Él lleva algunos años en este mundo. Ella acaba de comenzar. Ninguno esperaba encontrar el amor en el trabajo. Y mucho menos... todo lo que iban a atravesar.
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No tuve que molestar mucho a Pearce, para que me llevara a la oficina de mis padres.
- ¿Por qué tanta urgencia en venir?
- Voy a solucionar algo, de camino a casa te cuento todo. Pero ahora... debo ir a hablar con ellos. Por seguridad espérame aquí. -lo besé rápidamente y entré en el edificio.
Tomé el ascensor y entré en su oficina, aprovechando que su asistente estaba distraída.
- ¿Quién...? Ah, Kira -al inicio mi padre parecía enojado, pero luego su rostro se suavizo. Raro en él-. Creo saber para qué viniste.
- Vuelve más tarde. Estamos por ir a una reunión.
- Tranquila. Será rápido -ambos me miraron esperando que hablara-. No lo haré.
- ¿Qué?
- Creo que no recuerdas bien lo que eso significa. Adiós, actuación. No te vamos a firmar el permiso de audición. Ni nada que tenga que ver con eso.
- Prefiero pasar un poco más de medio año sin actuar, que hacer algo de lo que me arrepentiría toda mi vida. Así que no cuenten conmigo. -luego de eso, me salí de su oficina.
- ¡VAS A LAMENTARTE POR ESTO, JOVENCITA! -escuché el chillido de mi madre.
Un problema menos. Ahora a contarle todo a Pearce.
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Mientras la Stanley menor se dirigía al auto de su novio. Sus padres estaban maldiciéndola mentalmente.
- ¿Y ahora que haremos? Les prometimos que Kira aceptaría salir con Justin.
- Tranquila, haré que vuelva rogando porque aceptemos su cambio de decisión. No voy a dejar que sus caprichos arruinen mi reputación.
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