Capítulo 7.

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Era martes por la mañana. Era temprano. Todas sus compañeras de cuarto dormían plácidamente en sus camas. Deseó poder quedarse a dormir unos minutos más pero sabía que no podía, no estaría bien. Salió de la cama de un salto en pocos minutos se encontraba sentada en las gradas del campo de quidditch rodeada de Slytherins. Algunos con sus túnicas y otros con su equipo para jugar.

Le impresionó la cantidad de alumnos que querían el puesto, por lo menos la mitad de casa estaba allí.

Se le hizo difícil encontrar a quien había ido a ver. Cuando empezaron a eliminar gente, lo encontró sobrevolando un grupo de chicos que no podían controlar su escoba para que se quedase quieta.

Al lado de ellos se destacaban sus habilidades. Quedó entre los finalistas. Aunque no resultara una sorpresa para Callie, quedó en el equipo. Tenía talento, se desplazaba de una manera indescriptible, era tan placentero verlo allá arriba que podría quedarse horas y horas mirándolo, aunque le causara tortícolis aguda.

Cuando las pruebas terminaron, las personas de las gradas se encaminaron al castillo y los jugadores a los vestidores.

Callie se apresuró a llegar donde Oliver. Estaba parado a espaldas de ella, intentando desprenderse la muñequera. Tomó impulso y saltó sobre él como si fuera un koala y se colgó en su espalda.

-¡Por Merlín!-soltó Oliver, lo había tomado por sorpresa. -Call ¿Eres tu?

- Eso depende... ¿Quieres que lo sea?

-Es a la única persona que quiero ver en este momento- la bajó de su espalda con cuidado y la

apoyó en el suelo.

- Si no fuera porque me impulsaste a intentar entrar al equipo no estaría acá, gracias.- parecía orgulloso de su logro y su sonrisa nunca fallaba en derretir a Callie.

Se abrazaron sonrientes y felices los dos. No se despegaron hasta que los amigos de Oliver entraron a felicitarlo.

-¡Woppaaa! Creo que hemos llegado en mal momento chicos- dijo el que estaba al frente.

- Oh, cierra la boca Bruce- Oliver se acercó a los chicos y le golpearon la espalda de forma amistosa y le despeinaron el cabello. Callie no pudo evitar reírse de él cuando se dio vuelta para mirarla. Por más que estuviera despeinado y con la ropa corrida, seguía siendo muy atractivo. Lo dejó con sus amigos, sentía que eso era lo que debía hacer.

Al entrar en la sala común se encontró con Aaron caminando de acá para allá nerviosamente.

- ¿Aaron? ¿Qué te pasa?- le preguntó ella acercándosele y posando su mano sobre su hombro.

Al percatarse de la presencia de su amiga, este se detuvo y se le quedó mirando.

-Son mis asignaturas, este año son más difíciles...-

- Aaron Waters, te conozco hace tres años y eres mi mejor amigo desde entonces. Se cuando me estas mintiendo.- lo miró seriamente, esperando a que dijera algo, pero no lo hizo.

-Si alguien te hizo algo te juro que lo va a lamentar. ¿Acaso fue Perkins? Es de esperarse, desde que nos conoce se empeña en molestarnos cada vez que puede.

- No es nada.

- Si, algo te está pasando. No pienso despegarme de tu lado hasta que lo sueltes, vamos a faltar a todas las clases de hoy o de la semana entera si es necesario.- le recriminó Callie convencida.

-Está bien, te lo voy a decir.-la sala común estaba empezando a llenarse de alumnos. - pero no acá, después del primer período en los invernaderos.

Era extraño el comportamiento de Aaron, siempre había sido un chico entusiasta y simplemente feliz. Pero ahora parecía una persona completamente distinta, estaba cambiado.

En cuidado de criaturas mágicas entregaron los trabajos de la clase anterior (el que había hecho con Oliver) y Hagrid les habló de los hipogrifos, Callie se limitó a tomar nota de información escasa que logró pescar. Su mente estaba concentrada en Aaron y lo que le iba a revelar. Además ella ya sabía todo sobre los hipogrifos, había leído sobre ellos en varios de sus libros de criaturas.

La clase se dio por terminada y Callie caminó tan rápido como nunca hasta los invernaderos, donde salían algunos alumnos. Uno de ellos se acercó a saludarla.

-Hola- era Timm, el chico de Gryffindor que solía ser su amigo.

-Oh, hola- Sería imposible ser más inoportuno siquiera intentándolo. Callie sabía que si estaba Timm ahí, Aaron no le contaría nada. Debía acabar con la conversación antes de que su amigo llegara.

-Hola, mil perdones Timm pero no puedo quedarme a charlar estoy esperando a alguien.- se disculpó Callie.

-Me lo imaginaba. Vine para recuperarte... recuperar nuestra amistad- se corrigió el rubio.

- Me parece tonto que nos hayamos distanciado por nada, así que... ¿Te gustaría volver a hacer nuestra amistad?

-Seguro, si no veo por qué no. Mientras más amigos, mejor- respondió Callie sonriente. Enseguida divisó a Aaron saliendo por la gran puerta de madera. Tenía que hacer que Timm se fuera antes de que él llegara para no ponerlo incómodo.

-Ahora, de verdad lo siento pero estoy ocupada. Nos vemos otro día, ¿si?- le suplicó.

Timm giró para ver a quien se les acercaba. Frunció el ceño al ver a Aaron.

- ¿Te estás viendo en las afueras del castillo con Aaron Waters? Pensé que solo eran amigos

-Es que eso somos. Nos vemos adentro luego, necesito dedicarme enteramente a mi amigo en este momento.

Timm asintió y se desapareció por detrás suyo antes de que Aaron comenzara a cruzar el terreno. Cuando llegó, se sentaron en una maseta de piedra enorme sin plantas dentro. El chico temblaba de pies a cabeza y evitaba mirarla a los ojos.

- Antes de decirlo, te quiero avisar que sigo siendo yo, nada cambió.

Callie lo escuchaba atentamente mientras se enrulaba un mechón de pelo. Aaron se dio vuelta para revisar que no hubiera nadie cerca y comenzó a explicar lo que lo tenía inquieto.

-En el verano mis padres y yo nos fuimos de campamento a unos cerros de nuestra ciudad.

Dormíamos en carpa y cocinábamos en una fogata. Una noche nos quedamos sin leña, entonces mis padres me mandaron a juntar ramas. Los obedecí, me adentré más en la arboleda oscura con nada más que una linterna y mi varita en un bolsillo. Recuerdo haberme agachado a recoger unas ramas caídas que mi linterna alumbró. Después de eso, me estaba levantando y mi linterna alumbró dos círculos amarillos, dos ojos.-los ojos de Aaron se humedecieron. - Corrí lo más rápido que pude pero no veía nada. Alcancé a agarrar mi varita segundos antes de que la bestia se lanzara sobre mí. Se prendió a mi brazo con sus colmillos, grité, dolía, dolía de verdad.- Callie se sintió terrible por Aaron debería de haber sido una experiencia traumática, pero algo no le quedaba claro.

-Pude ahuyentar a la bestia con "relashio", pero ya era tarde ya me había mordido- se quitó la venda que cubría una herida de ya varios meses. Empezó a llorar con más fuerza todavía, estaba destrozado.

-¡Hey, no! No llores- Callie lo abrazó con todas sus fuerzas. No sabía qué hacer para que no se sintiera tan mal, a ella lo único que le importaba era su amigo.

-Aaron, mírame. Sé que no debe ser nada fácil por lo que estás pasando, pero no me gusta verte así. Eres una persona increíble y estoy muy contenta de que seas mi amigo.

Callie quería muchísimo a Aaron, era con quien iba siempre que necesitaba tranquilidad por un rato. Él le había enseñado todo lo que sabía sobre muggles sin importar lo complicado que fue. Siempre había estado allí para ella, ahora era su turno de apoyarlo. Después de todo, solo tenía que cubrir a un hombre lobo ¿Qué podría pasar?

Slytherpuff, querer o amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora