CAPITULO 1. PIJAMA

3.9K 262 41
                                    


6 de septiembre de 1996

Ese sábado por la madrugada Harry no podía dormir, se sentía terriblemente ansioso y se le hacía muy difícil controlar a su alfa, lo que era muy extraño ya que siempre tuvo gran control sobre su parte animal desde que se presentó en esa casta a los 14, pero esa noche era diferente, su lobo le pedía salir, encontrar y proteger algo, era muy extraño y era obvio que Harry estaba desesperado pues la semana fue agotadora y el no poder descansar era muy molesto.

Cansado y sabiendo que se podía meter en problemas si lo veían en los pasillos del castillo a esa hora, tomo su capa y se decidió por salir y hacer lo posible para que su lobo se calmara, cuando se dirigía al gran comedor por un poco de leche tibia para poder dormir, pudo percibir un dulce olor, ¡era delicioso!, una suave mezcla de jazmín, vainilla y algo más que aún no podía identificar, a medida que se acercaba más a la enfermería el olor aumentaba, su lobo estaba cada vez más ansioso, casi podía sentirlo gruñir, y entonces lo vio, tan bello como siempre.

Draco Malfoy, ese precioso ángel, Harry aún recuerda como lo rechazo por ser grosero con Ron y como internamente suplico para que quedara en la misma casa que él, lamentablemente el sombrero seleccionador tenía otros planes, después de eso una estúpida enemistad se creó entre ellos, claro enemistad que parecía más una forma de mostrar sentimientos reprimidos, pero que ninguno de los dos se atrevería a admitir, aún que no hacía falta pues todo el colegio lo notaba.

Ya no era un chiquillo tierno, a medida que pasaron los años Draco se convertía en un precioso chico, y cuando se presentó como omega a los 14 todo se hizo más difícil para Harry, su precioso rostro tan fino y delicado, con grandes pestañas y esos ojos que siempre aprecio ver (pero su orgullo no le permitía admitir), tan lindos como siempre con esas motitas azules que tanto le gustaban, los abultados labios rojos apetecibles, sus mejillas de un rosa más marcado de lo común, y su cuerpo, ¡por Merlín! con esas perfectas caderas anchas y su estrecha cintura, ¿cómo era posible verse tan delicado y masculino a la vez? Completamente envidiable, sus piernas largas, y ese elegante caminar que tenía loco a más de uno.

Se quitó la capa y saliendo de donde estaba escondido se decidió por encararlo e intentar molestarlo por estar a esas hora en los pasillos, bien sabía que todo podría salir mal para él también, pues no era prefecto, solo fue un impulso como una necesidad por acercarse, cuando estuvo lo suficientemente cerca el delicioso olor incremento demasiado, el alfa de Harry se inquietó muchísimo más, entonces lo noto.

El chico se veía muy agitado su respiración era irregular, sus mejillas estaban extremadamente rojas, y parecía querer salir corriendo, pero al mismo tiempo arrojarse a sus brazos -imaginaciones mías- pensó Harry pero cuando Draco soltó un pequeño y casi inaudible chillido como un gimoteo fue cuando algo hizo click en su cabeza, lo volteo a ver con los ojos muy abiertos ¡estaba en celo!, también entonces noto la botella de supresores que tenía en la mano, al mismo tiempo que desviaba su vista a su pijama, fue como si algo se encendiera en él, como un interruptor, el solo verlo con esa fina pijama de seda verde que se ajustaba tan bien a su cuerpo, resaltando sus caderas y sus preciosas piernas, esa piel tan blanca y delicada, simplemente hermoso, era obvio que estaba así por el calor de su celo pero Harry no pudo evitar recórrelo con la mirada, cada parte del precioso ángel que tenía enfrente, y solo salió de esa inspección cuando Draco soltó otro quejido casi como una súplica, su omega rogando por la atención del alfa que tenía enfrente.

Todo lo demás pasó tan rápido que cuando Draco reacciono estaba pegado a la pared con el apuesto chico restregando la cara en su cuello, embriagándose del exquisito olor que desprendía, no pudo evitar soltar un pequeño gemido y es que sentir el frio de la pared junto con los cálidos brazos del alfa rodeándolo se sentía tan bien, tan correcto, no quería separarse de él.

PIJAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora