Boys Over Flowes New style

Capitulo 7

A la mañana siguiente me acordé de lo que decía Romeo Santos, lo de la mezcla del tequila con champaña....

El olor que me rodeaba no era el habitual, me levanté de la cama abriendo los ojos de golpe. Error... aquello provocó un pinchazo enorme en mi cabeza y unas ganas locas de vomitar. ¿Dónde demonios estaba?

Me miré, llevaba un pijama de hombre y aquella decoración me sonaba mucho. Me vino a la cabeza la noche anterior... joder... no puede ser...

Sentado junto a la cama estaba Gu Jun Pyo mirándome con recelo. Recapitulé rápido todo lo que recordaba de la noche anterior. Estaba segura de que no nos habíamos acostado. Respiré tranquila.

- ¿Qué hago aquí? – pregunté.

- Estabas borracha, te traje aquí para evitar que tus padres te vieran así – no pude evitar reírme...

- Mis padres ya me han visto alguna que otra vez así – reconocí sin ninguna vergüenza.

- ¿Qué recuerdas de la noche pasada? – preguntó. No estaba segura de sí era una pregunta trampa o no y como había visto muchos dramas decidí que lo de la amnesia era la mejor opción.

- No me acuerdo de nada... tengo un terrible dolor de cabeza ¿Tienes café?

- Ahí lo tienes – me dijo señalándome una bandeja que estaba sobre una mesita auxiliar. No lo pensé mucho y me lancé a comer todo lo que había, necesitaba llenar mi estómago con algo.

Nada más terminar mi copioso desayuno Jun Pyo recibió una llamada que hizo que se pusiera completamente blanco.

- La bruja está aquí – dijo más para sí mismo que para mí – tienes que salir de aquí – aclaró. Yo salí de la cama y me remangue un poco el pijama que presumiblemente era de Jun Pyo.

- ¿Dónde está mi ropa? – pregunté.

- La tienen abajo las sirvientas, la han lavado y planchado – ¿Pero a quien se le ocurre hacer eso? Joder

- ¿Quién es la bruja? ¿Tu madre? – es la conclusión más lógica.

- Exacto, como te vea aquí... - le dio hasta un escalofrió. Joder empezó a darme miedo de verdad.

Llamó a Los F4 y les contó la situación, mientras iban llegando me escondí en el cuarto de Jun Pyo.

- ¿Qué hacías aquí? – preguntó Ji Hoo sorprendido cuando me vio y encima con el pijama de su amigo puesto. No pareció agradarle.

- Larga historia, pero no penséis raro, no pasó nada – aclaré cuando todos nos miraron muy sorprendidos.

- Se me ocurre que como hay un vestido de Bella Wang para la subasta, lo lleve Jan Di puesto y la arreglamos un poco para que pase desapercibida.

- Me parece perfecto – dijeron casi todos al unísono. ¿Y mi opinión?

En menos de media hora estaba maquillada y enfundada en un carísimo vestido de diseño que iba a ser subastado, lo que implicaba que me iba a tocar desfilar... ahora prefería el tequila en vez del café.

La madre de Gu Jun Pyo y presidenta del grupo Shinhwa entró en el salón donde nos encontrábamos. Iba seguida de su secretario, el mismo que vino a mi casa para darme la beca. Estábamos jodidos.

- ¿Y ella quién es? – preguntó la bruja.

- Una amiga del instituto, estamos entrenándola como la mascota de los F4 – dijo Yi Jung haciendo que me girara a fulminarle con la mirada.

- Es una muy amiga mía – dijo Ji Hoo agarrándome por los hombros.

- Lleva el vestido de Bella – comentó la mujer.

- Creemos que es lo mejor, así visto sobre ella puede que tenga mejor resultado en la subasta,

- ¿A que se dedican tus padres? – me preguntó. Antes de que contestara, ellos lo hicieron por mí.

- Tiene una empresa textil, comienzan a tener mucho éxito – mentira tras mentira... odiaba mentir.

- Muy bien – estar preparados para la subasta. Dicho aquello la bruja se marchó. Las vibraciones de la sala cambiaron. La verdad que aquella mujer daba miedo.

Esa mañana se me hizo eterna, la subasta fue un rollo y encima me toco desfilar con el vestido...

Llegue a mi casa completamente destrozada y mis padres al parecer estaban tan conformes, pensé que me echarían la bronca por pasar la noche fuera, pero Jun Pyo les había llamado y dado una triste excusa.

Es cierto que mis padres siempre habían confiado en mí y nunca habían tenido problema en que pasara la noche fuera cuando vivía en Madrid, pero pensé que allí en Corea, como habían cambiado muchas cosas, esa también cambiaría. Para mi sorpresa no.