Capitulo 11: Viaje al paraíso.

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Peter: Camino a la Torre Stark. 15:38 p.m

Miré la pantalla de mi teléfono con aburrimiento y solté un suspiro cansado mientras presionaba una y otra vez el botón para cambiar la música.

Mi búsqueda se detuvo cuando en los auriculares se escuchó ' Física Moderna- Carlos Sadness', una canción que Tony .e había dedicado al cumplir nuestros dos años de relación formal.

Sonreí levemente y seguí mi caminata rumbo a la casa-edifucio que compartía con mi pareja.
Hace apenas unos minutos salí de la MIT, cursando doble turno porque quería adelantar algunas materias.

Después de un rato de caminar al sol del verano por las calles de New York, por fin llegué a la torre y sin más me adentré en ella y seguidamente al ascensor, presionando el botón que correspondía a nuestro piso privado.

Fijé mi vista en el teléfono nuevamente, al recibir un mensaje.

'Tony

Cierra los ojos.'

Fruncí el ceño levemente y decidí obedecer sin más. Segundos después, el pitido del ascensor me indico que ya había llegado al piso solicitado e inmediatamente después de que las puertas se abrieran, unos conocidos labios tomaron posesión de los míos en un beso que correspondí gustoso.

- Bienvenido a casa.- saludo el mayor luego de separarnos, ahora tapando mis ojos con una de sus manos, mientras la otra me sostenía por la cintura. Sonreí como un bobo.

- Hola ¿Qué es todo esto? Amor.- una risita traviesa salió de la boca de Tony, de esas que solo soltaba cuando tramaba algo emocionante.

- ¿Sabes que día es hoy?- contestó con otra pregunta y yo decidí molestarlo un poco.

- Martes 19 ¿Porque?- mi voz salió burlona y otro besito en mis labios me hizo reír aún más.

- Ja.   Ja. Que gracioso, esto es serio, Parker.- regaño falsamente mientras besaba todo mi rostro.

- Hoy cumplimos cuatro años.- contesté al fin, ganándome otro beso cargado de amor.

- ¡Exacto! ¡Hoy cumplimos cuatro años!- gritó emocionado, como un niño en navidad. Reí ante su actitud y asentí.- Sigueme...- pidió en un susurro, soltando mi cintura para tomar mi mano, aún sin destapar mis ojos.

Pude sentir como caminabamos unos dos o tres metros y luego doblamos hacia la derecha.

- ¡Tada!- destapó mis ojos y observé el alrededor. La sala de estar estaba decorada con muchos pétalos, corazones y globos. En la mesita ratonera del centro había unos panecillos, sonreí totalmente enternecido al ver que estaban muy improlijos; él los había cocinado para mí.

Me quedé callado, observando el lugar, desbordando amor por cada poro de mi cuerpo.

- ¿Y bien...?- preguntó, con la voz nerviosa. Giré, admirando los pétalos del suelo que formaban un camino. Sequé una lágrima emocionada que bajo por mi mejilla y sin más salté a él, besando con desesperación y amor aquellos labios que solo me traían paz.

- Te amo demasiado, Tony.- declaré en medio del beso, ganándome una sonrisa de su parte.

- Yo te amo más.- tocó mi nariz con su dedo índice y sonrió tiernamente.- Espera, aún falta...- metió la mano en el bolsillo de su costoso abrigo y sacó una caja de color bordo brillante.- Ojalá te guste.- susurró, entregandome el regalo.

Lo tomé en mis manos, observando con detenimiento la caja que tenía un diseño texturizado parecido a la telaraña que yo utilizaba, sonreí ante el detalle.
Con lentitud lo abrí, observando dentro una hoja doblada.

Reí ante aquello, esa costumbre que había dado pie a nuestra relación y que, despúes de tantos años, aún seguíanos empleando.
Abrí la hoja, observando la hermosa y fina caligrafía que la misma presentaba.

' Amor mío:

Ya han pasado exactamente cuatro años desde que me regalaste la primera nota, dónde pintabas con amor cada letra.
Después de tanto tiempo a tu lado, puedo decir que jamás me arrepentiría de haber tomado la decisión de estar contigo.

Me rejuveneces; cuando estoy cerca tuyo mi corazón late desenfrenado como si fuese un adolescente y el amor brinca por mis poros cada vez que te veo.
Ya no siento cansancio, solo paz y alegría.

Por eso mismo, porqué quiero estar cerca de tí todo el tiempo que me lo permitas, porque soy avaro y porque en todos mis planes a futuro apareces tú; quería preguntarte algo.

Peter Benjamín Parker ¿Te casarías conmigo?

- Tu amor, por siempre y para siempre, Tony Stark.'

Miré la hoja con asombro, releyendo las palabras una y otra vez, intentando buscar algún error. Pero no lo había.

Las lágrimas surcaban por mis mejillas hacia varios minutos y realmente no podía importar menos.

Levanté mi mirada de la carta, examinando la caja que antes me había dado Tony y miré debajo de donde, anteriormente, estaba la hoja.

Una cajita, pequeña y modesta, de color esmeralda con detalles blancos se presentaba.
La tomé en mis temblorosos dedos y la abrí, observando hipnotizado la sortija de oro puro que se guardaba dentro de ella.

La mano de Tony tomó el anillo y la caja, guardando este dentro de la misma nuevamente y se arrodilló frente a mí.

Sus ojos, ahora lagrimosos, me observaban con añoranza.

- ¿Aceptas?- preguntó en un susurro, haciendo el ambiente aún más íntimo. Asentí cientos, miles de veces con emoción y me deje colocar el anillo.

Fundí nuestros labios en un beso, lento y amoroso, saboreando el amor entre nosotros con dientes y lengua.

- Te amo tres millones, underoos.- susurró, levantándome y haciendome girar en el aire. El salón se llenó de risas y llanto, seguidos de besos, caricias, palabras empalagosas y, porque no, un poco de dulce sexo.

ℙ𝕒𝕝𝕒𝕓𝕣𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝕒𝕞𝕠𝕣•Starker• 🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora