Día 17 🍂

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Advertencias: Historia de amor BL, sin lemon, Fantasía.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, así como los fanarts y gifs que se ocuparon para esta historia; con fines de entretenimiento.

Palabras del reto: Tormenta y Viaje inesperado

Pensamientos y "Pensamientos"
-Diálogos- y -Diálogos-

Pensamientos y "Pensamientos"-Diálogos- y -Diálogos-

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~La Danza del Fuego Pt.1~

Salía de la plaza comercial con bolsas en mano. Comprar cosas de último momento nunca fue lo suyo, sin embargo el viaje inesperado de sus padres a Tokio; lo ameritaba.

Pastel, y un par de adornos para darle vida a su humilde departamento en el centro de la ciudad, era lo mejor que pudo conseguir, considerando la fecha del año en qué más movimiento tenía la ciudad. Noche buena.

Pasó por un par de tiendas al caminar sobre la acera, pensado que tal vez comprar un par de obsequios hubiera sido un lindo detalle, pero no lo hizo. Después de todo Shigemaru y Sayuri eran personas simples. Con gustos igual de simples. El solo hecho de poder viajar a Tokio desde los campos de Nara para verle era, según ellos, el mejor regalo del mundo.

Y eso, a Daisuke le parecía lo más encantador.

El tenía en alta estima el matrimonio de sus padres, y la vida tan sencilla con la que habían crecido en los terrenos rurales de Nara. Lugar dónde Daisuke se crío, hasta el momento de partir a la urbe.

Contadas veces visitaba a su familia, ya que el trabajo siempre lo mantenía ocupado. Y sumado a eso, cuando tenía tiempo libre, por alguna cruel jugarreta del destino, la vida le presentaba inconvenientes y contratiempos; que le impedían dejar Tokio.

Suspiró; al llegar al límite de la banqueta, antes de cruzar la calle. Posiblemente eso era lo mejor, porque aunque no pisara la tierra donde había nacido tan seguido como quisiera, el hecho también de no hacerlo, lo libraba de los pequeños interrogatorios de su adorada madre; acerca de la búsqueda de una pareja.

Y si no era aquello, eran las no tan sutiles platicas de su padre, preguntando exactamente lo mismo.

-No te queremos precionar, realmente no. Sólo nos gusta saber cómo te sientes, porque queremos verte feliz. Nunca dudes de lo contrario, no busques algo a la fuerza, y verás que cuando menos lo esperes, llegará algo grande para tí. Y nosotros estamos seguros de ello, tesoro-

Fueron las palabras que le brindó Sayuri, dejando muy en claro que la pregunta habitual de si tenía, o no, una pareja, se debía principalmente para velar su salud emocional. Algo que sus padres siempre llenaron de amor.

Cuándo el semáforo cambió a rojo Daisuke no cruzó la calle.

Miró la hora en su reloj de muñeca, y un sentimiento de impulsividad lo embriagó.

-Sólo por esta vez- pensó, y giró sobre sus pasos para cambiar de rumbo, en dirección al santuario más cercano.

El mismo que cada año ofrecía una pequeña presentación, llamada la danza del fuego.

Cuenta la leyenda, que durante una poderosa tormenta de nieve, un hombre se adentró en lo más profundo del bosque; en las faldas del Monte Fuji

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Cuenta la leyenda, que durante una poderosa tormenta de nieve, un hombre se adentró en lo más profundo del bosque; en las faldas del Monte Fuji.

Y contra todo pronóstico, llegó a la cima de la montaña. Donde se dice había un templo (ahora destruído) que brindaba tributo al Dios del Fuego.

Dios que concedía, a quién pudiera llegar hasta él, un deseo.

-Deseo... Volver a reunirme con mi esposa- fue la súplica de un mortal de ojos dorados, quién cayó de rodillas sobre el suave y helado manto de nieve, vestido de pies a cabeza con pieles de animal.

La gente que vivía a los pies de la montaña, en pequeños pueblos apartados del bosque, rumorean que días posteriores a la atrevida incursión del hombre a la montaña, unas luces centelleantes adornaron los cielos.

Por tres días, y tres noches. Un fenómeno que no se ha vuelto a repetir hasta el son de hoy.

Una pareja de ancianos (de aquel entonces) aseguró haber visto al hombre descender la cúspide en compañía de alguien más, cuándo en un comienzo había ido sólo.

La extraña figura que venía con él vestía un extraño ropaje, y ambos desaparecieron, emprendiendo camino a lo desconocido.

Desde entonces, la gente se reúne cada invierno, ofreciendo una danza al Dios del Fuego, para que os pueda cumplir también un deseo sin ascender a la cima de su templo, por temor a perecer en el intento.

Desde entonces, la gente se reúne cada invierno, ofreciendo una danza al Dios del Fuego, para que os pueda cumplir también un deseo sin ascender a la cima de su templo, por temor a perecer en el intento

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Fora 🌸

DaiHaruDai [Fictober 2020]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora