Las cocinas bullían de actividad, las mujeres corrían de arriba abajo encendiendo fogones, sacando humeantes hogazas de pan, asando aromáticas carnes..., Mike fue esquivando a las ajetreadas sirvientas, observando, estudiando cada detalle hasta que Godji con actitud desafiante se posicionó frente a él.
-¿Qué hacéis aquí?
-Vine a por algo de comer -respondió con desdén.
-Está bien, coged lo que queráis y salid de mí cocina -tomó una bandeja y dispuso un trozo de pan caliente en ella.
-¿Hoy nos serviréis en bandejas? -preguntó mordisqueando una manzana-, cuanto honor.
-Es para el señor Gun -colocó una jarra de cerveza y una copa-, cenará en sus aposentos.
-Ese muchacho se comporta como un príncipe malcriado -refunfuñó-, debería cenar en el salón como todo el mundo.
-Se comporta como el señor que es -Godji le encaró con la barbilla alzada-, y vos, deberíais mostrarle el respeto que merece.
-Ese hombre no es más que...
-No tengo tiempo para perderlo escuchando vuestras sandeces -interrumpió levantando la mano para hacerle callar y alejándose de él.
Mike sonrió diabólicamente, no creyó que iba a ser tan fácil, pero ante él tenía la oportunidad que necesitaba para acabar con el señor, y por su condenada alma que no la iba a desaprovechar, con movimientos ágiles extrajo de su sporran el pequeño frasco, escrutando a ambos lados asegurándose que nadie lo miraba, vertió el letal líquido, tras realizar su cometido, abandonó las cocinas silbando.
En pocas horas el pequeño zorro moriría y él volvería a tener a Mook en su lecho.
Off se debatía entre sus emociones, descubrir que amaba a Gun lo estaba desquiciando. ¿Debería confesárselo?, pero ¿y Mook?, llevaba años creyendo que era la mujer de su vida, enamorado de ella desde que llegó para casarse con Tay. La cabeza le iba a estallar de la presión que sufría. ¿Era posible amar a dos personas a la vez? Incapaz de pensar salió del cuarto y caminó por el corredor para ir a cenar, al girar en un recodo se encontró con la sirvienta que portaba una bandeja entre las manos.
-Mi Laird.
-Godji -siguió andando, de pronto se volvió-. ¿A quién lleváis esos alimentos?
-Al señor Gun.
-¿Se encuentra mal? -un tono de preocupación tiñó su voz.
-Oh, no mi Laird, pero como vos no dejáis que él... ocupe... -tartamudeó sin saber cómo continuar.
-Está bien -asió la batea-, yo se la llevaré.
Godji hizo una leve reverencia y se perdió por el pasillo, Off lanzó un breve suspiro y se dirigió a la alcoba de su esposo, entrando sin llamar. Gun siguió jugueteando con la cadena que descansaba en sus caderas cuando la puerta de su habitación se abrió, sin duda era la cena, ya que hasta que Off no cambiase de opinión, continuaría sin bajar al salón a comer. Se giró sin ganas esperando ver a alguna criada, pero no a su esposo, este se acercó hasta la mesa con los ojos clavados en él, con cuidado depositó su carga antes de sentarse.
-Os he traído la cena -murmuró, -. Estáis hermosa.
-Gracias -sonrió tímidamente-, por el elogio y por la comida.
-¿Por qué no bajáis? -se repantigó-, me agradaría que cenarais conmigo.
-Lo siento, os dije que no volvería al salón mientras esa mujer ocupara mi lugar.
-Sois un muchacho muy terco -gruñó, tomó la jarra y se sirvió una copa de cerveza, que bebió de un trago.
-Y vos os empeñáis en humillarme -vio cómo se servía una segunda copa-, y os estáis bebiendo mi cerveza.
-Dejad el orgullo Gun y venid a la mesa conmigo.
-No -se dio la vuelta-, no es soberbia es dignidad, no me importa que la metáis en vuestro lecho, pero no miraré a otro lado mientras la sentáis a vuestra diestra delante de todos, merezco un poco de respeto.
-Maldita sea -agarró la jarra y bebió todo el contenido-, que sea como vos deseáis.
Se giró con la esperanza plasmada en su rostro, avanzó hacia él, por fin ocuparía el sitio que por derecho era suyo.
-Cenad solo si es lo que os place -se levantó -, ordenaré que os traigan más cerveza.
Gun se quedó observando cómo se cerraba la puerta, "¡maldito fuera mil veces!" fue hacia la mesa y en un arranque de furia barrió con el brazo todo lo que había encima, estrellándolo contra el suelo con un estrepitoso ruido.
Mike charlaba alegremente con Mook cuando Off entró al salón acompañado de Joss, ella levantó la vista con los ojos brillantes de emoción, su plan estaba en marcha, el usurpador pronto estaría muerto y aquel hombre sería suyo para siempre, sólo le quedaba acabar con la rata traicionera que en ese momento le murmuraba algo al oído, y eso no resultaría difícil. Acompañada por su secuaz, ocupó la silla que le correspondía, Off fruncía el ceño, algo lo preocupaba, ya se encargaría ella esa misma noche de borrar de su mente cualquier cosa que lo perturbara.
Se hallaba molesto consigo mismo, ¿por qué no era capaz de evitar discutir con su esposo? ¿Por qué siempre terminaba causándole pesar? ¡Diablos!, era cierto que lo humillaba delante de todos, al principio lo hizo por desdén, y ¿ahora?... MIEDO, sí, le aterrorizaba que al saberlo enamorado él pudiera reírse de sus sentimientos, por ahora no descubriría su alma, lo conquistaría, lo enamoraría y sólo cuando Gun sintiera lo mismo que él estaba sintiendo, le confesaría lo que anidaba dentro de él.
Contempló a su gente y parpadeó, sus rostros se desdibujaron ante sus ojos, sus risas y sus voces le llegaban lejanas, le parecían casi fantasmales, se volvió asustado hacia Joss, esté le mostraba unas fauces horribles, se llevó la mano a la frente al sentir una punzada de dolor, se apoyó en la mesa y con esfuerzo se puso en pie, la habitación comenzó a girar, los cuerpos de aquellos que estaban frente a él comenzaron a agrandarse y a encogerse, trató de moverse y le fallaron las rodillas, se tambaleó antes de agarrarse de nuevo a la mesa. Alguien le decía algo, Joss, su hermano, durante un instante pudo reconocer su voz.
-G...Gun –musitó débilmente antes de caer desmadejado.
Joss se percató que algo no iba bien, la actitud de su amigo era extraña, cuando lo vio tambalearse se abalanzó hacia él, pero fue inútil, antes de que pudiera sujetarlo Off yacía inerte en la dura piedra.
Levantó la mirada de su rostro mortecino, encontrándose con los desorbitados ojos de Mook, que se cubría la boca con una mano, y con las caras horrorizadas de las personas que se iban acercando.
-¡Ayudadme a llevarlo al lecho! -gritó desesperado.
Varios hombres corrieron prestos a socorrer a su Laird, Off era grande y fornido y se necesitaron la ayuda de varios de ellos para levantarlo del suelo. Avanzaron con Joss a la cabeza hasta su cuarto, Mook caminaba a su lado sollozando histéricamente.
-Avisad al señor del castillo -exclamó lo suficientemente alto para que todos lo escucharan-, su esposo está enfermo.
-Yo lo cuidaré -murmuró Mook secándose las lágrimas.
-Fue el nombre de su esposo el que pronunció, no el vuestro, será él el que esté a su lado.
Mook apretó los puños indignada, tan pronto quedó sola en el pasillo, se volvió hacia el hombre que permanecía oculto entre las sombras, él dio un paso al frente, el odio que reflejaban los dos pares de ojos los hizo temblar a ambos.
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El lobo -OffGun-
ספרות חובביםOff Jumpol, conocido por todos como "El Lobo", es un hombre duro y frío, acostumbrado a dar órdenes y ser obedecido. Jefe del clan por el fallecimiento de su hermano, se ve obligado por una alianza a desposarse con un desconocido, mientras ama a una...