Dedicado a: @abshjsej
Por fin era lunes de nuevo, los alumnos de Hogwarts se levantaron, unos más animados que otros, entre ellos un ansioso chico pelinegro, extraño ya que siempre se quejaba de levantarse, hacia berrinches y lloriqueaba para quedarse más tiempo en cama, por estas y más razones sus amigos se sorprendieron mucho cuando lo vieron listo para empezar con la semana, sería un día interesante.
Entraron al gran comedor, se sentaron donde siempre y se dispusieron a desayunar, conversando entre ellos, al parecer nadie se daba cuenta de que dos leones volteaban constantemente a la mesa de las serpientes, buscando a alguien en específico, que para mala suerte de ambos no se encontraba.
Harry sintió una ligera incomodidad en su pecho al no ver al insoportable rubio sentado donde siempre- ¿estará enfermo?, ¿y si le paso algo?- sintiéndose aún un poco incómodo retiro la mirada de la mesa y siguió platicando con sus amigos, como siempre ignorando los instintos de su alfa que le pedían buscara al omega para asegurarse de que estaba bien- tonterías, es Malfoy, claro que está bien- pensó intentando calmar su parte animal, sobra decir que no funciono.
Por otro lado, Seamus Finnigan estaba claramente preocupado por no encontrar a su precioso omega sentado donde siempre, tenía unas inmensas ganas de ir a la mesa de enfrente y preguntar a todos donde estaba el rubio, claramente no podía hacer eso si no quería arruinar sus planes, lo único que pudo hacer fue callarse e intentar comer su desayuno.
Una vez terminaron se dirigieron a su primera clase, herbología, todo fue como siempre, bueno excepto por que un chico de Hufflepuff tuvo un inconveniente, su celo se adelantó, no hubo mucho problema pues estaban acostumbrados a este tipo de cosas, sus compañeros no intentaron nada extraño y los Gryffindor sacando a relucir su lado caballeroso no se acercaron en lo más mínimo a él mientras salía directo a enfermería por supresores
Todo esto le hizo recordar a Harry lo sucedido el sábado, enseguida su alfa ronroneo recordando el cómo se sintió tener al rubio entre sus brazos, aspirando el exquisito olor de su cuello- basta Harry, concéntrate- se reprendió a si mismo e intento prestar atención a la clase nuevamente, difícil, ya que no podía sacar esos ojos grises de su mente.
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En otra parte del castillo, encerrado en una habitación estaba nuestro querido rubio, sintiéndose mejor que el sábado pero aún con su celo, el celo de Draco solía durar tres días, los profesores en este aspecto eran muy compresivos, tenían que serlo pues no podían obligar a los alumnos a andar por los pasillos en esos días, claro que tenían medidas preventivas ante cualquier situación pero aun así se querían ahorrar cualquier inconveniente y garantizar la seguridad y comodidad de sus alumnos.
Por esta razón Draco falto ese día a sus clases, no había problema ya que solo sería un día y sus amigos le llevarían los pendientes para que no se atrasara, solo tenía que preocuparse por él, si era lo único que tenía que hacer, lo único.
No podía, su mente no dejaba de repetir las escenas de esa noche, ya era demasiado vergonzoso lidiar con eso como para que su omega le pidiera a gritos que fuera a donde el alfa, y peor aún tener que usar el olor de su sudadera para poder satisfacerse, si lo sabía, era enfermo, pero si no lo hacia su omega no se sentía satisfecho y casi lo volvía loco- estúpido Potter- pensó con fastidio cuando su omega volvió a lloriquear por no tenerlo cerca.
-¡Ya basta!, esto es ridículo, Potter no vendrá así que deja de intentar llamarlo, ¡me estas volviendo loco! - después de ese regaño su omega pareció calmarse un poco, aunque aún podía sentirlo quejarse en el fondo de su mente, ¿Cómo había llegado a este punto?, era cierto que no era la primera vez que su omega pedía a un alfa en esos días, pero desde hace dos celos atrás su omega dejo de pedir a cualquier alfa para empezar a pedir por uno en específico ¿Quién? No tenía idea, o eso quería hacerse creer a sí mismo.
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PIJAMA
Fanfiction- ¡¿ES QUÉ NO LO ENTIENDES?!, ¡yo hice todo esto por ti! -. No sabía que le dolía más si la reciente declaración o esa sonrisa tan triste y rota que tenía su precioso omega -. Yo haría todo por ti... Los personajes pertenecen a J. K Rowling.