Capitulo 9: Primera cita.

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Peter: Academia Midtown. 17:00 p.m

Las clases finalmente habían terminado, después de estar unas cuatros horas mirando las lentas manecillas del reloj que ese día parecían más vagas de lo normal.
Recorrí los pasillos, intentando ignorar las miradas que penetraban en lo profundo de mi alma y caminé un poco más rápido para llegar a la puerta principal.

Bajé las escaleras con lentitud, respirando profundamente aliviado por la libertad.
Disfrute de la suave brisa que el día de hoy recorría la ciudad y cerré los ojos, hasta que un empujón por poco me hace rodar por las escaleras.

Fruncí el ceño molesto por el atrevimiento y me giré para ver de quién se trataba: Flash Thompson. El idiota chico malo, capitán del equipo de baloncesto y un brabucón de primera.

- Cuidado por dónde andas, Puta-Parker.- su burló, mirándome un escalón por encima de mí. Rodé los ojos, harto de la estupidez que ese ser humano podía almacenar y simplemente me agaché para recoger mi libro de ciencias que se había caído. El azote en mi culo me hizo brincar y fulmine con la mirada al imbécil.

Si algo no era, claramente solo cuando me enojaba, era una persona que se dejaba intimidar. Descolgue mi mochila con rapidez y planté un puño en el rostro del maldito, tomando su chaqueta para que no caiga contra los escalones.

- ¡No me toques, infeliz!- siseé con odio, dejando caer el cuerpo del enojado Flash a un costado. Tomé mis cosas dispuesto a irme, pero el idiota tomó mi muñeca.
Iba a volver a gritarle cuando observé su rostro de impresión, girandome para ver qué era lo que tanto terror le había dado.

Frente a nosotros, el mismísimo y trajeado Tony Stark se paraba imponente. La mano del idiota soltó mi muñeca de inmediato al ver cómo los lentes oscuros de Tony descendían mostrando su furiosa mirada.

- ¿Estás bien? Pet.- preguntó dulce, dejando todo ese odio completamente de lado y regalándome una leve sonrisa.

- Yo... Sí, señor Stark. Lo lamento, no es nada.- declaré, caminando un paso más hacia delante de él e inconscientemente cubriendo un poco a Flash.- Él ya se iba, no se preocupe.- voltee levemente la cabeza, dándole una mirada de advertencia a Thompson que captó enseguida.

- No, de echo quiero hablar unas cuantas cosas contigo... Thompson.- declaró el millonario y yo disfruté secretamente de como el cuerpo de Flash se tensó completamente.

- Eso no es necesario, Tony. Vámonos, tenemos cosas que hacer.- tomé su antebrazo, intentando alejarlo de la escena y del pobre idiota que estaba temblando.- Por favor, no haga esto aquí.- susurré, ganándome una mirada de leve enojo de parte del castaño que me hizo temblar levemente. El mayor se percató de eso y rápidamente cambio por una mirada llena de cariño y asintió, aún serio. Comenzamos a caminar hacia el auto y nos dirigimos hacia algún lugar desconocido para mí.

                         [...]

La corbata del señor Stark ahora cubría mis ojos, impidiendo que vea lo que tenía alrededor. Sabía que no estaba en peligro, gracias a mi sentido arácnido así que solo me deje hacer.
Sujete el brazo que Tony me había tendido para ayudarme y camine a su lado, sin saber realmente que hacía.

Los pasos cesaron y la marcha se detuvo. Unas ágiles manos desataron la corbata y la dejaron caer de mis ojos.
Sentí mi labio temblar y el extraño sentimiento cálido que siempre tenía al estar cerca de Tony se colocó en mi estómago.

Frente a mí, en un simple restaurante italiano tradicional, una mesa doble con platillos y velas esperaba.
Al parecer el pequeño salón estaba rentado completo, ya que no había nadie más en las otras seis mesas que rodeaban la nuestra.

Reconocí el lugar de inmediato, era el primer restaurante que visitamos juntos en una noche de lluvia al volver de una misión.
Le sonreí a Tony, que devolvió el gesto y tendió su mano que tome sin dudar.
Me guío a la mesa, abriendo la silla para que pueda sentarme como todo un caballero.

La cena fué tranquila, llena de risas y conversaciones de nuestras vidas privadas.
Varias bromas egocéntricas del millonario y burlas nerds del mío, que por suerte él comprendía.

- Gracias por la cena, realmente fue hermoso.- acepté el abrigo que el mayor me tendía y me lo coloqué sobre los hombros, el viento de la noche estaba algo frío.

- Me alegro que te haya gustado, pensé que sería un buen lugar para nuestra primera cita.- soltó a la ligera, como siempre. A mí aún me daba vergüenza, como todo un niño. El rosa coloreo mis mejillas fuertemente y desvíe la mirada apenado, sacándole una sonrisa al mayor.- No hay de que avergonzarse. Además, está es la primera de muchas...- dijo con voz graciosa pero sugerente.

- ¡Señor Stark!- recrimine, señalandolo acusatoriamente con mi dedo índice por decir cosas tan penosas.- No diga esas cosas tan a la ligera.- regañé, escondiendo mis mejillas en las largas mangas del abrigo haciendo reír a Tony.

- Te llevaré a casa, May va a matarme si llegas tarde.- asentí y ambos nos subimos a su vehículo listos para emprender un nuevo viaje.

La cita fue perfecta.

ℙ𝕒𝕝𝕒𝕓𝕣𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝕒𝕞𝕠𝕣•Starker• 🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora