Uchiha Sasuke

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Los entrenamientos del equipo 7 se hacían cada vez más intensos, su sensei no se apiadaba de los genin y llevaba los cuerpos de los tres pre adolescentes al límite.

Haru sentía que sus pies se entumecían por el dolor, no estaba tan acostumbrada a sobre esforzarse en sus habituales entrenamientos y ser muy vaga le estaba costando caro.

Claro que ella se esforzaba en verse fuerte, pues quería impresionar al azabache de su equipo; Uchiha Sasuke. Si, la niña tenía una debilidad con él como la gran parte de chicas con las que solía asistir a la academia, solo que ella era más... sutil.

Volviendo al escenario principal, los tres miembros del equipo 7 tenían las plantas de sus pies pegadas a la rama de un árbol. Su entrenamiento del día era poder mantenerse boca abajo y completar al menos mil abdominales; claro que su sensei tampoco era un monstruo y le había dado la chance, exclusivamente a ella, de hacer solo la mitad.

Haru, como era bastante obstinada y quería sorprender a Sasuke, pasó el limite puesto por su sensei, ella iba por un poco más de lo que él peliplata le había indicado inicialmente y a consecuencia de su terquedad, el cansancio la estaba abrumando. Sentía como su chakra casi era insuficiente, las plantas de sus pies se despegaron del tronco y empezó a caer en picada, sus ojos se cerraron con fuerza esperando el impacto, pero un fuerte tirón del pie hizo que abriera los ojos de apoco, su sensei había alcanzado a agarrarla de uno de sus tobillos con una mano, mientras que con la otra sostenía su habitual libro.

—Te dije que no te excediera, Haru —comentó el Hatake.

—Lo siento, Kakashi-sensei —Se disculpó apenada— podría bajarme por favor, me siento mareada —pidió. El Hatake la elevó un poco más del tobillo para que fuera más fácil sujetarla de la espalda con la otra mano y luego la recostó en el tronco de un árbol.

—Agotaste tus reservas de chakra, será mejor que descanses y comas un poco —sugirió su sensei amable mientras arqueaba su único ojo visible en señal de una sonrisa.

—Gracias, Kakashi-sensei —dijo sincera. Una vez que su maestro se hubiese alejado, Haru suspiró decepcionada de sí misma.

Genial, Haru, ahora Sasuke debe pensar que eres una débil”.

Sus compañeros parecían ignorar el hecho de que casi besaba el suelo y ellos seguían con lo suyo, estaban sumidos en ganarse mutuamente.

Solo pasaron unos cuantos minutos para escuchar los bitoreos de Naruto alardeando de su capacidad al haber terminado el ejercicio por una milésima de segundos más antes que el Uchiha.

—¿Viste eso Haru-chan? ¡Le gané a Sasuke! —gritó con emoción, luego se dio cuenta del estado de su compañera— ¿Estás bien, Haru-chan? ¿No lograste completar con lo tuyo? —preguntó el rubio mientras acercaba su rostro al de la castaña, tanto que molesto al integrante restante de su equipo.

—Torpe, no la molestes —comentó el Uchiha — Ella se excedió mucho, necesita descansar —se escusó ante la mirada curiosa de su sensei. Haru sólo se sorprendió al saber que el Uchiha si estuvo pendiente de ella.

—¡No hay nada mejor que un buen plato de ramen para recomponer las energías! —exclamó el rubio mientras tomaba el brazo de su compañera y lo jalaba haciéndola levantar del suelo para salir del campo de entrenamiento—. Kakashi-sensei, Sasuke, ¡no se queden atrás, vamos! —Haru estaba un poco desorientada, pero debía admitir de que tenía muchísima hambre, por lo tanto no reclamaría ante los jaloneos de Naruto.

—Bueno, después de todo no puedo confiarles a Haru en ese estado —decía el Hatake, recordando la vez que los dos varones que tenía como estudiantes olvidaron a su compañera malherida en una misión por estar discutiendo.

—¡Oh, vamos, Kakashi-sensei! ¡Solo fue una vez! —exclamó el rubio bajo la fulminante mirada de su amiga. Sasuke solo apartó la mirada avergonzado ya que normalmente solía ser más responsable que Naruto.

—Si no se los recordaba cuando nos encontramos, Haru posiblemente se habría quedado unos cuantos días más en ese lugar —Kakashi guardó su libro para empezar a seguir a sus estudiantes.

—¡Sasuke, apresúrate! —gritó el rubio al notar que su compañero no se movía.

—Vendrás con nosotros, ¿verdad Sasuke? —preguntó la castaña, el azabache no dijo nada y solo comenzó a caminar a la par del resto del equipo 7.

Los cuatro se encontraban en Ichiraku, cada uno con sus platos llenos a excepción del mayor, que aprovechó la menor distracción posible para poder comer con rapidez y evitar que sus estudiantes le vean el rostro.

—¡No es justo! —reclamó Naruto—. Usted siempre hace trampa para distraernos —se quejó, Kakashi solo lo ignoró.

Con resignación, los tres genin empezaron a comer, pero su tranquila y dinámica merienda se vio interrumpida por otro jounin.

—Chicos, ¿qué hay? —saludó Genma casual, los genin solo lo miraron confundidos, ya que no lo conocían— En fin, Kakashi, Hokage-sama está llamando a los jounin para una reunión de emergencia, espera que seas puntual —habló el Shiranui en un tono burlón.

—Ya veo. Bueno chicos, debo retirarme. —Antes de irse se acercó al azabache—. Sasuke, te encargo a Haru —dijo antes de desaparecer.

—¡El desgraciado se fue sin pagar! —exclamó Naruto.

—No te preocupes, Naruto, está vez yo invito —dijo con una leve sonrisa, Haru.

—¡Eres la mejor, Haru-chan! —El Uzumaki se avalanzo para abrazar a su compañera.

No pasó mucho cuando Haru sacaba con pesar su monedero, miraba resignada los cuatro platos que Naruto se había tragado.

Naruto se iba por su lado con el estómago lleno y satisfecho mientras Sasuke acompañaba a Haru, caminaba a su lado con las manos en sus bolsillos y acoplándose a la velocidad de la castaña.

—No es necesario que me acompañes —comentó Haru, aunque internamente gritaba de la emoción.

—Kakashi me dijo que te cuidara. —No era exactamente lo que él mayor le dijo, pero él quería hacerlo. Tras unos cuantos segundos de silencio este se dispuso a volver a hablar—. No debiste esforzarte tanto. —dijo inexpresivo.

—Lo sé, es solo que... Yo quiero ser mas fuerte —confesó— Normalmente son tú y Naruto los que se arriesgan en cada misión y yo soy siempre la primera a quien hieren, de no ser por Kakashi-sensei probablemente ya habría muerto hace mucho.

—Tú ya eres fuerte —murmuró Sasuke, un poco tímido—. Eres la que siempre nos cura, incluso a Kakashi.

—Agradezco tu comentario —le sonrió a su compañero.

—Si tú quieres, yo... podría ayudarte a entrenar —propuso el Uchiha un poco indeciso, haciendo que ambos cesen en un caminata.

—¿Lo dices en serio? ¡Eso sería increíble! —expresó con una genuina alegría, mientras se lanzaba a abrazar al chico.

—bueno, tu casa queda a una cuadra de aquí —dijo mientras la separaba un poco sonrojado—. Será mejor que yo me vaya y... Hablaremos mejor mañana —se apresuró a decir para darse media vuelta y tomar rumbo a su vivienda.

—Gracias por todo, Sasuke-kun, cuídate —logró escuchar a sus espaldas el Uchiha.

Sasuke caminaba ensimismado por la bonita sonrisa que minutos antes su compañera le había regalado, una agradable calidez se alojó en su pecho haciéndolo suspirar; inmediatamente negó con la cabeza.

"No puedo permitirme sentir esto, no puedo distraerme", declaró desechando la posibilidad de crear un vínculo con su compañera de equipo.

Y así el efímero sentimiento de amor fue opacado por sus ansias de venganza.

•••

Este OS me quedó del asco, actualmente ando en un estado en el que mi inspiración es escasa así que... disculpen esta humilde ofrenda. XD

One-Shots ||Naruto||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora