-No puedo creer que este haciendo esto.- repetía reiteradamente en mi cabeza. Comencé a correr apagando todas las luces de la casa, mientras se escuchaba de fondo, como si estuvieran lejanas, el suave tintineo de las campanas que anunciaban que el juego habia comenzado y el llevaba la ventaja.
Ahí me encontraba yo.
Poniendo en riesgo mi vida. Enfrentandome al Ojo de la sangre.