ℙ𝕒𝕝𝕒𝕓𝕣𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝕒𝕞𝕠𝕣•Starker• 🍂

Capitulo 12: Camino al altar.

Peter: Capilla Santísima Esperanza. 10:30 a.m

Finalmente el día había llegado, después de cuatro meses de planificación, al fin todo estaba listo.

Admiré mi cuerpo en el largo espejo que ocupaba casi toda una pared de la habitación y suspiré, alisando con nerviosismo mi carísimo saco que mi futuro esposo había comprado para mí.

Decidimos romper un poco las tradiciones, por ellos cada uno eligió la ropa del contrario para el día de la ceremonia.

Miré el reloj de manillas que había en una de las paredes, admirando como los minutos parecían durar más de lo normal.

La puerta se abrió, mostrando a May, quien me sonrió de oreja a oreja, chillando y gritando a los cuatro vientos lo hermoso que me veía y lo feliz que estaba de poder estar conmigo en un día tan especial como lo era éste.

La abrace con fuerza, aspirando su aroma maternal que en el pasado me cuidaba de los ruidosos truenos en las espantosas noches de tormenta.
Sonreí con melancolía y solo pude llorar; emoción, alegría, tristeza, todo corría por mi cuerpo como el caudal de un río que estaba por desbordarse.

Las manos de mi tía, tan suaves como el cielo, acariciaron mis mejillas eliminando así todas las lágrimas que por allí habían escapado y sonrió maternalmente.

- No te preocupes por mí, podré cuidarme.- susurró, como siempre adivinando todo lo que pensaba, conociéndome como a la palma de su mano. Asentí con una leve sonrisa, escondiéndose en el hueco de su cuello.- Realmente eres afortunado, Pet. Les deseo la mayor de las felicidades, hijo.- besé su mejilla, dejando correr lágrimas nuevamente, esta vez de felicidad.

Unos toques en la puerta nos sacaron de nuestro cursi momento y por ella entro nada más y nada menos que Happy, el guardaespaldas y chófer de Tony desde hace años.

Me sonrió con cariño y se acercó a abrazarme, con un sentimiento paternal envolviendo todo mi ser al estar entre sus brazos.
Beso mi frente con suma delicadeza y sonrió con los ojos casi desbordando lágrimas.

- Él está listo, en unos minutos comenzaremos. Está atento a la música, Pet.- asentir con una risita y el hombre salió nuevamente de la sala.

A los pocos minutos, una hermosa melodía suave y encantadora se hizo escuchar.
Tomé mi caja con el ramillete en una de mis manos y extendí el brazo a mi tía, que sería mi dama de honor en este día tan especial.

Las puertas de la iglesia se abrieron de par en par, dejándonos una entrada majestuosa y elegante.

Admiré al hombre trajeado que se encontraba parado en el altar esperando mi llegada; vestía un esmoquin bordo con blanco y zapatos negros de clase. En sus manos, al igual que yo, sostenía una caja con un hermoso ramillete.
La sonrisa parecía no querer borrarse de su cara, él estaba tan feliz como yo, o inclusive más.

Una vez a los pies del altar, el brazo de mi tía se desprendió del mío, beso mi mejilla y susurró palabras de amor breves en mi oído antes de entregar mi mano al hombre que amo hace años.

Subí las pequeñas escaleras sin prisa, disfrutando la mirada de admiración y amor que Tony me dirigía.
Al estar a su lado, él beso mi mejilla y me abrazó.

- Te ves magnífico, amor.- alagó con una hermosa sonrisa, mirándome con puro cariño.
Sonreí con ternura y devolví el cumplido.

- Muy bien. El día de hoy nos encontramos todos aquí para unir en sagrado matrimonio a estos dos maravillosos hombres aquí presentes.- comenzó el cura con una sonrisa, ganándose una ronda de aplausos.- Pasaremos a sus votos y, para ello, solicito la ayuda de Happy Hogan.- el nombrado se levantó de entre la multitud de invitados y caminó hacia nosotros, tendiendonos una caja de color bordo oscuro.