Capítulo 24

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Mook soltó un pequeño exabrupto al escuchar sus palabras, recorrió a Off con los ojos antes de clavarlos en Gun llenos de odio, el muy brujo trataba de robarle a su hombre, no se lo consentiría bajo ningún concepto.

-¿Qué le habéis hecho? -preguntó ofuscada.

-Le he salvado la vida -replicó con calma.

-¡Miradlo! -chilló histérica -le disteis una de vuestras asquerosas pócimas y lo habéis endemoniado.

-Estáis desquiciada Mook, si no llega a ser por Gun Off estaría muerto -increpó Joss.

-¿Me llamáis loca?, Off me adoraba, cae extrañamente enfermo y ahora lo adora a él, ¿vais a negarme que lo hechizó?

-Por supuesto que lo niego -la agarró de un brazo.

-Sois su amigo, ¿que se podría esperar de vos? -se zafó y avanzó, parándose junto a Gun-. Apartaos, yo cuidaré de él, así impediré que le lancéis más maleficios.

-Nadie me apartará de mí esposo -refutó con voz firme-, y si aquí hay alguna bruja, esa, sois vos.

-¿Cómo osáis? -demandó con altivez-, ¿no sabéis con quién estáis hablando?

-¿Cómo os atrevéis vos? -se levantó, todavía con la mano de Off sujetando su muñeca-, y sí sé con quién hablo, con la ramera que retoza con un hombre casado, que no tiene escrúpulos en buscarlo cuando está enfermo, aun cuando yo, que soy su esposo ante los ojos de Dios y de los hombres, está a su lado para cuidarle. No tenéis vergüenza-, la miró con furia y determinación-. Marchaos de aquí. ¡Inmediatamente!

-No me iré -ambos se mantuvieron la mirada-, él me ama y yo lo amo a él.

-Salid de aquí, ¡ahora! -la apuntó con el dedo y con la ira recorriendo su cuerpo-, lo último que necesita mi esposo es una mujer histérica a su lado. ¡Fuera! O yo mismo os sacaré a empellones.

-Vos... -no pudo seguir hablando, una fuerte mano la sujetó tirando de ella y sacándola fuera de la habitación de un empujón.

-Ya habéis oído al señor -señaló Joss, recalcando la palabra señor-. Marchaos de aquí.

Cerró la puerta ante las narices de una estupefacta Mook, se dio la media vuelta, encontrándose con la mirada cargada de pesar de Gun y la de asombro de Godji.

-Parece ser un poco dura de entendederas -dijo sonriendo abiertamente, provocando que Gun y Godji también lo hiciesen.

Las sombras regresaban para llevarlo consigo, Dios, no eran espectros, lo conocía, era el traidor que quería privarlo de la compañía de su ángel. Se acercaba a Gun, mirándolo con deseo, como una alimaña dispuesta a devorar a su presa, ciñó con firmeza los dedos sobre la suave piel, no lo soltaría, no iba a permitir que se lo arrebataran. Lucharía, aunque estaba extenuado batallaría hasta su último aliento por retenerlo.

-No os vayáis con él, Gun -suplicó Off agitado.

-Shhh -se sentó de nuevo en la cama, depositando en su frente un tierno beso-, tranquilizaos, no me moveré de vuestro lado.

-Apartaos de él, no lo toquéis -le buscó con la mirada desenfocada-. Él es mío.

-Por supuesto que es vuestra, Off -declaró acercándose al lecho.

-No os lo llevaréis -estaba tan alterado que Gun temió se cayera de la cama.

-¿Por qué decís eso, amigo? -preguntó sorprendido-. No pienso llevarme a vuestro esposo.

-No hagáis caso, Joss, son las alucinaciones que le provoca los restos del veneno.

-¿Veneno decís, señor?, pero...

El lobo -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora