Aaron resultó estar bien, no recordaba con claridad lo que había pasado, lo que mejoraba la situación. No se sentiría tan mal por Timm.
Sabía que no debía enojarse con Timm, que acababa de salir de la enfermería con una venda que se veía por a través de su camisa blanca. Pero después de todo estaba un poco loco y que haya salido herido no anula que la hubiera estado espiando todos esos meses. Por no mencionar su posible obsesión con ella.
Callie les tuvo que explicar a Matt y a Pepper la verdad la misma noche del incidente, ya habían visto todo pero estaban empezando a sacar sus propias conclusiones. Merecían enterarse para entender lo que pasó esa noche. Escucharon la historia pacientemente en la sala común vacía, Callie intentó no saltearse ningún detalle para que tuvieran la historia completa. Al terminar, se abrazaron. Por la tensión que pasaron ese día, para consolar a Callie cuyos ojos habían enrojecido y por Aaron, que tendría que acostumbrarse a su nueva vida como hombre lobo.
La mañana siguiente a aquella noche, Oliver la esperó fuera de la sala común de Hufflepuff con dos magdalenas y jugos en caja. Salieron a los jardines y mientras caminaban hacia un costado del castillo para sentarse a desayunar Oliver sujetaba su mano con fuerza. Se sentaron cerca del campo de Quidditch. Por un rato no hicieron mas que desayunar y mirarse de reojo. Pero antes de terminarse su magdalena, Oliver le preguntó cómo se sentía. A lo que Callie respondió con un abrazo ferte.
-Estaba asustada, no se qué hubiera hecho si no hubiera recordado el hechizo para calmar a Aaron, todo se habría descontrolado mucho más- le contestó separándose de él lentamente, intercalando la mirada entre sus propias manos y los ojos de su novio.
-Nunca dudaría de lo que eres capaz de hacer. Pero sigo pensando en por qué no me llamaste antes o por qué no me dijiste lo de Aaron- hizo una pausa para comprobar que no hubiera nadie cerca- ya sabes, que es un...
Callie sabía que si les hubiera dicho a Oliver y a Pepper y a Matt, todo habría sido distinto. Pero le explicó a Oliver que le había prometido a Aaron que no le diría su secreto a nadie. Respetaba y agradecía que él se haya sentido a gusto de contarle algo tan duro y personal. Por suerte, Oliver entiende la importancia que tienen los amigos de Callie para ella en su vida, él también tiene buena relación con sus amigos después de todo.
-Otra pregunta más- dijo Oliver mirándola otra vez- ¿Qué hacían Karina y Timm ahí?
Luego de debatir entre contarle toda la verdad o parte de ella y evitar la parte en la que Timm confesó haberla estado espiando y acosando ese año escolar. Era seguro que Oliver se iba a enojar, pero no contárselo sería como mentirle, y algo en lo que no es buena Callie es mentir, y peor cuando se trata de una persona cercana. Le contó todo lo que pasó esa noche. Lo que dijo Timm sobre ella y lo que dijo Karina sobre los hijos de muggles. Mientras continuaba con la historia, más roja se volvía su cara. La agarró de la mano y hechó a andar hacia el castillo a paso rápido. Cruzaron el jardín a toda prisa, todavía con los jugos en las manos libres.
-¿Está en la enfermería no?- le preguntó dirigiéndose allí lo más rápido que podía, arrastrando a Callie con él.
Oh oh. Nunca había visto a Oliver enojado ¿Es acaso así? Todo rojo y tenso, se puede decir que no es una imagen linda de ver. Su precioso rostro se arruga, su frente se contrae y aprieta la mandíbula.
-¿Timm? Creo que sí ¿Pero qué vas a hacerle?- le preguntó tirándole del brazo para que caminara más lento. La caminata era más como una corrida para Callie.
En pocos minutos se encontraban los dos entrando a la enfermería como un viento. Habían solamente dos camas ocupadas, en una había un niño pequeño, seguramente de primer año, con la pierna apoyada en una pila de almohadas. En la otra cama, se veía un bulto de sábanas. Solo se podían ver unos cuantos cabellos rubios despeinados salir de debajo de las mantas.
Al llegar al lado de la cama, Oliver paró en seco. Le clavó los ojos y lentamente empezó a calmarse. Su color rojo aminoró, aflojó los músculos de la cara y soltó a Callie.
-Ey.
El bulto de sábanas se movió y de dentro se asomó una cabeza pálida como la harina, dos ojos que iban de Callie a Oliver y de Callie a Oliver otra vez, dieron paso a un tartamudeo notable.
-Ca... Callie ¿Qué haces aquí? ¿Quién te dijo de mi acci... accidente?
-Timm, estuve ahí. Yo vi todo...
Al mismo tiempo que se sentaba se peinaba y se quitaba la baba de la comisura de la boca, se incorporaba como podía en la cama, para quedar sentado. Le resultaba difícil hacer todo con una sola mano.
-¿Entonces viste mi caída de la escoba?- le preguntó mirándola con los ojos alarmados.
¿Caída de escoba? Este chico debe haberse golpeado la cabeza. En ningún momento se cayó de una escoba. Un hombre lobo lo atacó, no se podría haber olvidado de eso de la noche a la mañana. Algo andaba mal. No hay posibilidades de que una persona se olvide de algo así tan fácilmente. A menos que alguien haya intervenido.
-Timm- pronunció Callie con un tono suave- ¿Qué recuerdas de tu accidente?
Frunciendo las cejas, como si estuviera intentando recordar, Timm le respondió que no recordaba nada, solo haber despertado en esa cama y a Dumbledore a su lado, quien le contó lo que había pasado. Relató lo mismo que le dijo el director, Timm estaba volando en su escoba en el campo de Quidditch, estaba solo, perdió el control y se estrelló contra un poste de madera astillado y con puntas peligrosas, lo que le dejó la marca en el brazo. Se desmayó al impactar contra el suelo.
Eso sí que era retorcido. Claramente lo que Dumbledore le contó a Timm no era cierto, la única forma de hacerlo creer hubiera sido si Dumbledore hubiera usado el hechizo de Obliviate contra Timm.
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Slytherpuff, querer o amar.
FantasíaEn el mundo creado por JK Rowling que ya conocemos, se desarrolla la vida estudiantil de Callie, una Hufflepuff apasionada por las criaturas mágicas. Reina la tranquilidad y el amor, hasta que el egoísmo y los celos de alguien inesperado irrumpen.