capitulo 1.

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Había más personas de las que esperaba ver.

—¿Quien eres tú?— un chico del montón me habló con voz sería, amenazante.

— ¿Ouma tenía razón?— una chica habló detrás de él.

Las miradas estaban entre confusas y con enojo, no entiendo porque se supone que estoy aquí y apenas logró concentrarme, como si mi cerebro estuviera desbloqueando recuerdos que me esmeró tanto en olvidar. Tome a Ouma de la manga de su camisa con la intención de irnos aunque sabía que no sería tan fácil.

Un golpe inesperado fue lanzado por otra persona que no había visto, ni siquiera fui capaz de verlo pero lo esquivé como si alguien más hubiese tomado posesión de mi cuerpo, Ouma quedó detrás cuando una chica de pelo negro corto, y camisa blanca ligeramente manchada, se dedicó a atacarme.

— ¿Por qué nos tienes aquí? ¡Murió por tu culpa! —me gritaba incesante.

"estás exagerando, ya para"
"¿y si es uno de nosotros?"

Había personas que intentaban calmarla, pero su personalidad explosiva actuó por sobre su razonamiento. Ni mil palabras harían que entrase en razón.

Un golpe impacto en mi abdomen y el dolor hizo que me estremeciera, cuando vacile hacia adelante, vi que su rodilla estaba yendo directo a mi cara, reaccioné rápido para defenderme, pare con el dorso de mis brazos su golpe. Y al instante apresuro un golpe en el costado de mi cara.

Fui torpe, porque me lastimo la mano más de lo que creí, pero lo bastante rápido para que no me hiciera daño en la cabeza.

Retrocedí y me dio tiempo para respirar, pues ella parece sorprendida por algo.

...Ni mil años de entrenamiento me habrían hecho capaz de defenderme tan bien, y la simpleza de pensarlo me lleno de un miedo inexplicable.

Ese tipo de pelea la sabía tan perfectamente como yo.

Lo que me preocupa es saber donde lo aprendí, de entre mis tantas memorias perdidas.

—¡No te distraigas!— volvió a atacarme con tanta furia —si vas a pelear, no me subestimes.

Al retroceder, choque en una pared y me sentí mareado al igual que aturdido, juraría que perdí la vista por un segundo.

No podía ganarle.

Tiraba golpes para matarme, así que no vi otra salida más que dejar de defenderme y empezar a atacar, pero algo en mi se negaba a hacerlo.

Una opción era correr...mis piernas no se movían.

La respiración me faltaba, podía ver el temblor en mis manos y mis oídos fallan.

Intenté levantarme en lo que se acercaba a mí y una voz, un pensamiento tan fuerte hizo presencia; matarla... Después de ese pensamiento no pude moverme, estaba en un shock por que gritaba con tanta rabia, sabia que podía hacerlo, sabía que ya lo había hecho.

—¡Saihara!—un pequeño chico de cabello púrpura vino a mi, conteniendo todo el miedo que tiene y ayudándome aunque no logra moverme. —levántate porfavor.

Una botella resbaló del bolsillo de Ouma y ví una oportunidad de escapar, tomé aquella botella de vidrio y la avente en dirección a esa chica, casi rezando en qué funcionará.

La botella impacto contra el suelo, la esquivo en cuanto vio que se acercaba, pero ya sabía que lo haría, patée sus piernas lo suficientemente fuerte para hacerla caer, su cabeza impacto contra el borde de un mueble y se retorció del dolor en el suelo dándonos tiempo de escapar, ocurrió tan rápido y yo no quería ver la escena que acababa de provocar.

Al otro lado del océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora