Martes, 13 de noviembre y mi desgana de ejercer la rutina cotidiana. Esa chica... Blue, tenía algo especial en los ojos, o quizá en la sonrisa. Recuerdo haber mirado con atención el oyuelo que sobresalía de su mejilla al abrir la boca. Demonios, ¿por qué no le pedí su número? Que idiotez, ni siquiera curvaría sus ojos para echarme un vistazo....
No solo era bella, también tenia su punto extrovertido, aunque podría jugarme que en su mirada brillaba la timidez... Una timidez propia, desde niña, cuya se unió a los puntos de su carácter. Tampoco podría dejar de hablar de sus manos, tan pequeñas y rojas del frío, igual que sus mejillas. No puede ser, es perfecta la condenada.
Salí de mis ilusos pensamientos y me dirigí a la cocina para llenar parte de mi estómago. Esta vez me encontraba en el piso que tanto tiempo llevaba esperando para poder instalarme, no es muy grande, es algo putrescente pero si le doy un toque retro se podrá adecentar mucho más.
Después del trabajo me dirigí a una tienda de decoración, y aunque no me dejo muy satisfecho pude elegir que cosas quería que me trajeran a casa y que cosas me llevaría yo mismo. Me lleve dos estanterías, un cuadro de Monet y varias revistas de autores literarios que quien supiera porque se encontraban allí unas revistas de esos personajes.
Dediqué el dia de hoy plenamente a ver la televisión y vaguear un rato, cosa que nunca me ha convencido mucho pero hoy no tenia las vibraciones verdes. Cogí la revista de autores que compré en la tienda para echarle una hojeada, William Wordsworth, Oda a la Inmortalidad, ah, adoro este poema....
Lo leí parsimonioamente, y entonces, cada verso del poema me recordaba a Blue, su juventud, su belleza, no era una Natalie Wood, pero tenía aquel dulce aire que la hacía verse preciosa casi siempre.
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Blue
Romance"Los ligeros y abundantes copos de nieve cubrían la iluminada ciudad algente, hermosa. Pero no tanto como la chica que la miraba con ojos conmovidos y alegres. Creí nunca haber visto a esa chica por la ciudad pero una sensación más bien íntima me de...
