Gun intentaba tranquilizarse del desengaño sufrido con Off cuando llamaron repetidas veces, debía ser la cerveza que su esposo dijo que le enviaría, como ya no le apetecía ordenaría que se la llevasen, con decisión abrió la puerta, el hombre de confianza de su esposo se hallaba ahí, estaba pálido y con la respiración agitada.
-Debéis acompañadme señor, daos prisa.
-¿Qué sucede, Douglas?
-Es el Laird -su voz sonó grave y preocupada.
-¿Que le ocurrió? ¿Dónde está? -preguntó dando un paso hacia adelante con las manos en la garganta.
-Perdió el conocimiento, ahora se encuentra en sus aposentos.
Gun echó a correr para ir a su lado, seguido de cerca por Douglas. Eran muchos los reunidos ante el cuarto de Off y todos mostraban signos de preocupación, un temor frío como el hielo recorrió su columna, contrayéndole el estómago, se apartaron para dejarlo pasar, incluso Mook, aunque no sin antes dirigirle una mirada de repulsión. Entró sin llamar cerrando la puerta inmediatamente y cuando se dio la vuelta lo que vio lo dejó paralizado, Joss estaba junto a Off, las manos de él se movían incontroladamente, su piel había enrojecido, tenía la mirada perdida y boqueaba tratando de respirar, sofocó el grito que pugnaba por escapar de su garganta.
-Off... mi amor -susurró sintiendo las lágrimas acudir a sus ojos al verlo en aquel estado. Se acercó colocándose al otro lado del lecho, tocó su frente, no tenía fiebre, sus pupilas estaban tan dilatadas que apenas se veía el iris azul, la acelerada respiración igualaba a la de su pulso, los labios algo hinchados mostraban un tono amoratado. Miró a Joss con los ojos agrandados.
-Necesita vuestra ayuda, Gun, empezó a encontrarse mal en el salón y miradlo ahora –musitó angustiado intentando sujetar sus manos-, parece enloquecido.
-Veneno.
-¿Cómo? -exclamó sorprendido-, no es posible, debéis estar equivocado.
-Le han envenenado -murmuró acariciando su negro pelo.
-¿Estáis seguro?
-Presenta todos los síntomas Joss, fijaos bien en sus labios, sus ojos, sus reacciones, estoy prácticamente seguro que se trata de eso -observó con preocupación a su esposo que se retorcía en su lecho-, creo que se trata de belladona.
-¿Y qué podemos hacer para salvarle?
-Debe expulsarlo, sacarlo de su cuerpo -se secó las lágrimas de un manotazo-, y no tenemos mucho tiempo.
Gun fue hacia la puerta y al abrirla, se dirigió a una de las mujeres que esperaban fuera.
-Nell, corred a las cocinas y traed una jarra de vino agrio caliente, otra de agua y el balde más grande que encontréis. ¡Rápido! -gritó frenético al ver que no se movía.
Agarró al hombre que había estado al lado de Nell y tiró de él.
-Venid conmigo -al llegar a su cuarto fue a por su bolsa de hierbas, cogió unos puñados de varias de ellas, las mezcló en una bolsita y se la dio a su acompañante-. Llevad esto a las cocinas, ordenad que las hiervan en abundante agua y que suban la infusión en una jarra grande tan pronto esté lista.
Volvió rápidamente junto a Off y sentándose a su lado, inclinó la cabeza junto a la suya, acariciándole le mejilla con suavidad.
-No os preocupéis, Off -le susurró-, no permitiré que nada malo os pase.
-Gu... Gun -murmuró sin aliento, su cuerpo empezaba a convulsionarse-, no... no me dejéis.
-Shhh, tranquilizaos, no me marcharé de vuestro lado -siguió acariciándole tratando de aliviar su sufrimiento, por el rabillo del ojo observó como Joss se paseaba como un león enjaulado por la habitación-, siempre estaré aquí, junto a vos.
-¿Por qué tardan tanto? -preguntó deteniéndose de pronto.
-Vendrán enseguida -musitó-, debéis relajaros, os necesitaré calmado cuando llegue el momento.
-Veneno... ¿quién podría querer envenenarle?
No concebía que alguien pretendiera acabar con su vida, Off era un buen Laird pendiente de los suyos, mas antes de poder replicarle, entraron Godji seguida de Nell, con las dos jarras y el enorme cubo.
-¿Cómo se encuentra, señor? -preguntó la robusta sirvienta.
-Mal, pero eso cambiará pronto -cogió ambas jarras dejándolas en la mesa-, traed el cubo y salid, por favor.
-Más tarde subiré la infusión, señor.
Cuando volvieron a quedarse solos, Gun solicitó a Joss que lo ayudase a incorporar a Off, con mucho cuidado le dio a beber del vino y tras el primer trago, empezó a dar arcadas. Joss acercó el cubo con la otra mano, mientras él seguía dándole pequeños sorbos de la desagradable bebida, hasta que comenzó a vomitar.
-Continuad así, cariño -dijo sujetándole la frente con la mano libre-, expulsadlo y pronto estaréis mejor.
Tras ingerir casi todo el vino agrio y haber vaciado su estómago, pareció tranquilizarse, Gun acercó el agua a sus agrietados labios, cuando hubo saciado su sed, Joss le recostó de nuevo sobre la almohada, Gun fue a por la jofaina y regresó junto al lecho, humedeció un paño y le limpió con delicadeza el sudoroso rostro sin dejar de hablarle dulcemente.
La vida pasaba ante sus ojos, se le escapaba entre los dedos mientras un dolor insoportable le roía las entrañas. Estaba herido, eso era, alguno de sus enemigos le había asestado un certero golpe mortal.
Tenía tanta sed, de pronto notó como le sujetaban la cabeza con delicadeza y le daban de beber apiadándose de él, por el sabor agrio que arrasó su garganta supo que en realidad lo estaban torturando, pero la dulce voz que le habló le incentivó a continuar bebiendo, el estómago le dio un vuelco y las arcadas hicieron que se doblara cuando comenzó a devolver, durante un momento un extraño amargor se instaló en su boca, hasta que el agua lo arrastró. Alguien le decía palabras que no llegaba a entender, pero le gustaba el tono amable y amoroso del muchacho, de repente aquella voz se apagó y el silencio le envolvió, necesitaba oírlo de nuevo, no quería morir sólo, lo tumbaron lentamente antes de que aquel suave sonido regresara a él. Con mucho esfuerzo consiguió abrir los doloridos ojos, un hermoso ángel lo miraba con amor. Aunque no recordaba quien era, estaba seguro que lo conocía y que aquella criatura celestial le pertenecía. Sí, era él, su...
-Gu...Gun -balbuceó.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas cuando Off, con los ojos velados por el tormento vivido, pronunció su nombre con la voz ronca. Durante unos eternos y angustiosos minutos, dudó que lograra escapar de las garras de la muerte. Off era un hombre de enorme fortaleza, pero temía que su diagnóstico no fuese el correcto, no estaba seguro de la cantidad de veneno ingerido, ni si el remedio daría los resultados esperados, rezó en silencio, suplicó a los santos que se lo devolvieran, lo amaba tanto, y en el cielo escucharon sus súplicas, Off continuaba vivo. Era un guerrero, consiguió salir indemne de la primera escaramuza y ganaría la batalla, como tantas otras, con facilidad. Se limpió la cara, no quería que lo viera llorar aunque fuera de felicidad.
-Gun -murmuró de nuevo.
-Aquí estoy -musitó con ternura apartándole un mechón que caía sobre su rostro-. Aquí estoy, mi amor.
-Nunca os dejaré marchar -la puerta se abrió entrando Godji portando una humeante jarra, seguida de una iracunda Mook. Gun intentó incorporarse, pero la mano de hierro de Off se cerró alrededor de su muñeca impidiéndoselo-. Mío, Gun, sois mío. No permitiré que nadie os aparte de mí.
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El lobo -OffGun-
FanfictionOff Jumpol, conocido por todos como "El Lobo", es un hombre duro y frío, acostumbrado a dar órdenes y ser obedecido. Jefe del clan por el fallecimiento de su hermano, se ve obligado por una alianza a desposarse con un desconocido, mientras ama a una...