DaiHaruDai [Fictober 2020]

Día 3 🍂

Advertencias: Historia de amor BL, sin lemon, recuentos de la vida, shotacon.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, así como los fanarts y gifs que se ocuparon para esta historia; con fines de entretenimiento.

Palabras del reto: Gato y Voluminoso.

Pensamientos y "Pensamientos"
-Diálogos- y -Diálogos-

~Regalo~

Corría de un lugar a otro. Arriba y abajo. Buscando desesperadamente por cada rincón de la gigantesca mansión; al joven amo.

Las pocas sirvientas que no se encontraban afuera del recinto atendiendo a los invitados del amo Shigemaru, para el festejo en honor al embarazo de su esposa, estaban en la morada ayudando al mayordomo Kato a dar con el paradero del joven Daisuke.

"Debí suponer que esto pasaría", pensó el hombre de cabellos castaños, que vestía un pulcro traje color negro, recorriendo el suelo alfombrado del séptimo corredor más largo de la mansión.

-Haru-san- le llamó con suavidad una voz, antes de doblar al siguiente pasillo.

La sola mención de su nombre fue suficiente para detenerse de hacer; toda acción considerada imprudente delante de su ama, Sayuri.

Haru realizó una marcada reverencia y saludó con cortesía a su señora.

-¿Dai-chan aún no aparece?- preguntó con ternura más que afligida, a lo que Haru se abstuvo de dar mayor información, mostrando un semblante profesionalmente estoico. -No me sorprende- rió la pelinegra mujer con sutileza -Dai-chan es un niño muy tímido después de todo, y una fiesta solo para adultos debe ser algo abrumador para él. Así como el hecho de convertirse en hermano mayor.- confesó gentil, mientras acariciaba su voluminosa barriga, de siete meses y medio de embarazo.

Haru Kato quería suspirar de resignación, pero no lo hizo.

-Me encargaré de escoltarlo personalmente al jardín, antes de la hora de servir el postre- afirmó el mayordomo ligeramente apenado por causarle inconvenientes a sus señores, especialmente durante una fiesta tan importante.

La Señora Sayuri sonrió con amabilidad. Haru realizó otra marcada reverencia cuando ella giró sobre sus pasos para regresar al lado de su esposo y atender a los invitados, en el jardín de la mansión.

-Busque en el cuarto de lavandería, Haru-san- sugirió la Señora Kambe a pocos pasos de distancia, antes de desaparecer del pasillo por completo.

Haru la escuchó con suma atención. Aquella sutil sugerencia fue la respuesta que necesitaba, para dar con el paradero del joven Daisuke.