Capítulo 10

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La tarde de domingo se la pasó como siempre, en la biblioteca sumergida en libros de hechizos, transformaciones y criaturas mágicas. Cada tanto sacaba de un bolsillo de su mochila una pluma de azúcar para tener algo en la boca mientras leía. Oliver se las había regalado el día anterior cuando volvían de Hogsmeade.

Era un tierno y sumamente atento, escuchaba todo lo que ella tenía para decir, fuera una incoherencia como sus ganas de escapar montada en un unicornio dorado hacia el atardecer anaranjado o alguna de sus quejas sobre pociones ¿Estaría ocupado en ese momento? Tal vez se moría de aburrimiento. Callie ya había terminado la mitad de sus tareas y a decir verdad, estaba aburrida... una mini visita no le haría daño a nadie ¿O sí?

Segundos más tarde estaba dando saltos hacia su sala común, había dejado sus libros y útiles en la biblioteca con la bibliotecaria a su cuidado. Era una señora que a primera vista da miedo, pero como Callie pasaba la mayoría de sus domingos en la biblioteca, habían empezado a entenderse.

Al llegar a la entrada de la casa Slytherin, se encontró con Bruce Sullivan, uno de los mejores amigos de Oliver.

-Callie, ¿Cómo estas?

-Muy bien, gracias ¿Está Oliver?- le preguntó echando un vistazo sobre el hombro de Bruce.

-Estaba durmiendo cuando dejé la habitación, debe estar por despertar. Suele dormir bastante los fines de semana.-le informó el chico mientras se abrochaba las mangas de la camisa.

-Bueno, supongo que lo voy a tener que esperar- le agradeció y se sentó al lado de la entrada.

Luego de unos segundos de que Bruce desapareciera por la esquina, se escuchó un "Aaaghh" seguido de pasos acercándose.

- Si te dejo acá sentada Oliver me mataría- le explicó Bruce antes de empezar a sacarse el sweater con el escudo de serpiente.

-Ponte esto y entra detrás de mí, cabeza gacha y ni una palabra. Si nos descubren nos costarán unos cuantos puntos de casas.- bufó y susurró una contraseña. Una puerta se abrió nuevamente y los dos alumnos entraron deprisa.

Por lo poco que Callie pudo ver, la sala común tenía pisos lustrosos, muebles de madera oscuros y estaba prácticamente helando allí abajo.

Luego de cruzar algunos pasillos y puertas llegaron a la habitación que compartía Bruce con Oliver y otros chicos que ya no estaban allí. Callie se quitó el sweater y lo devolvió.

-Te debo una.

-Nah, vos no, pero Oliver sí. Dile eso de mi parte- le advirtió alejándose.

Callie dio unos golpecitos a la puerta, nada. Dio más golpes. Nada. Pero por alguno de los oscuros pasillos se escuchaban murmullos, si la veían allí le echarían una maldición de la que no podría librarse en semanas. Decidió que entrar sería mucho mejor, luego se disculparía por despertarlo y todo estaría bien.

Ya dentro de la habitación se quedó asombrada por lo distinta que era a la suya. Esta tenía cinco camas de madera oscura con tallados en las esquinas. Habían algunas lámparas que alumbraban un poco, pero lo que le llamó más la atención fue la ventana por la cual se podía ver el interior del lago. Daba una sensación de oscuridad bastante potente a la habitación.

En una de las camas había un bulto de sábanas arremolinado en el centro, definitivamente había una persona allí.

Callie se acercó a la cama y lo único que logró ver fueron los cabellos marrones de Oliver despeinados.

Le tocó el hombro por a través de las sabanas. Al no recibir respuesta, se arrodilló al borde del colchón y lo sacudió despacio una vez más. Un almohadón voló a su cabeza y la derribó en un solo segundo.

Slytherpuff, querer o amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora