5. Desconocido

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Thomas' POV

Arranqué el auto apenas entre al asiento del piloto. Me salté las luces de los semáforos y la velocidad a la que iba superaba el límite de lo permitido, en este momento me podían meter preso o multar pero me importaba menos lo que hiciesen conmigo.

La chica que llevaba en mi asiento trasero estaba inconsciente y no sabía que tan grave era su situación, tan solo pensar en que ya no respirara me ponía los pelos de punta así que pensé en llegar más rápido al hospital.

Cuando llegué al hospital, que gracias a Dios se encontraba a poca distancia de la librería, frené el auto y me bajé rápidamente. Tomé lo más cuidadosamente posible que pude a la chica y corrí hacia dentro.

Al parecer era un día normal, nada ajetreado para los trabajadores del hospital, ya que algunos se encontraban sentados y las enfermeras charlaban amenamente. Por eso cuando entré todos me vieron con cara de espanto.

Mi vestimenta debía estar llena de sangre y mi cara no estaría peor que la de los observadores. Se movieron rápidamente buscando una camilla y me arrebataron a ella de los brazos para luego acostarla e irse a alguna parte. Intenté seguirla, pero me detuvieron agarrando mi brazo, aunque me solté y caminé más rápido hacia donde se habían llevado a la chica pero nuevamente me detuvieron.

-¡Señor no puede pasar al área de operaciones!- Me dijo la enfermera alterada por mi comportamiento agresivo.

-¡NECESITO PASAR!- Le grité. Me habían alejado de ella, me la habían arrebatado. No quería estar aquí mientras ella luchaba por su vida.

-Necesitamos hacerle unas preguntas. Así que haga el favor de sentarse tranquilo si no quiere que los guardias lo escolten fuera por su comportamiento- Dijo la vieja enfermera.

Vieja bruja estúpida con arrugas. Vete a fastidiar a otra parte.

No me quedó de otra que sentarme a regañadientes a esperar que la vieja e preguntara todo lo que le daba la gana, aunque me estaba exasperando. Hablaba demasiado lento y mis nervios estaban muy activados como para aguantar su lentitud.

Cuando pensaba que nunca acabaría. Terminó.

-Puede esperar aquí sentado. Le avisaremos cuando haya noticias- Y sin decir nada más, se fué.

Me quedé esperando sentado en la silla y viendo el reloj. Los minutos pasaban muy lentos para mi gusto y nadie salía a avisarme como se encontraba ella.

Por mi cabeza pasaron todo tipo de escenarios.

Que ella había muerto.

Que quedó en coma.

Que perdió la memoria.

Que no despertaría nunca más.

Que...

En esos pensamientos estaba concentrado cuando me tocaron el hombro y me sobresalté.

Era un doctor.

-¿Es usted familiar de la joven?- Me preguntó.

Me quedé callado. Yo no era nada suyo, pero si decía eso no me dejarían pasar a verla, porque sólo dejaban a los familiares.

-S-soy su- Comencé a decir.

-¿Su novio?- Termino mi oración

-¡Si! Soy su novio- Exclamé un poco alto y el doctor me miro como si estuviese loco.

-¿Cuál es su nombre?- Me preguntó.

-Thomas Walter- Respondí rápidamente

-Podría contarme ¿Qué pasó?- Otra vez debía contar la historia. Así que la dije a grandes rasgos para no tardar más tiempo. Cuando termine me pidió que lo acompañara y caminé detrás de él. Iba por un pasillo blanco, que tenía puertas a los lados. Cruzamos varias veces en pasillos contiguos hasta que llegamos a una puerta que tenía un pequeño espacio cubierto de vidrio por donde se veía hacia adentro de la habitación, y la que yo supuse que era en donde ella se encontraba.

AmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora