Irina.
Después de contarle todo a mi primo Itzan, decidí volver a mi habitación a despejarme un poco del tema para poder asistir al resto de clases del día de hoy, ya había faltado a las dos primeras clases de mi primer día en este instituto y eso es algo que no daba muy buena imagen sobre mí, no para nadie, sino para mis profesores.
Mentalmente después de ese encuentro con Enzo me he querido convencer a mi misma de que aunque él esté en esta escuela y tenga que verlo todos los días, tengo que intentar seguir con mi vida. No puedo dejar de vivir por él, ni mucho menos. Me pregunto, ¿acaso es alguien importante? y me respondo: rotundamente no. Y eso es lo único en lo que debo enfocarme. Solo debo darle importancia a lo importante, y el resto, como si no existiera.
No pienso dejar que ese chico siga metiéndose en mis pensamientos y siga manipulando mi vida aunque ni siquiera se dé cuenta, demasiado tiempo he pasado ya sintiéndome mal conmigo misma cuando ni siquiera tuve la culpa de lo que pasó. Él se quiso aprovechar de mí, y yo no le dejé.
Corté la relación a partir de ahí y a pesar de que me humilló, no pienso guardar rencor en mi interior por alguien que no es importante en mi vida. ¡Tampoco se acaba el mundo!
Un novio menos. Al fin y al cabo, le agradezco a la vida que me pasara eso para darme cuenta del tipo con el que estaba saliendo, puesto que después de lo que pasó, me enteré de que durante mi relación con él, se estuvo acostando con otras. Más bien con tres chicas de mi escuela. No le bastó engañarme con una sola, sino que tuvo que hacerlo con tres.
Antes me quemaba el alma pensarlo, ahora lo pienso y solo hay un poco de dolor, totalmente soportable he de decir, y no voy a permitir que mi cuerpo siga sintiendo esto que siente.
Intento convencerme de que he superado ese suceso, pero en el fondo sé que no. Y si algún día lo supero, sé que al menos no voy a olvidarlo. Por supuesto que quiero intentarlo.
Es más, no es que quiera, es que necesito intentarlo.Lo voy a intentar.
Y lo voy a lograr.
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Antes de salir de mi habitación, me doy un último vistazo al espejo para comprobar que está todo en orden y que no hay ninguna prueba de haber llorado o de haber estado mal, y cuando lo compruebo, me dispongo a salir de mi habitación y a encaminarme hacia mi aula.
Una vez que llego al pasillo veo como Ivanna parece estar buscándome con la mirada y una vez que nuestros ojos se conectan, me mira de arriba abajo como si así pudiera encontrar algún signo de como me encuentro en ese momento.
Decidida a no defraudar a la persona que más quiero en la vida voy directa hacia ella y antes de que diga nada le hablo.
-Antes de que me acribilles a preguntas. Estaba en la habitación. Sí, le he contado a Itzan que Enzo está en esta escuela. Y sí, he llorado, como si fuese una niña pequeña en peligro pero he decidido que voy a estar bien, porque lo necesito. Porque no soy ninguna niña en peligro y porque ningún idiota que me haya hecho daño merece que yo esté mal, así que quiero que sepas que hoy ha nacido una nueva Irina. Y ahora, ¡vamos a por el primer día de clases! -le digo poniendo mi mejor sonrisa.
A medida que iba hablando he visto distintas expresiones en la cara de Ivanna pero sin duda me quedo con la última, que es con la que me ha hecho reír. Me voy a quedar con su cara de confusión y perplejidad grabada para siempre porque seguramente no esté entendiendo a que viene este cambio en mí, pero al final de todo sé que se alegra por mi, y me lo demuestra, porque antes de entrar en clase, me abraza y me susurra al oído lo mucho que me quiere.
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Antes de la fama. [En edición]
Roman pour Adolescents¿Qué es lo peor que puede pasar cuando tus padres deciden mandarte a un instituto privado como interna? Nada bueno. Eso fue justo lo que Irina Thompson pensó. Pero, ¿y si no todo es malo? Aquí empieza su historia. ¿Estás preparado para adentrarte...