4. Viaje a Cave Spring

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Amelia's POV

Cuando me levante hoy, me sentí con mucha energía. Tenía un nuevo objetivo y me sentía entusiasmada por cumplirlo.

Luego de asearme y colocarme un sweater negro grande junto con unos pantalones de mezclilla y unas zapatillas negras, baje a comer.

La cocina estaba silenciosa, al igual que toda la casa. Mi madre debía seguir durmiendo. Pero cuando llegue a la nevera observe una nota ella.

''Ame, me fui al trabajo. No quise despertarte y te deje el desayuno en la mesa. Por favor come.

-Te quiere, Mamá"

En la mesa estaba mi sándwich junto con juego de naranja, me senté a comerlo tranquila. Aun eran las 7:15 según el reloj por lo que me daba tiempo de llegar a buena hora.

Cuando termine de comer, salí de la casa hacia la librería. En las mañanas, el camino era tranquilo y alegre ya que a estas horas todas las personas salían a sus trabajos y había un buen tráfico de personas además de que la luz del día nos iluminaba.

Todo lo contrario a la noche, cuando me tocaba salir del trabajo. Ese momento era el más temido por mí.

Deje mis pensamientos de lado cuando llegué al local. Las campanitas me recibieron junto con la visión de Esmeralda acomodando unas cajas.

-¡Amelia! Qué bueno que llegas. Ven y ayuda a esta vieja con unas cajas- Corrí hacia ella mientras reía.

-¿Cómo dormiste anoche?-Preguntó mientras yo la ayudaba.

-Muy bien gracias. Mamá consiguió trabajo- Le dije sonriendo.

-¡Que maravillosa noticia!- Me abrazó. De verdad se notaba contenta.

-Yo también estoy feliz- Me dijo con una mirada expectante. Así que pregunte a que se debía esa felicidad.

-Hoy viene mi nietecito a visitarme- Soltó.

-Oh! Eso es maravilloso- L e dije mientras ella se daba la vuelta para buscar más cajas.

-Tal vez algún día podría traerlo Señora Esmeralda, ¡Sabe que me encantan los niños!- Le dije muy feliz. Y ella murmuró algo que no pude escuchar bien, así que continué con mi tarea.

-Si, tal vez algún día lo traiga- Me miró con una sonrisa malévola. Luego continúo.

-Pero no será hoy, así que sigamos.- Después de eso, nos pusimos a acomodar los libros antes de que llegaran los clientes.

El primero llegó a las 8:10. Las campanitas sonaron mientras yo estaba aprendiéndome los lugares de los libros según las categorías, ya casi me las sabia todas. Solo se me olvidaban algunas.

-¡Buenos Días!- Exclamé hacia el cliente. Era un señor mayor muy amable.

-¡Buenos días hija!- Respondió con una sonrisa.

Nada mejor para comenzar el día.

-¿En qué le puedo ayudar?- Le pregunté al verlo caminando hacia las estanterías.

-Busco un libro para mi esposa y otro para mi nieto- Me señaló las estanterías.

-Oh. ¿Qué libro podría gustarle a su nieto?- Le pregunte para tener una idea.

-Pues, creo que de intriga y misterio y esas cosas. O de casos policiales. Ahora mismo no recuerdo el nombre de uno que él quiere- Se quedó pensativo.

-Ya tengo uno en mente- Dije y fui al estante, volví tiempo después entregándole un libro.

-¡Este es!- Exclamo de repente. Me asustó.

AmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora