capítulo 24.

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Estoy agotada, son las 9 ya, toda la tarde de visitas, que cansancio.
Sigo igual, mañana me dan el alta, pero aún así no puedo salir a la calle.
Jesús es un amor, podían quedarse 3 personas, mi abuelo, mi madre y él, convenció a sus padres y mios, me cuida muchísimo, es lo mejor.
Me recuerda cuando me pasó lo del caballo. Está vez es peor, tengo miedo, pueden hacerme lo que sea, mis padres son capaces de mudarnos todos, mañana hablaré con ellos, me voy a dormir ya.
Mi madre y mi abuelo han ido a la cafetería y me han dejado sola con Jesús, ya que el ya comió.
Jesús: ponte bien, no te quiero ver así. -dijo saltándose una lágrima.
Yo: mi niño, no deberías de haberte quedado, y más estando como estoy. -dije apretándole la mano.
Jesús: no te puedo dejar sola, necesito tenerte cerca. -dijo sentándose en la cama a mi lado.
Yo: te quiero tantísimo. -me incorporé. -no me llores más, no te puedo ver así.
Jesús: es difícil ver a mi gran princesa así, y todo por mi culpa, tragándose mi mierda, aguantando las ganas de explotar y mandarme a la mierda y con toda su razón. -dijo agachando la mirada.
Yo: Jesús, no te culpes más por favor, hazlo por mi, las ganas que tengo no son de mandarte a la mierda, es de que no me dejes nunca. -lo abraze fuerte, demasiado fuerte, me dolía todo, pero me dio igual, lo tenía cerca y eso es lo que necesito, le acariciaba el pelo, la nuca, mientras le daba besos en la oreja y mejilla.
Jesús: es la verdad, no puedo con ello. -dijo llorando en mi hombro.
Yo: mi amor, nunca dudes una cosa, te quiero lo suficiente, por eso jamás te dejaré, no puedes culparte por algo que no es tu culpa, fue de ellos y punto.
Jesús: no me iré nunca, nadie te tocará. -dijo separándose, le quite esa lágrima que caía de su rostro, nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos, mientras me acariciaba la mejilla.
Yo: te voy a amar hasta la eternidad. -le besé, nuestros labios encajaban perfectamente, como siempre, notaba su respiración, estaba nervioso como la primera vez, un beso apasionado, lo necesito tanto conmigo, en mitad del beso sonreímos, nos volvimos a unir, nos separamos y le besé el cuello, le mire y no pude evitar sonreír.
Jesús: me encanta verte sonreír.
Yo: ami me encantas tú.
Jesús: tu infinita sonrisa. -lo abraze, volví a notarlo nervioso.
Yo: estás nervioso, como la primera vez.
Jesús: siempre me pones nervioso. -dijo riéndose.
Yo: púes ya me tienes más vista que el tebeo.
Jesús: y te sigo viendo tan bonita como siempre.
Yo: para ti siempre estoy bonita hijo, con cortes por todos lados pero bueno.
Jesús: cuando una es bonita es bonita. -dijo separándose de mis brazos, nuestras cabezas chocaban, me volví a perder en sus ojos, sus jodidos ojos que me vuelven loca.

Hoy me dan el alta, he pasado la noche a su lado, me quede dormida por sus caricias.
Voy en sillita de ruedas ya que en una pierna tengo un corte más profundo, voy en coche, mi padre vino por nosotros, dejaron a Jesús en su casa, se lo dijo su madre, tenía que ducharse y eso.
A la tarde iríamos a comisaría, Marina, Dani, Jesús y yo, junto mis padres.

Yo quiero un mundo contigo. ×jdom×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora