Capítulo 13.

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Irina.

Confusión.

Eso es justo lo que esta situación me produce. No sé cómo tomarme el hecho de que voy a estar todo el fin de semana en el mismo sitio que Kylian. Digo, no es que me sienta así porque me guste o esté enamorada. Obviamente no es así, ni siquiera he tenido tiempo de que eso pase, y por la forma en la que me ignora o nos ignoramos constantemente dudo mucho que eso algún día vaya a pasar.

Ni en los mejores sueños de la persona más soñadora del mundo ocurriría que Kylian y yo nos gustáramos. Pero no voy a negar que el chico es guapo, y físicamente me atrae. Si dijese que no sólo estaría negando lo evidente.

Tal vez penséis que soy una loca que está exagerando esta situación y que no es nada del otro mundo porque lo veo todos los días en el colegio pero es que para mí no es lo mismo verlo en el colegio a diario a estar un fin de semana completo en la misma casa que él. ¡Por Dios! No es para nada lo mismo.

Todo esto lo he pensado de camino a mi habitación después de haberme ido de la habitación de los chicos y de haber hablado con mi primo, justo antes de contarle todo a Ivanna porque estaba completamente segura de que ella no tenía ni idea de que íbamos a ir a París en vez de a nuestras casas y de que además teníamos invitados que conocíamos genial. Y tal y como me imaginé, ella no sabía nada. Pero su reacción fue totalmente distinta a la mía, mientras yo estaba confusa por lo que podía pasar, ella estaba totalmente contenta de saber que íbamos a seguir estando entre amigos este fin de semana.

Justo antes de salir de nuestra habitación había recibido un mensaje de mi primo diciéndome que ya nos estaban esperando en la puerta de entrada del colegio para montarnos en el coche en dirección al aeropuerto, y ahí íbamos Ivanna y yo, cada una con nuestra maleta y dispuestas a pasar un buen fin de semana.

Desde luego no todo iba a ser bueno y es que cuando estaba a punto de cruzar la puerta de entrada vi a Enzo, mirándome como si me estuviese esperando y es que justo eso es lo que estaba haciendo. Esperarme. ¿Para qué? Buena pregunta. Aunque si os soy sincera no quería saber la respuesta. Fue por eso que no le devolví la mirada y seguí andando pasando de largo hasta que sentí un tirón en el brazo.

-Irina, tenemos que hablar.

-Tú y yo no tenemos absolutamente nada de que hablar.

-Sí, tenemos que hablar de lo nuestro.

-¿De lo nuestro? No hay nada nuestro. ¡Ni siquiera existe un nosotros! Tú y yo ya no tenemos nada que ver, y si alguna vez estuvimos juntos fue porque estaba demasiado ciega para ver lo que en realidad tenía a mi lado. -le dije enfadada intentando soltarme de su agarre. -Y ahora, hazme un favor y suéltame, porque se te está haciendo costumbre tocarme sin mi permiso.

-Irina, hemos sido muy felices y me gustaría enmendar mi pequeño error. Sólo quiero hablar contigo.

-Tú mismo lo has dicho. Hemos. Ya no. Ya entre tú y yo no hay presente y tengo claro que no habrá futuro. No te quiero cerca de mí, no te quiero en mi vida. Y te vuelvo a repetir que no tenemos nada de que hablar.

-Irina, estoy intentando ser bueno contigo y estoy intentando controlarme, así que colabora un poco si no quieres arrepentirte. -me dijo afianzando su agarre.

-¿Me estás diciendo que quieres hablar conmigo y ahora me amenazas? ¿Se puede saber de qué vas? ¡Olvídate de que existo!

-Nunca voy a poder olvidarme de que existes, y te aseguro que tú nunca vas a olvidarte de mí. De eso ya me encargaré yo lindura. -me dijo acariciándome la mejilla.

-¡No me toques, joder! ¡Déjame en paz! -le grité con una mezcla de enfado y miedo mientras le daba un empujón para que dejara de acariciarme.

Supongo que grité con bastante fuerza porque fue dejar de hacerlo y que detrás mía aparecieran los chicos. Itzan fue el primero en dar un paso hacia delante y sabía de sobra cuáles eran sus intenciones por lo que lo frené como pude poniendo las manos en su pecho.

Antes de la fama.  [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora