir, que había algo que sí llamaba su atención. Allí estaba, él.

____ miró su reloj. Eran casi, las tres y media.

«Hoy te has retrasado un poco, ¿eh?», se dijo para sí, ajustando los prismáticos para enfocar mejor la imagen del hombre que se dirigía por una senda, hacia la entrada de la vieja mina abandonada.

____ tenía veintiséis años. Había nacido y se había criado en Texas. No era de ese tipo de chicas que se dejaban deslumbrar, fácilmente, por un cowboy; pero sabía valorar a un hombre apuesto, delgado y musculoso y con la piel tostada, por el sol.

Los cowboys acostumbraban a llevar unos pantalones vaqueros muy ajustados y se pavoneaban al andar, contoneando las caderas y los hombros.

Aquel hombre llevaba además unas buenas botas, algo desgastadas ya por el duro trabajo a lo largo de los años, y un sombrero texano. Tenía una barba incipiente; seguramente, se habría levantado temprano.

Pero nada de eso, era nuevo para ella.

Y tenía otras cosas que hacer mucho más importantes, que admirar a un hombre, por atractivo que fuera.

Su vida estaba cambiando demasiado, y muy deprisa. Sus dos hermanos mayores, acababan de comprometerse en matrimonio. Esperaba que supieran, lo que estaban haciendo. Todo había sucedido tan rápido...

Tate, el segundo de sus hermanos, había regresado a casa tras dos años de servicio, como cirujano del Ejército en Irak. Había vuelto muy cambiado, ya no era el mismo. Durante un tiempo, había estado muy preocupada por él.

Sorprendentemente, al poco de llegar, había dejado a Katie, su novia de toda la vida, con la que ella se llevaba muy bien, y se había enamorado de Tanya, la hija del ama de llaves, que llevaba trabajando más de veinte años para su familia. Tanya también le gustaba, a pesar de que siempre había pensado, que Tate acabaría casándose con Katie.

¡Y, entonces, Blake, su hermano mayor, había decidido de pronto que, Katie, era la mujer de su vida y ella había aceptado casarse, con él!

____ no sabía, cómo podía haber sucedido todo aquello; sólo deseaba que sus hermanos fueran felices. No quería entrometerse en sus decisiones, bastantes quebraderos de cabeza había ya en la familia.

Su prima Gabby, que era modelo, y por cuyas venas corría sangre de la realeza italiana, se acababa de casar con su guardaespaldas. Ella era la imagen, de las joyerías McCord.

Era, como para volverse loca.

Y luego estaba Penny, su hermana gemela, que se había comportado de una manera muy extraña durante todo el verano, siempre alejada de todos, como tratando de ocultar algo, a pesar de que nunca habían tenido secretos entre ellas. La última vez que había hablado con Gabby, su prima le había hecho un montón de preguntas sobre Penny, que ella no había sabido responder. Gabby estaba convencida, de que algo andaba mal.

Todos los McCord, se estaban comportando de una manera diferente de la habitual y la causa no eran sólo sus nuevos romances amorosos. Era su madre.

Y su hermano menor.

Y su padre, que hacía ya cinco años que había muerto.

Ninguno de ellos eran lo que parecían ser, ni lo que habían sido hasta entonces.

Diamante de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora