Advertencias: Historia de amor BL, sin lemon, recuentos de la vida.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, así como los fanarts y gifs que se ocuparon para esta historia; con fines de entretenimiento.
Palabras del reto: Ira y Pez.
Pensamientos y "Pensamientos"
-Dialogos- y -Dialogos-~Daisuke y la pesca~
Frustración, era lo que reflejaba el rostro de un hombre de finas facciones, a causa de estar sentado en una incómoda posición por varias horas.
La silla tejida que había acarreado consigo en dirección a la orilla de un lago ya no le parecía tan cómoda como pensó en un inicio.
Maldita sea, pensó Daisuke, pues su alto ego lo había metido en ese embrollo.
-Solo dejaré que me arrastres a ese lugar sí eres capaz de pescar un mísero pez- habían sido las estrictas palabras de su novio, Haru Kato. Prometiendo conseguir con sus propias manos la dichosa cena qué el pelicastaño prepararía para ellos aquella noche en la cabaña privada que era de su propiedad.
Le había costado, bastante. Y no hablando de cuestiones monetarias, no. Si no sangre, sudor, lágrimas y otros fluidos, el que su obstinada pareja aceptará acompañarle a un recinto lujoso para celebrar su primer aniversario.
Haru Kato era un hombre difícil, sin lugar a dudas, pero eso esa lo que Daisuke Kambe más amaba de él.
Los primeros 20 minutos fueron relajantes, la brisa fresca y el sonido de las aves que volaban cerca del lago profesaban que su tarde de pesca sería exitosa. Y eso lo hizo sonreír confiado.
Pasó una hora, pero no se quejó. Pasó hora y media, y nada mordía el anzuelo. Dos horas. Y cuando estaba por cumplir tres horas de espera, se impacientó.
¿Habría colocado bien la carnada en la caña de pescar?, ¿Siquiera había peces en el lago todavía o las insufribles aves se habían apoderado de todo el banco de peces?
Sea como fuera, la única tarea que le habían encomendado estaba teniendo un resultado desastroso.
Estuvo altamente tentado en pedirle a HEUSC que ordenará mojarras frescas, y las enviarán directamente a la casa de campo. No obstante había dos inconvenientes. El primero era que su mansión de campo en Hong Kong era un resintió forestal que no albergaba señal telefónica o satélital a 100 kilómetros a la redonda. Una maravilla. La causa de ello se debía a qué era una vieja propiedad de su difunto abuelo que nadie de la familia ocupaba, y ocasionalmente rentaban cómo camping lujoso en épocas de verano para que hijos de millonarios cursarán un pequeño campamento de verano. Una muy buena inversión.
La segunda razón, era el bochorno de tan solo imaginar la compasión en los ojos de Kato al no haber completado el reto.
-Eres un detective que resuelve casos de la manera más poco convencional,¿pero no puedes ingeniartelas para cumplir simples tareas cotidianas?- pensó en la frase que siempre es pronunciada con asombro y un tenue toque de dulzura por los labios de Haru.
-¡Maldita sea!- gritó en un arrebato de vergüenza, con las mejillas entintadas de un leve tono rosa.
Cogió un palo qué (seguramente antes fue una rama de árbol) estaba a escasos pasos de dónde reposaba su silla tejida y su equipo de pesca, y lo lanzó sin rumbo fijo en dirección al lago.
Daisuke revolvió su cabellera azabache y trató de calmarse para pensar con claridad. ¿Qué era lo peor que podía pasar sí volvía a la cabaña de campo con las manos vacías?
Y tan sólo suponer "lo que no pudiera pasar" un escalofrío recorrió su cuerpo.
Llevó sus ojos a la carnada, a la caña de pescar, al palo clavado en el lago, a la silla...
Sus ojos viajaron nuevamente a la rama que lanzó con ira contenida y pudo apreciar el detalle de que esta se encontraba clavada al lago, en posición vertical, ligeramente inclinada y formando movimientos de vibración, ¿A caso, sería posible?
No le importó que su calzado casual (un par de tennis de buena marca) y sus bermudas quedarán empapadas cuando el agua llegó hasta por arriba de su cintura, no le importó para nada, ya que lo qué vió a través del agua cristalina era un premio que valía por completo la pena.
Daisuke emitía un brillo de confianza y superioridad en su mirada, y ese detalle no pasó desapercibido por Haru en lo más mínimo a la hora de la cena.
Haru bien sabía que su novio era un maldito suertudo, por la misma razón le gustaba retarlo, no había nada que su excéntrica pareja, Daisuke Kambe, no pudiera hacer o no pudiera conseguir. Con o sin su capital familiar. Hablaba por sí solo el inmenso Arapaima, el pez más grande de agua dulce, que Daisuke había pescado con sus propias manos.
-Así que, cuéntame de nuevo- preguntó Haru lleno de curiosidad, ya que haber cocinado tremendo mounstro no había sido fácil, entonces, suponía que capturarlo tampoco lo fué -¿Cómo fue qué lo atrapaste?-
Daisuke sonrió con sorna mientras observaba a Haru directamente a los ojos, y por un imperceptible momento su nariz creció, a causa de la exagerada y fantasiosa mentira (o como prefería llamarle, alteración de los hechos), de cómo se habían dado realmente las cosas aquella tarde de pesca.
Fora 🌸
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DaiHaruDai [Fictober 2020]
FanfictionDrabbles. One Shots. Weeks. 31 días, 62 palabras. 4 semanas de historias consecutivas y no lineales, para dar más material al fandom de Fugou Keiji Balance Unlimited. Romance. Fantasía. Recuentos de la vida. Shotacon. Female. Entre otros. Pareja pri...