Irina.
– ¡Irina!
Me giro enfadada decidida a plantar cara al idiota de antes pero en el último instante me arrepiento y no lo hago, sino que le sigo dando la espalda y digo:
– ¡Déjame en paz!
– ¡Wow! No sabía que saludabas así a viejos amigos.
¿Viejos amigos?
Ahora sí que me giro, y me llevo una gran sorpresa al ver allí a Keni, un chico que conocí en uno de los viajes de empresa de mi familia, y que sólo con verlo la primera vez me encantó.
Ojos azules, pelo rubio, tez morena, y un cuerpo esculpido por los mismísimos dioses.
¡Era como el Ken de Barbie! Pero, era gay.
No me maten, para mí no es ningún problema que sea gay puesto que igualmente me llevo genial con él pero me fue una pequeña decepción porque estaba buenísimo.
– ¡Keni! Ay dios, pero, ¿qué haces aquí? – digo olvidándome por completo del enfado que estaba sintiendo momentos antes y me abalanzo sobre él para abrazarlo.
Riéndose por mi impulso pero devolviéndome el abrazo me contesta: – Ya sabes que soy como una hoja movida por el viento. Un día estoy aquí y otro día estoy por allá. Esta vez es por un viaje de placer.
– ¿Viaje de placer?
– Sí. Cuando te fuiste de Malta conocí a un chico y tuvimos una aventura que duró hasta que me fui, seguimos hablando después de eso y es el tercer viaje que hacemos para vernos en un lugar concreto.
– ¡Eso es genial Keni! No sabes como me alegro por ti. -le digo totalmente en serio.
Keni y yo congeniamos muy bien cuando nos conocimos porque cuando nos vimos la primera vez, los dos estábamos pasando por un desamor, y encontrar un hombro en el que llorar porque está pasando por lo mismo que tú, es muy gratificante.
No me malinterpreten. Obvio Ivanna e Itzan me apoyaron muchísimo, pero no es lo mismo porque no estaban sintiendo lo mismo que sentía yo, mientras que Keni sí.
– ¿Y tú cómo estás? ¿Has olvidado por fin ya a ese capullo?
– De hecho sí, está completamente olvidado. Sólo que, ahora estoy en un instituto privado, y da la casualidad de que él también está allí. -digo poniendo una mueca.
– Vaya, eso sí que es un rollo. Pero, ¿no hay ningún otro chico? -me dice codeándome con el brazo en mi cintura.
– Sí.. no.. en realidad no, bueno, la verdad no sé. Hay un chico que me atrae pero es sin duda otro capullo. Es más, estoy aquí fuera por su culpa.
– ¿Cómo por su culpa? ¡Dame todos los detalles ya!
– ¿Qué te parece si mejor nos vamos de aquí a un lugar más tranquilo y te cuento todo?
– Me parece una idea estupenda, y si tienes tiempo, puedo presentarte al chico del que te he hablado.
– ¡Sí! ¡Me encantaría! Tan sólo déjame mandar un mensaje a Ivanna para avisarle de que me voy para que no se preocupe.
Keni me dijo que no había problema con eso y que iba a avisar a su chico a ver si estaba en el hotel para poder ir allí mientras que yo le mandaba el mensaje a Ivanna.
Para Iv 💜:
Nena, acabo de encontrarme con un viejo amigo. No preguntes, cuando te vea te cuento. ¡En un par de horas vuelvo a casa! Te quiero
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Antes de la fama. [En edición]
Teen Fiction¿Qué es lo peor que puede pasar cuando tus padres deciden mandarte a un instituto privado como interna? Nada bueno. Eso fue justo lo que Irina Thompson pensó. Pero, ¿y si no todo es malo? Aquí empieza su historia. ¿Estás preparado para adentrarte...