Thomas' POV
Cuando ella cerró la puerta, me quedé esperando unos minutos antes de por fin poner en marcha el auto hacia la librería a buscar a mi abuela.
En el camino pensé en lo que había pasado. No sabía que pensar acerca del sujeto y de lo que pudo haberle hecho a Amelia si yo no hubiese llegado en ese momento.
Ella en verdad se veía afectada cuando me volteé a ver como se encontraba, estaba en shock y solo reaccionó cuando la abracé. Pero en ese momento yo no pensé las consecuencias que podría tener ese simple abrazo, solo quería hacerla sentir segura y protegida.
Y no me arrepiento. Porque en el momento en que sus brazos me rodearon con desesperación, todo lo demás desapareció a mi alrededor.
Pude sentir su perfume y noté que ella estaba temblando y que sus manos estaban frías y sudadas. Pero eso no me importaba.
Siempre y cuando ella se sintiera a salvo, lo haría otra vez.
Llegué a la librería y las luces estaban apagadas, pero sabía que mi abuela se encontraba adentro así que fui a buscarla. Efectivamente ella se encontraba en la parte de las estanterías acomodando unos libros que se encontraban fuera de lugar.
-Deja eso, ya estas mayor para subirte a una escalera. No quiero que te pase lo mismo que a Amelia- La sostuve mientras ella bajaba cuidadosamente.
-Lo sé Thomas, solo tenía que arreglar ese libro- Me señaló el libro – Ahora ya termine así que podemos irnos.
Buscó su cartera y luego cerramos las puertas de la librería.
-Abuela cuéntame de la empleada nueva- Le dije como quien no quiere la cosa mientras íbamos camino a su casa.
-¿Te interesa de alguna manera Thomas?- su mirada picara se posó en mí y juro que un leve rubor cubrió mis mejillas por unos instantes.
-No es eso- Aclaré mi garganta. –Es solo que la veo muy joven para que esté trabajando en una librería.
Buena esa, Thomas.
-Ya sabes que estoy muy vieja, hijo. No es como antes, mis articulaciones ya me están pasando factura el estar tantos años moviéndome de un lado hacia otro. Y mi espalda no quiere ayudarme en nada, me canso muy rápido y no llevo el mismo ritmo. A veces hasta se me olvidan las cosas que estoy haciendo- Me sonrió un momento.
-Ella vino un día a buscar el trabajo porque vió el cartel afuera. Yo necesitaba a alguien enérgico y atento con los clientes y ella es perfecta para eso. Es carismática y su manera de tratar a las personas, y sobre todo los niños, no la tiene ninguna otra. Dudo que otra mujer pueda ser tan especial como ella ¿No crees?- Me miro con suspicacia.
¡Vaya que lo creo!
-Tienes razón abuela. Ella es muy movediza- Ella me miro extrañamente.
¿Movediza Thomas? Que gran adjetivo que le pones a la mujer que te quita el sueño.
-Quiero decir que se mueve mucho- Reí.
-Claro, se mueve mucho- Siguió mirándome de manera extraña hasta que llegamos a casa.
Mi abuela vivía a solo 10 minutos de la librería si íbamos en carro, así que no nos llevaba mucho tiempo ir hacia allí.
-¡CAMPEÓN!- escuché una voz y luego unos brazos me rodearon fuertemente.
-¡Abuelo!- Le devolví el abrazo.
Mi abuelo era extremadamente serio en todo momento. Había sido militar y llevaba en su cerebro incrustado el modo severo para todos. Excepto para mí.
ESTÁS LEYENDO
Amelia
Romance-¡ES QUE YA NO SE QUE HACER PARA QUE ME ENTIENDAS!- Me grito mientras se llevaba las manos a su cabeza y se pasaba las manos desesperadamente por el cabello. -Amelia, por favor escúchame. No puedo imaginar que hacer en mi vida sin ti allí para guiar...